Camino Cabañas: “Es sano” hablar del leonesismo, “el político tiene que salir del despacho y escuchar a la ciudadanía”

Camino Cabañas, alcaldesa de San Andrés del Rabanedo, en su despacho.

Elisabet Alba

Camino Cabañas dio el salto, tímido, a la política como número tres en las listas del PSOE al Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo en las elecciones municipales de 2015. La trama de corrupción de la Enredadera hizo que dimitieran cuatro de sus cinco compañeros elegidos junto a ella en las urnas, entre quienes se encontraba la entonces regidora socialista María Eugenia Gancedo. Sin duda un 'empujón' en su carrera de obstáculos que la convirtió en alcaldesa accidental.

Natural de Cistierna, madre de una hija, y licenciada en Historia por la Universidad de León, habla sin tapujos de su llegada al despacho de la Alcaldía, de qué sensaciones guarda después de lo ocurrido, por qué se quedó al mando del Consistorio en un momento en el que habría sido más fácil abandonar, y del apoyo del partido socialista y de los vecinos de San Andrés para convertirse en alcaldesa electa en las municipales de 2019.

En el ecuador del mandato, valora lo que ha conseguido y lo que le queda por delante. A regañadientes, da sus impresiones sobre el leonesismo, apuesta por una 'tercera vía' centrada en el diálogo entre los políticos y la ciudadanía y pide centrar el discurso en León y su futuro.

No ve a sus homólogos en las Alcaldías de León y Ponferrada como rivales. Reconoce que León y el Bierzo se dan la espalda en muchos aspectos y que las políticas deberían cambiar. También en materia de género. Con respecto a cómo se ve en dos años, ¡no quiere ni pensarlo! “Ya veremos”, manifiesta a ILEÓN en una entrevista a las puertas de la 'semana' de la Mujer.

Es la mujer más importante de la provincia de León en lo que a política municipal se refiere, pero su llegada a la Alcaldía fue 'accidental'. ¿Cómo lo recuerda?

Accidental y accidentada. Fue muy duro tener que asumir ese cambio, que era necesario, y era necesario dar estabilidad. Era muy injusto que el esfuerzo que se había hecho en materia económica, a todos los niveles, el intentar tener programación cultural, dar un vuelco al empleo, a los servicios sociales... se había hecho mucho trabajo sin prácticamente ningún tipo de presupuesto y no era justo que todo se redujese a la Enredadera. Ese era el reto más importante.

Y luego, había que construir de cero algo que fue abrupto, que sucedió de repente. Fue difícil. Yo además no tenía, para nada, la intención de ser alcaldesa. Jamás me lo plantee. Sí me planteaba ser concejala, y estaba encantada. Ya lo había tachado de la lista. Pero ser alcaldesa no entraba en mis planes. Aún así me pudo la responsabilidad.

Me acuerdo que me costó un montón entrar en este despacho. Tardé mucho tiempo en querer sentarme, porque para mí era muy difícil. Pasé mucho tiempo sintiéndome intrusa. Me costaba muchísimo ver mi nombre y debajo 'alcaldesa de San Andrés'. Incluso, recuerdo que me llamaban alcaldesa y no miraba, porque no sentía que fuera para mí.

Reconoce que le costó pero, ¿se arrepintió en algún momento?

No, no he tenido nunca la sensación de decir 'no debería haberlo hecho'. Pudo más esa responsabilidad. Todos tenemos aspiraciones, una cierta vocación sino aquí no se soporta, pero a parte tiene que haber ese compromiso de servicio a la ciudadanía y tiene que ser hasta el final. A mí me pudo más eso.

Hay muchas veces que echo de menos mi vida profesional, eso sí que creo que no hay día que no lo eche de menos, pero no me arrepiento porque siempre he pensado que San Andrés tenía posibilidades. Me dolió mucho la Enredadera precisamente por eso, porque suponía poner en tela de juicio las posibilidades del municipio, y porque hay que tener también un componente de locura.

Cómo analiza ahora la Enredadera, que ha pasado un poco de tiempo y parece que toda la trama va a quedar en nada.

No he querido seguir muy de cerca lo que pasa con la Enredadera: si se va a cerrar, si no... He preferido hacer yo mi propio borrón y cuenta nueva con respecto a eso, porque dentro de que fue una situación muy complicada, que está ahí y no se puede obviar, creo que había mucho más en San Andrés que eso. A mí me pilló de la misma sorpresa que al resto. No es algo que yo haya interiorizado como parte del día a día aquí porque para nosotros no existía.

¿Hubo traspaso de poderes o alguna ayuda en la primera toma de contacto en la Alcaldía?

Pasa palabra. (Risas) Nunca he hablado de eso ni creo que sea necesario. Para qué, si todo el mundo sabe que nos cayó así, ¡boom! Tampoco lo esperaba. Entiendo que no es nada fácil para una persona que llevaba tanto tiempo (en referencia a la anterior alcaldesa socialista María Eugenia Gancedo), que tenía esa manera de ser también, de la noche a la mañana desaparecer.

Quizá lo hubiera necesitado, pero entendí que no hubiese ningún tipo de contacto porque no era fácil para las personas que de la noche a la mañana se vieron fuera de aquí.

Tuvo apoyo del partido porque fue la cabeza de lista en las siguientes municipales, las de 2019. ¿Fue fácil pasar de alcaldesa accidental a número uno?

Fue muy fácil y formó parte de la dinámica. No se puede decir que me colocaron ahí para ser alcaldesa, es que no había más posibilidades. Fue una secuencia lógica. En mi caso además fue una secuencia lógica dentro de la propia legislatura. Yo empecé siendo concejala de Bienestar Social, Sanidad, Consumo, Empleo, Turismo y me acuerdo que en el Pleno de organización me cayó Patrimonio así sin verlo venir. A mitad de la legislatura ya hubo un cambio interno y asumí Personal. Ese ya fue un cambio muy grande a nivel personal y a nivel interno. Me dio un peso dentro de la organización y de la 'Casa' y dentro del partido.

Fui poquito a poco asumiendo importancia dentro del partido. Tenía también mucha presencia en los actos sociales, porque es verdad que Eugenia (la anterior alcaldesa) no era muy dada a ir a actos sociales, por mi Concejalía había más posibilidad de estar... Yo ya tenía cierta presencia y no sorprendió. Y realmente me tocaba por lista.

Desde luego que el apoyo de los vecinos lo consiguió porque la suya fue la lista más votada. Casi a mitad del mandato, ¿qué ha conseguido y qué queda por delante?

Quedan muchas cosas por delante. Ademá, es desgraciadamente una legislatura en que la pandemia ha cortado todo el contacto social, la presencia en la calle, la política más de barrio y no tanto de despacho. Esa política más cercana, que se suele hacer en campaña, pero que a mí es la que me gusta hacer, estar en la calle, con la gente y todo eso son cosas que no podemos hacer ahora.

Se ha hecho un esfuerzo extra en la pandemia, también por mis compañeros. Siempre se lo tengo que agradecer. No es lo mismo asumir una situación como la pandemia, que pilló a todo el mundo fuera de juego, con la regidora al frente que encima sumar una baja. Fue muy complicado para ellos. Yo estaba todo lo presente que podía estar pero fue un plus extra.

El logro de lo que llevamos de legislatura es dar esa línea de estabilidad. El diálogo con la oposición, que hay de todo, pero con la familia también discutes, y en este caso es igual. Al final, hemos hecho algo que no había pasado en la legislatura pasada ni en la anterior. A pesar de las diferencias ideológicas sí hay ese concepto 'familiar'. Se hablan las cosas fundamentales, se intenta llegar a acuerdos siempre.

Una de las cosas en las que yo insistí es que no quería un 'rodillo'. No quería un socio de Gobierno con el que sumar 11 (concejales) y tener la legislatura resuelta. No. Yo quería llegar a acuerdos con todos. A veces es con unos y a veces es con otros, y creo que ese es el logro.

Y en materia económica: seguir avanzando para seguir dando servicios en la medida de lo posible. No es fácil, porque ya teníamos organizada toda la legislatura de cara a los servicios y el lavado de cara del municipio y la pandemia, evidentemente, ha supuesto un cambio en la prioridad de los gastos, pero se han conseguido muchas cosas aunque quedan otras muchas.

No sé si una de esas 'muchas cosas' que quedan por hacer es resolver la grave situación financiera del Consistorio.

Ahí la percepción la tenemos completamente diferente. Es verdad que la situación económica del Ayuntamiento de San Andrés es muy complicada por la deuda histórica ya, pero uno de los logros de la 'minilegislatura' pasada, que es como yo entiendo esos últimos ocho meses, y ésta, es haber devuelto anticipadamente la parte que nos correspondía de los créditos.

Es un esfuerzo, realmente. Dos millones y pico una vez y otros dos y pico otra no es peccata minuta. Eso dice mucho de nosotros. Y, sobre todo, dice mucho de nosotros el último informe donde hemos pasado en un lapso de cuatro años de estar en el ranking de los Ayuntamientos más 'peligrosos' en materia de estabilidad presupuestaria, a estar ya dentro de los endeudados, porque eso no lo podemos negar, hay 56 millones de euros de deuda, pero hace cuatro años hablábamos de casi 80.

Al final, la situación económica sigue siendo complicada pero no tiene nada que ver con la que era hace unos años. Eso nos está permitiendo también que en el presupuesto se note. Pasamos de un presupuesto al inicio de la legislatura pasada de 50.000 euros a 1,3 millones en inversiones ahora mismo. Algo se ha hecho.

Además de ser el tercer municipio de la provincia, San Andrés fue el segundo más grande, después de León, en aprobar la moción por la autonomía para la Región Leonesa. Cómo fueron esos días previos, incluso el día de la votación, y si hubo alguna llamada política después.

No me gusta mucho hablar o he intentado no hacerlo porque no fue algo que nosotros pusiésemos en el mapa. Estoy muy contenta con lo que yo llevaba en el programa, independientemente de lo que a nivel personal piense y sienta, y además así lo reflejé en mi intervención. Yo he estudiado Historia, toda mi familia es de León, vivo en una zona en la que el sentimiento nos tira, pero soy muy consciente de las siglas en las que estoy y del programa que defendía.

Nunca me han parecido justas ni las presiones hacia el no ni las presiones hacia el sí

Sin ponerlo nosotros sobre la mesa, también entendí y entendimos perfectamente cómo evolucionaba la cosa. Y pasamos de hecho por muchos sentimientos. Aquí se ha hablado mucho, con nuestros militantes, dentro del partido y yo misma pasé por distintas sensaciones a la hora de abordar la cuestión leonesista. Cuando se da la situación en San Andrés es verdad que a nivel social había cambiado. Cada vez era algo más demandado hasta el punto de que en San Andrés se generó una presión hacia mí, cosa con la que no estoy de acuerdo. No creo que haya que polarizar el sentimiento leonesista, que es muy distinto de una región. Y no me parece justo que se tenga que exigir ni lo uno ni lo otro. Al final cada uno puede valorar dentro de la gestión de un Ayuntamiento que algo puede ser mejor o peor, y el sentimiento en San Andrés puede ser mucho mayor y resulta que en Cacabelos no. Depende de cada sitio hay que atender el sentimiento que tienen los vecinos. Eso no me parecía justo. Nunca me han parecido justas ni las presiones hacia el no ni las presiones hacia el sí.

Por parte de mi partido no tuve presiones hacia el no. Es cierto, no se puede negar porque está ahí, que mi partido tiene una línea de no apoyar la cuestión pero yo no puedo decir, y mentiría si dijera que a mí se me presionó. Yo informé de la evolución que había vivido en San Andrés, que cada vez más los vecinos nos demandaban la cuestión y sobre todo informé que mi militancia estaba por la labor que para mí es lo más importante. En mi caso, además de ser alcaldesa soy secretaria general en San Andrés del Rabanedo. Tenía que atender a las dos cosas. A los vecinos y a mi militancia y era algo que se demandaba y se pedía.

Tampoco era agradable que el segundo municipio del alfoz se posicionase hacia esta cuestión cuando hay una línea de partido que dice otra cosa. Nosotros lo que intentamos era demostrar que podía haber una tercera vía y en ese sentido iba mi discurso. Creo que es posible hacer un discurso integrador donde votando un sí nosotros no estábamos en ese momento enarbolando la bandera del regionalismo o querer ser los adalides de una región. Entendíamos, o yo lo entiendo así, que la cuestión en concreto en San Andrés o a nivel provincial tiene que ver con un hartazgo de lo que está pasando con las políticas de 32 años del Partido Popular en la Junta de Castilla y León donde históricamente no se ha mirado a León. Y yo con eso sí me identifico.

No sé si lo mejor que puede pasarle a León es ser una Región con León, Zamora y Salamanca. También dije en su momento que entendía que esto no era algo solo de León provincia, que teníamos que antes de organizar todo esto sentarnos con Zamora y Salamanca y ver qué piensan ellos, porque no se siente igual. Tampoco se siente igual en el Bierzo, que alguien de aquí, que alguien de Riaño. No tiene nada que ver. La riqueza de nuestra provincia es esa.

No era necesario hacer de esto una batalla, sobre todo a nivel interno de partido, y arrojarnos la bandera a la cabeza

No era necesario hacer de esto una batalla, sobre todo a nivel interno de partido, y arrojarnos la bandera a la cabeza porque a mí mi bandera me gusta mucho, de hecho la puse en el Ayuntamiento por primera vez en colaboración con UPL. En el despacho, fuera, en los centros educativos... Porque yo separo muy bien lo que es cuestión política de lo que es cuestión cultural y a mí mis raíces me gustan, me encanta el Lionés y ojalá lo pudiese hablar, y creo que además no se ha hecho una defensa de nuestros valores culturales igual que han hecho en otros sitios como con el Bable en Asturias, siendo prácticamente lo mismo, ellos han entendido lo que era su lengua, su cultura, la han potenciado... Eso sí es sano.

Hacer de esto una cuestión de liderazgos me parece muy peligroso. El objetivo claro debe ser que León tiene que tener un impulso, un giro en las políticas en todos los sentidos hacia la provincia y no ayuda para nada estar polarizados

Hacer de esto una cuestión de liderazgos me parece muy peligroso y por eso públicamente a nivel personal he querido mantenerme al margen. Creo que se puede abordar, creo que es muy sano hablar del tema pero no creo que sea bueno ni para nosotros como partido ni para los distintos líderes a nivel interno de organización ni para la ciudadanía. El objetivo claro debe ser que León tiene que tener un impulso, un giro en las políticas en todos los sentidos hacia la provincia y no ayuda para nada estar polarizados entre el sí, el no, atacar a compañeros que han votado que no, por ejemplo el caso de Nicanor Sen en Cistierna que también sufrió Santiago Dorado en La Robla que son los que más he seguido de los un poquito más grandes. No me parece justo que se analice quién debe ganar o perder una Alcaldía por una moción. No es justo. Ni que se dilapide a un alcalde que dentro de sus siglas decide votar que no. No es adecuado ni sano porque perdemos el objetivo que es que se nos escuche porque León agoniza y está moribundo y eso no puede pasar. Tenemos que unirnos y ver entre todos cómo podemos reclamar más importancia para León y de manera colateral para Zamora y Salamanca si es que finalmente quieren.

Y para no querer hablar... (bromea)

Lo 'sano' sería hablarlo pero en el Congreso del fin de semana pasado

Yo, que estuve en ese Congreso, no creo que escociera. Evidentemente no es fácil hablar de la cuestión porque está ahí y es público que nos ha dividido y los temas que dividen nunca son fáciles de tratar, pero sí que se trató. Yo no formo parte de la permanente de la ejecutiva, ni de la mesa en la que se organizan los turnos de palabra, no sé si realmente estaba pedida o no la intervención (del alcalde de León, José Antonio Diez), no lo sé, pero hubo mucha gente que hablamos de la cuestión.

Una de las cuestiones que yo dije es que me parecía perfecto que se hablara del tema y defendí esto mismo que estamos hablando, que es sano hablarlo, necesario, y que hay una tercera vía pero es como todo. Hablar de lo que te separa no es fácil. Para mí, giró bastante en torno a la cuestión, más de lo que yo pensaba, y allí cada uno expuso su sí, su no, incluso pudimos debatir y cruzar discrepancias de opiniones. No es malo. Es muy sano. El peligro está en hacer de eso otra noticia, y otra vez hablar del tema, y otra vez hablar del enfrentamiento.

Yo tengo claro que todo lo que defiendo en San Andrés no siempre va a gustar a mi partido, porque a veces entran en conflicto peticiones que haces como alcaldesa para tu municipio y proyectos con un proyecto que se está defendiendo en otro sitio. Polígonos, por ejemplo. Al final cada uno como cargo tiene que defender lo suyo.

Creo que se ha sacado más de contexto y creo que el error, sin saber de dónde partió, ha sido filtrar algo que es interno. En el momento en el que aireamos las cosas que son nuestras internas ya se desvirtúan.

No obstante, ¿cuál es la solución para resolver esta discrepancia entre lo que piensa la ciudadanía y lo que piensa en PSOE?

Diálogo. Diálogo. Diálogo. Diálogo. El político tiene que salir de los despachos, de las sedes. Tendemos a pensar que lo importante son los militantes de carné, que son muy importantes a la hora de marcar las líneas básicas de partido, pero el votante mayoritario no tiene un carné. Yo siempre pongo el ejemplo de mis padres. Yo he mamado mi ideología y mis padres no han sido militantes hasta que yo di un paso activo en política y siempre decía lo mismo, mis padres a lo mejor son más de partido que muchos de los que sacan el carné y se dan golpes en el pecho.

La única manera es escuchar a la ciudadanía. Todos tenemos unas pautas ideológicas que se deciden en congresos federales y en los ideólogos de partido pero tenemos que gobernar para todos, para el que te vota, para el que no, para el que te dice 'ojo, que...' y ahí está el éxito de los partidos más polarizados o más radicales. Los que en teoría tenemos que ser aglutinantes de todo tenemos que escuchar más, mucho más. Y a veces, no pasa nada, cambiar en función de lo que la ciudadanía te diga.

Volviendo al inicio, es la mujer más importante de la política municipal de la provincia. Cómo se ve con respecto a sus homólogos en León y Ponferrada, José Antonio Diez y Olegario Ramón, incluso el presidente de la Diputación, Eduardo Morán que son además compañeros de partido. Llevándolo hacia el Día de la Mujer, ¿es más fácil ser mujer en política o hay que dar 'más explicaciones' o demostrar más?

Personalmente no he notado ninguna diferencia o hándicap por el hecho de ser mujer. Sí es cierto que a otras personas sí les ha pasado. Pero yo no lo he vivido o no me he dado cuenta. Tampoco creo que sea sano que reclamemos la cuota por el hecho de ser mujer. Es verdad que en este momento tiene que existir porque todavía, a la vista está, no hay candidatas en puestos de responsabilidad y espero y deseo que pronto se normalice, y que podamos hablar de una alcaldesa en León, en San Andrés ya ha habido más, de una candidata a las Cortes, o a la presidencia del Gobierno. Creo que es necesario.

¿Cuál es la relación con ellos?

Bien. Por ejemplo con Olegario (Olegario Ramón, alcalde de Ponferrada) solía decir que éramos la pareja de baile porque en todos los actos, como normalmente te colocan por número de habitantes o por zonas, a mí casi siempre me coincide a su lado. Cuando no es así, solemos buscarnos.

Yo me llevo bien con todos o lo intento. No sé si luego por detrás dicen 'fíjate, ésta'. Intento llevarme bien con todos porque contra lo que suele parecer no creo que ellos sean los competidores. Yo no compito contra León ni contra Olegario ni contra Eduardo (Morán) en Diputación ni contra mi secretario provincial (Javier Alfonso Cendón). Al contrario.

Parece que León y el Bierzo viven un poco a espaldas. Lo preguntaba por si hay sinergias entre los territorios y si las podría o las debería haber en la situación que vive la provincia.

Creo que debería haberlas. Parece que del Manzanal para acá cuesta menos venir y del Manzanal para allá está muy lejos. Pasa siempre. Es algo inevitable. Lo que no puede ser es que intentemos integrar y que las comunicaciones entre Ponferrada y León sean salvajes. Lo normal es que esté mucho más integrado, que haya un tren que no tengas que andar haciendo dos mil recovecos o buscarte coche para poder moverte... Deberíamos vincularnos más.

Sí que noto que hay como mucha presencia a nivel de actos y de comunicación de León y el alfoz y queda un poco al margen Ponferrada. Creo que desde aquí, y es tirar piedras contra mi tejado porque yo adquiero más importancia porque Ponferrada la tiene menos a nivel de actos y presencia en ese tipo de situaciones, creo que la manera de integrar es estar ahí.

Cómo es la Camino detrás de la política.

Desgraciadamente la política deja muy poco tiempo para la parte personal y familiar. Aunque yo sí que intento desconectar. El rato, es poco, muy poco, pero el rato que paso con mi familia y con mi hija sí que intento hacer muchas cosas, involucrarla, tenemos un vínculo ella y yo muy especial e intentamos aislarnos. No es fácil porque los teléfonos son el engendro del demonio que te tienen atado todo el día pero me gusta disfrutar de la parcela personal que tengo que además es muy rica, muy interesante y como yo veo esto como algo temporal, no soy partidaria de esas personas que viven 'por y para' porque esto dura un tiempo... es una contribución a la ciudadanía y el día que se termine yo tengo que volver a mi mundo profesional, a mi vida, a mis estudios, a mis cosas.

Es fácil compatibilizar ambas facetas.

No, y ahí sí que noto que las madres lo tenemos difícil. Te puedo poner un ejemplo. He llorado más de una vez por no poder recoger a mi hija a tiempo, porque no hace tanto se rompió un brazo y yo estaba aquí en un Pleno que debería haber sido más corto y no lo fue y no pude salir corriendo, porque le tienes que explicar que 'hoy tienes que estudiar tú sola' porque te tienes que ir a Madrid... Eso es muy complicado. Afortunadamente mi hija lo entiende pero no es fácil y lo lloras, pero no te queda más remedio. Eso a ellos no les pasa.

Y cómo se ve en dos años.

Uy. (Risas). La pregunta del millón. No lo sé. Me veo en principio todavía aquí, en el día a día. Tampoco lo pienso. Igual que al principio no lo pensaba, iba quemando etapas y no planeaba si iba a ser candidata y cuando fui candidata no planeaba si iba a ser alcaldesa... dentro de dos años estaré terminando la legislatura pero no tengo la hoja de ruta marcada. No lo sé. Dependerá de si hemos sido capaces de enderezar el Ayuntamiento en materia de personal, si yo a nivel interno siento que he conseguido lo que me había propuesto de cara a la ciudadanía. Yo eso sí lo tengo muy claro. Si veo que en algún punto no he sido capaz de conseguir lo que creo que es posible en San Andrés habrá que decir hasta aquí llegué.

El plan es sobrevivir y al día a día. La Enredadera me enseñó que en un minuto todo cambia. Yo tenía otros planes completamente diferentes, que pasaban por la formación en el partido, por irme de la parte más directa de la política, ¡y mira! No lo sé.

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