Una plataforma mediará en los conflictos que generan los grandes carnívoros como el lobo o el oso

oso pardo

Raquel Correa/ ICAL

La Comisión Europea ha creado una plataforma para resolver los conflictos sociales que genera la coexistencia de grandes carnívoros –como el oso pardo, el lobo, el glotón y el lince europeos- con el hombre. Se trata de una plataforma que reúne a agricultores, defensores del medio ambiente, cazadores y científicos y pretende encontrar soluciones a los problemas sociales y económicos que crea la recuperación de estos grandes carnívoros. El objetivo es que todos los actores clave puedan intercambiar ideas y buenas prácticas sobre cómo compartir un mismo territorio con estos grandes carnívoros sin que el resurgimiento de sus poblaciones sea fuente de problemas, como sucede en la ribera sur del Duero.

“Debemos tratar a nuestros vecinos naturales con respeto, pero también debemos tener en cuenta las preocupaciones de la gente, cuya vida se ve afectada por la proximidad de los grandes carnívoros”, ha declarado el comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potonik, felicitando a las organizaciones que han colaborado en la creación de esta plataforma, entre las que destaca la cooperativa de agricultores COPA-COGECA y la asociación ecologista WWF.

La flamante plataforma organizará talleres sobre cuestiones concretas, hará una recopilación y un manual de buenas prácticas, y servirá de puente entre las diversas organizaciones miembro, entre otras actividades.

El conflicto del lobo del Duero

En la Unión Europea viven cinco especies de grandes carnívoros que, debido a la actividad humana, han experimentado un descenso espectacular tanto del número de individuos como del territorio donde viven. Con todo, gracias a una mayor protección de la naturaleza y a las campañas de sensibilización sobre el papel fundamental que tienen estas especies animales para mantener sanos los ecosistemas, se ha conseguido estabilizar e incluso aumentar sus poblaciones, y que vuelvan a regiones de las que habían desaparecido.

Así, el oso pardo (Ursus arctos), el lince boreal (Lunx lynx), el lobo (Canis lupus) y el glotón (Gulo gulo) tienen una situación satisfactoria. En cambio, el lince ibérico (Lunx pardinus) aun se encuentra aún en peligro. A pesar de que muchos consideran este cambio como un éxito en cuanto a la conservación de especies, también hay detractores: cazadores, explotadores forestales, criadores de ganado y propietarios rurales, entre otros, que se ven afectados directamente por estos grandes carnívoros.

Actualmente, una de las piedras de toque de la política europea en materia de protección de la naturaleza es la Directiva Hábitats. La norma, aprobada en 1992, define al lobo de la región sur del Duero como una “especie prioritaria” que está en peligro y, por tanto, que hay que proteger. Sin embargo, este conservación especial no se exige para la zona norte del Duero, donde sí está permitida la caza del animal. Esta distinta gestión entre ambas zonas provoca un incremento de la población de lobos en la ribera sur del Duero, amenazando el mantenimiento del desarrollo económico de las zonas rurales.

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