León gastará 24.200 euros al año para instalar placas antiolor en los contenedores de basura

El Ayuntamiento de León estrenará este mismo año un nuevo sistema para reducir el desagradable olor que desprenden algunos contenedores de basura de la capital que consistirá con la instalación paulatina en ellos de placas de gel antiolor.

Se trata de un contrato de nueva creación que acaba de concluir y adjudicar a la empresa Maprinsa SA, firma asturiana con instalaciones en Gijón. El coste anual para el suministro de las placas antiolor y el sistema para adherirlos a los contenedores grises de la ciudad, los de residuos orgánicos, se elevará a un coste de 24.200 euros por cada año de vigencia.

Ese contrato en principio se impulsa para dos años pero se podrá prorrogar otros tres más, con lo que quizá se estire hasta mediados de 2029, según se licitó hace meses en un proceso que acaba de concluir.

El equipo de Gobierno del Consistorio, desde el Servicio de Limpieza y Residuos de la Concejalía de Modernización que dirige Jon Ander Fernández Ferreras, valoró la necesidad de incorporar esta novedad para buscar la neutralización de las moléculas que generan mal olor en contenedores destinados a la recogida de la fracción orgánica, es decir, donde acaban la mayoría de los deshechos domésticos que se pudren.

Se trata de procesos aerobio o anaerobio de transformación de la propia materia orgánica de los residuos y que, en determinadas condiciones, especialmente con el calor pero no sólo, emiten un fuerte olor persistente. Existe una flota de vehículos que va limpiando estos contenedores de manera más o menos regular, pero se trata de un problema que la Concejalía ha observado muy persistente y que provoca quejas especialmente en áreas con elevada densidad poblacional o situados muy cerca de las viviendas.

Por eso, ahora, a un coste de 48,40 euros por cada unidad de placa de gel, se irán analizando los puntos donde se irá desplegando esta solución. A ese precio, se piede estimar que cada año la empresa contratada tendrá que suministrar e instalar un total de 250 de estas placas en otros tantos contenedores orgánicos de la ciudad. Si ese contrato finalmente se prorroga hasta los cinco años, se llegarán a contar con 1.250 geles antiolor en todo ese tiempo.