Rajoy, año I

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en un reciente acto de la campaña electoral catalana. Foto: Partido Popular

Antonio Vega

El Partido Popular ha optado por no celebrar su histórica victoria electoral de hace un año, que teñía casi todo el mapa de poder del azul del partido, visto que la situación en la calle no pasa por su mejor momento tras la huelga general del pasado 14 de noviembre y la indignación ciudadana por el tema de los desahucios.

Ya lo titulábamos en ileon.com hace un año “Rajoy será Presidente con una mayoría histórica” y en estos doce meses de su victoria electoral, y once meses como Presidente del Gobierno, ha demostrado para lo que siempre han valido estas mayorías, para gobernar ejerciendo el rodillo, mostrando una adicción a la elaboración de normas que no se discutan en el Parlamento o se hagan vía comisiones. La mayor parte de las medidas del Gobierno no han tenido el respaldo de otros partidos políticos en el Parlamento ni, según las encuestas, el respaldo de los ciudadanos. Desde que gobierna los políticos han caído en la peor valoración de las encuestas jamás conocida y su propia reputación alcanza mínimos históricos para un político (ver encuesta CIS). Lo positivo es que tiene mejor valoración que la del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que todos dan por próximo cadaver político.

El primer Gobierno de Rajoy pasará a la historia por aplicar los mayores recortes nunca conocidos en España, en fases sucesivas; por haber sido el primero en sufrir en menos de un año dos huelgas generales; por el rescate a los bancos y las enésimas reformas del sistema financiero; por el paro que no desciende y alcanza máximos históricos; por el desafío soberanista en Cataluña; por el fracaso electoral en Andalucía; por las promesas incumplidas; por la victoria electoral en Galicia; por las polémicas reformas del aborto y las tasas judiciales; por la derrota del recurso contra el matrimonio homosexual; por el 'Rodea el Congreso'; la subida del IVA; por los desahucios; por la reforma de la sanidad y la educación; etc. Miles de razones que harán seguramente un hueco en la historia al séptimo Presidente del Gobierno de la democracia española.

En su defensa el Presidente del Gobierno lo tiene claro ¿Qué habría pasado si no hubiéramos tomado estas medidas?, pero eso es algo que nunca sabremos, quizas por suerte o quizás por desgracia. De momento se aviene el segundo año de la era Rajoy, con dudas de si será el del rescate de España o el de la tozudez del jefe de Gobierno en no pedirlo. Las previsiones anuncian de momento medio año más de recesión y luego ya una salida leve, pero salida, de la crisis. Del acierto, o no, de la política económica de Rajoy y su equipo dependerá que su valoración siga en mínimos históricos o logre remontar y se consolide en la recta hacia el final de la actual legislatura, ya que de momento su histórico rival, el PSOE, sigue sin encontrar fondo a su caída.

De momento el 2013 se plantea como clave para adoptar la decisión de pedir el rescate como país o no, y seguramente en esa hecho se jugará la mayoría del capital político que le queda al inquilino de La Moncloa. Eso si las ocurrencias de su Gobierno (El Gobierno planea otorgar la residencia a quienes compren pisos de 160.000 euros) no aumentan el descontento social y generan un estallido del que es imposible prever sus consecuencias.

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