La premiada obra 'Locas', de La Rue Teatro, llega a El Albéitar de León por el Día de la Salud Mental

EFE

'Locas', ganadora de la novena edición de Quintanillactúa, certamen nacional de teatro aficionado que se celebra cada año en Quintanilla de Onésimo, entre otros muchos premios, llega al Teatro El Albéitar de la Universidad de León (ULE) el 9 de octubre en el marco del Día Mundial de la Salud Mental.

La compañía leonesa La Rue Teatro pondrá en escena un montaje protagonizado por Lola Vera y Sonia Martínez que muestra en clave de tragicomedia la fragilidad del ser humano y su necesidad natural de inventarse personajes para afrontar la realidad.

Dos mujeres. Una con una vida estresante y llena de éxitos. La otra sumida en el drama personal y la soledad. La obra expone la dolorosa dualidad que cada individuo vive silenciosamente en una sociedad golpeada por la angustia, la ansiedad, el estrés, la soledad... 

El grupo La Rue Teatro salió a la luz en febrero del 2018, fruto de la inquietud de sus componentes por seguir haciendo teatro, formados en la desaparecida Escuela de Arte Dramático de León y la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y alternando trabajos en distintas compañías de teatro como La Fragua, Producciones Teatrales Milo, Kikodín Teatro o Vademecum.

Pese a su corto recorrido en el tiempo, La Rue Teatro ya ha puesto en escena varios espectáculos: 'Un barrio', dirigido por Mercedes Saiz, sobre textos de Karl Valentin, 'El árbol de las estaciones y cuentos para dulces sueño', dirigido al público infantil; 'Charlas a solas', con texto y dirección de Mercedes Saiz Martínez; o 'Locas', un montaje de Chema López que se estrenó en enero de 2022.

El último de ellos, 'Las Criadas', de Jean Genet, en versión de Javier Bermejo, se podrá ver en El Albéitar el 26 de octubre. Considerado como uno de los textos dramáticos clave del Teatro del siglo XX, el montaje habla de oprimidos y opresores, dominados y dominadores desde el submundo de la servidumbre. La obra describe el submundo de las sirvientas, del subproletariado al que le estaría vedada la redención.

Cuando se levanta el telón el espectador asiste a la escenificación que las dos criadas hacen de su relación con su señora, una en el papel de señora y la otra interpretando a la primera. Es una ceremonia perversa, que mezcla admiración y repulsa, amor y odio, un ritual donde la realidad y la ficción muestran un peligroso juego de cambio de identidades.