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Tres detenciones revelan la capacidad china para realizar espionaje industrial en Alemania

El presidente chino, Xi Jinping.

Aldo Mas

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No habían pasado ni diez días de la última visita del canciller Olaf Scholz a China, en la que el jefe del Gobierno alemán trató de limar asperezas con el régimen de Xi Jinping, y Alemania ya tenía que lidiar con malas noticias vinculadas a Pekín. En concreto, el supuesto espionaje de tres alemanes que estaban vinculados a los servicios secretos del Ministerio de Seguridad del Estado de China. En Pekín rechazan las acusaciones de espionaje que llegan de Alemania, pero la ministra del Interior de Scholz, la también socialdemócrata Nancy Faeser, se ha referido al caso como un “gran éxito” de la lucha contra el espionaje.

“Las tres detenciones por presunto espionaje para un servicio de inteligencia chino son un gran éxito de nuestra contrainteligencia”, según Faeser. De acuerdo con la descripción que han ofrecido las autoridades alemanas, los tres detenidos habrían ofrecido servicios como gestores de proyectos relacionados con el desarrollo de tecnologías que, en caso de tener acceso, transmitían al Estado chino. Esta actividad se habría desarrollado a través de una empresa con sede en Düsseldorf, Londres y Shanghai llamada Innovative Dragon Ltd, según ha informado el diario económico Handelsblatt.

En principio, esta empresa se dedicaba a la “generación selectiva de ideas y resolución de problemas”. El portal de noticias T-Online, del grupo mediático Ströer Media, ha informado de que dicha firma también se dedicaba, supuestamente, al “negocio aeroespacial” y al “desarrollo de coches eléctricos especiales y drones logísticos, pero al parecer, sus recursos también se los debían a la cooperación con los servicios secretos chinos”.

Dos de los tres detenidos son una pareja, el matrimonio formado por los identificados como “Herwig F.” e “Ina F.”. Él tiene 72 años y él 68 años. El tercer alemán detenido ha sido identificado como Thomas R., de 59 años. Él sería el “principal acusado”, según lo han presentado las autoridades.

De acuerdo con la descripción que ha dado de él en el diario Bild, el periódico más leído del país, Thomas R. cuenta con una larga experiencia laboral en China. Habla mandarín y está casado con una ciudadana china. En Innovative Dragon Ltd se habría dedicado oficialmente a cuestiones de “comunicación financiera”.

Sin embargo, las autoridades alemanas llevaban ya tiempo siguiendo la pista de los detenidos esta semana por otros motivos. La Oficina de Protección de la Constitución, nombre que reciben en Alemania los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, se puso “muy pronto sobre la pista de los implicados” según Thomas Haldenwang, presidente de esa “oficina” que vela por la seguridad del Estado germano.

Sobre Thomas R. pesa ahora la acusación de la fiscalía alemana de haber estado oficialmente al servicio de la inteligencia del gigante asiático a través de un empleado del Ministerio de Seguridad del Estado de China. “En nombre de esta persona, el hombre obtuvo información en Alemania sobre tecnologías innovadoras que podrían utilizarse con fines militares”, ha expuesto en el Handelsblatt. Durante al menos tres años habrían estado pasando “información y material” a China los responsables de Innovative Dragon Ltd, según el Handelsblatt. Este diario también habla de una “ilegal exportación” a China de un tipo de láser alemán con posibles usos civiles y militares a cargo de Innovative Dragon Ltd.

Una red de personas y empresas que pueden ser utilizadas como herramientas”

Tras lo que el director del Instituto para Políticas Públicas Globales de Berlín, Thorsten Benner, ha llamado un nombre de empresa “un poco cliché”, las detenciones de esta semana sí que plantean sospechas más que serias. Porque se está hablando, por un lado, según Benner, de una empresa al servicio de China “sospechosa de haber estado extrayendo conocimiento para usos militares” de Alemania.

No hay que perder de vista que Alemania es uno de los grandes exportadores de armas a nivel global. El país del canciller Scholz es la quinta nación del mundo en términos de exportación de armas, sólo por detrás de China, Rusia, Francia y Estados Unidos, según las cuentas que ha hecho para 2023 el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). El 5,6% de todas las armas que se vendieron en el mundo en 2023 eran 'Made in Germany', según las cuentas de SIPRI.

La otra cuestión relevante que pone de relieve el caso de los tres detenidos por estar supuestamente al servicio de la inteligencia china es la capacidad del régimen de Xi Jinping de realizar espionaje industrial en Alemania. “Al igual que Rusia, China tiene una verdadera red en la política, los negocios y el mundo académico, donde encuentra personas y empresas que pueden ser utilizadas como herramientas de las operaciones de influencia china y la guerra híbrida”, ha reconocido Roderich Kiesenwetter, político responsable de cuestiones de política exterior en el Grupo Parlamentario de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición en el Bundestag.

Para Alemania, China es un “rival sistémico”, “competidor” y “socio”

Tanto en tiempos de la conservadora de la canciller Angela Merkel como de jefes del Gobierno alemán progresistas, como Gerhard Schröder, Alemania ha venido desarrollando una política de apuesta económica clara por el mercado chino. Pero ha sido durante esta legislatura, con el socialdemócrata Olaf Scholz en la Cancillería Federal, que China ha pasado a considerarse oficialmente un “rival sistémico”.

No obstante, en la estrategia nacional alemana para China, presentada el pasado verano, China figura también como un “competidor” y “socio”. China sigue siendo el mayor socio comercial del país del canciller Olaf Scholz. El comercio entre Alemania y China en 2023, el Ministerio de Asuntos Exteriores germano lo cuantifica en unos 250.000 millones de euros. El montante es un 15,5% menor al correspondiente a 2022.

Oficialmente, Berlín busca en esta legislatura comenzar en China una estrategia de “de-risking”, término de los documentos oficiales alemanes sobre el país de Xi Jinping, es decir, de “aminorar riesgos”. Sin embargo, esos riesgos no sólo parecen correrse en las aventuras e inversiones económicas que tienen infinidad de empresas en Alemania. En términos de espionaje, visto está que Alemania arriesga con China en su propio suelo.

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