En el noroeste de la península Ibérica hay una región, la leonesa, que año tras año lidera los índices de despoblación. Concretamente, este primer trimestre de 2025 se dejó 982 habitantes, a saber: Salamanca 524, León 228 y Zamora 230. Sorprende, por estos mismos datos, que en la comarca de la Cepeda sus dos colegios, el de Brañuelas y el de Sueros de Cepeda crezca su alumnado. Para analizar este fenómeno hablamos con los otros protagonistas, porque los principales son los niños y niñas que día tras día acuden a sus aulas. Unas aulas, que, como explicaba Daniel Turienzo a este medio sobre su ensayo ‘Edukafakes’ (Capitán Swing, 2024), “se nos olvida que los centros rurales, por distancia y por número de alumnos requieren más inversión, pero ahí apenas llega la concertada, porque se reduce el beneficio”.
A la puerta del colegio Manuel Cabezas de Sueros, que abrió sus puertas en 1964, nos recibe el alcalde del Ayuntamiento de Villamejil, Alfonso Álvarez Peláez, quien estudió en este mismo centro. Como en el resto de colegios públicos, el responsable de su mantenimiento es el propio ayuntamiento, y esto, apunta Alfonso, “para un municipio como el nuestro, supone una partida presupuestaria importante. Unos seis mil litros de gasoil para la calefacción, más luz, limpieza, reparaciones y mejoras, es decir, alrededor de veinte mil euros anuales”. Es cierto que cuentan con ayudas de instituciones más grandes, como la Junta de Castilla y León, que el año pasado aportó la mitad de lo que costó el cambio de ventanas. “Este edifico es muy viejo, y o lo mantienes y mejoras, o el dinero de la calefacción se dispara”. Este centro, indica Álvarez Peláez, en su día, cuando él estudiaba, contaba con unos cientos sesenta alumnos, pero llegó a tener hace pocos años menos de quince. A día de hoy tiene treinta y uno, y esa subida de más del doble es lo que rompe la tendencia en zonas rurales.
El colegio de Sueros pertenece al Centro Rural Agrupado (CRA) VEGACEMAR, que incluye también los colegios de San Justo y San Román de la Vega y el Val de San Lorenzo. “Disponer de comedor y de línea de transporte ayuda a que nos mantengamos. También, que tengamos buenas comunicaciones, aunque los servicios, como ves, cada día son menos. Es duro decirlo, pero es una señal de que, o cambiamos la forma de distribuirnos como país, o poco a poco colegios y pueblos como este irán muriendo”.
Beatriz Robles del Reguero es la directora del CRA, y es de la que piensa que un colegio sin estar implicado con el municipio y viceversa, no tendría sentido. “Durante todo el año hacemos actividades como pueden ser el magosto, juegos tradicionales, charlas sobre apicultura, visita de las familias, un paseo por el pueblo a final de curso, carnaval, etc. Los niños y niñas tienen que entender y valorar su entorno, y con estas actividades es lo que pretendemos”. Otros puntos que destaca Robles del Reguero de los centros del CRA es el trabajo en equipo del propio alumnado. “Al tener el alumno tutor, es decir, los mayores ayudan a los pequeños, se fortalece el trabajo en equipo y se afianzan las relaciones. Luego, cuando acaban el ciclo y se van a Astorga, hacen comunidad, y eso es muy importante para la vida de un pueblo”.
Amanda Álvarez es maestra en el colegio de Brañuelas, que está integrado, junto con Torre del Bierzo, en el CRA Santa Bárbara. Amanda cuenta que a su llegada al colegio de Brañuelas fue una alegría descubrir que había mucho alumnado sobre todo en los cursos inferiores. Preguntada sobre por qué cree que los niños y niñas de Brañuelas no van a estudiar a Astorga o Bembibre, responde que “no creo que ejerzamos una labor especial. Imagino que las familias valoran los beneficios de vivir en un pueblo como Brañuelas, Valbuena o Culebros, y eso hace que elijan escolarizar a sus hijos e hijas en una escuela rural frente a un colegio de mayor tamaño como encontramos en localidades próximas”, para añadir que “en la escuela rural está la individualidad de la enseñanza, así como lo enriquecedor que es contar con alumnado de diversas edades en una misma aula”.
Destaca, además, sobre el apego al territorio que “cuando tú misma sientes apego y pasión por tu territorio, no resulta difícil transmitirlo. Durante este curso realizamos actividades para poner en valor lo nuestro, como aprender sobre el folclore de la Cepeda y sobre su propia lengua, el leonés. Como dijo Rainer María Rilke: La verdadera patria es la infancia, y en el caso de mis alumnos y alumnas, su patria está marcada por la Cepeda”.
Ana Suárez Nuevo es parte del consejo escolar, y según explica a este medio, trabajan, entre otras cosas, en la redacción del régimen interior del centro, el proceso de admisión del alumnado, necesidades de las instalaciones, propuestas con fines educativos y culturales con otros centros y organismos. “Uno de los puntos más especiales es el trabajo sobre mecanismos para la integración de nuestras niñas y niños en el centro. Se trata de eso, de mantener vivo el centro educativo, y para esto el trabajo conjunto de padres, madres, profesorado y alumnado es vital”. Antes de despedirse, Ana explica que para ella y su pareja nunca fue una opción que su hija no estudiara en el colegio de Brañuelas. “Hay padres y madres que pueden llegar a pensar que la calidad de la educación en un pueblo puede ser menor que una ciudad, pero si te das cuenta, la atención es más personal y el temario y el profesorado es el mismo. Es más, hay valores, al margen de los académicos, que los niños y niñas de un colegio de pueblo, como pueden ser el aprecio por el entorno y la relación entre vecinos y vecinas que se potencian de una forma especial”.
Carolina López Arias, alcaldesa de Villagatón, vio reabrir bajo su mandato el colegio de su pueblo en 2018 después de llevar quince años cerrado por falta de alumnado. Ese año abrieron con seis alumnos, y lejos del conformismo, Carolina y su equipo de gobierno con el paso del tiempo decidieron abrir una guardería para niños y niñas de cero a tres años, en la que actualmente hay siete sillas ocupadas. Para ello fue necesaria la implicación tanto del propio ayuntamiento como de la Junta de Castilla y León y la Diputación de León. López Arias, al igual que su homólogo de Villamejil, incide en el desembolso que esto supone para un ayuntamiento del tamaño del suyo, pero también tiene claro que es un orgullo hacerlo. “Ver de nuevo abiertas las puertas del colegio en el que estudié le supuso al ayuntamiento cuarenta mil euros, destinados al acondicionamiento de una unidad más un baño, pero sentíamos que era una obligación”. Actualmente en el colegio hay una veintena de alumnos.
Por si esto fuera poco, el Ayuntamiento de Villagatón dispone de servicio de ludoteca tanto los fines de semana, dos al mes, como en vacaciones y puentes. “Se intenta que en las actividades esté presente el entorno, saber dónde viven y cómo vivieron sus mayores. En el magosto se implican abuelos y abuelas, lo mismo en carnaval y en Navidad. Hacen alguna visita al ayuntamiento y simulamos un pleno, celebramos el día del libro, etc.”.
En la guardería de Brañuelas para el curso que viene entrarán cinco niños y niñas, y para dentro de dos cursos, entrarán otros cinco en el colegio. Preguntada por qué cree que el número de alumnos no solo se mantiene si no que crece, después de una pausa, la alcaldesa y diputada provincial responde argumentando que “en el municipio, a parte del colegio, contamos con farmacia, centro médico, una pequeña tienda, restaurante, estación de tren y estamos a cinco kilómetros de una autovía. Todo ello suma”, indicando también que “la inmigración, lejos de ser un problema como algunos quieren ver, aquí son bien acogidos, y niños y niñas procedentes de países africanos están estudiando en nuestro colegio”.
La importancia de un colegio rural no solo se refleja en las aulas, López Arias destaca que “niños y niñas van solos al colegio, los ves haciendo piña en el parque, padres y madres vienen a pasar al fin de semana al municipio porque sus pequeños quieren ir a la ludoteca. Tenemos hasta un equipo de fútbol, y eso, hace pocos años, era casi impensable”. Antes de finalizar la conversación, la alcaldesa quiere lanzar un mensaje: “sin niños y niñas los pueblos se mueren, y apostamos por ello, o el día de mañana no habrá gente, ni si quiera para venir de visita”.
Hace apenas dos semanas nos dejaba Pepe Mujica, y entre otros mensajes, le dejó este a los jóvenes: “triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae”. Los colegios de Sueros y Brañuelas están demostrando con creces que son capaces de emprender el vuelo tantas veces como sean necesario.