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¿Cómo se comprometen las entidades financieras para conseguir una actividad más sostenible?

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Tomás Muñoz M.

Si en los años posteriores a la quiebra económica de 2008 gran parte de la población miró hacia el sector financiero con recelo, durante la reciente crisis sanitaria la situación ya se había revertido. A la predisposición de los bancos a inyectar liquidez en el sistema como medio facilitador para resolver la coyuntura —como adelantó en el primer año de pandemia un estudio elaborado por el Instituto de Español de Estudios Estratégicos— se sumaron importantes cambios en el compromiso social de las propias entidades. Actualmente, los responsables de las empresas de crédito han ido un paso más allá en su intención de construir un mundo mejor y se han incorporado a los postulados de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nacieron en la Asamblea General de la ONU en el año 2015 con el propósito de ser alcanzados en menos de dos décadas. De esta forma, se estableció un pacto global para que administraciones públicas, empresas y ciudadanos de todo el mundo buscaran soluciones conjuntas a los grandes desafíos a los que se enfrentan la humanidad y el planeta. Así, en el caso de la banca, si bien el campo de actuación abarca todos los puntos planteados, existen cuatro ODS en concreto en los que se puede actuar con una mayor influencia. Se trata de los números uno —fin de la pobreza—, ocho —trabajo decente y crecimiento económico—, 12 —producción y consumo responsables— y 17 —alianzas para lograr los objetivos—.

Tomando como referencia a una de las organizaciones financieras más representativas de nuestro país, CaixaBank —tercera entidad por millones de euros en activos, así como por el número de empleados y sucursales—, contribuir a la obtención de los ODS ha pasado a ser un eje estratégico, ya pasó a formar parte de su Plan de Banca Socialmente Responsable materializado entre los años 2019 y 2021 y es un pilar básico en el nuevo Plan Estratégico 2022-2024 presentado recientemente por la entidad.

Con esta hoja de ruta sobre la mesa, la firma ha potenciado proyectos como MicroBank, su banco social, con el que busca “facilitar liquidez a las personas y colectivos con más dificultades de acceso al sistema crediticio tradicional para generar un impacto positivo en la sociedad”, tal y como precisan fuentes de la compañía. Su actividad se centra en las familias, emprendedores y el denominado impacto social. En total, desde 2007 ha financiado más de 8.000 millones de euros, que han ayudado a un millón de familias vulnerables y a 225.000 emprendedores y microempresas. De cara a los próximos años, esta filial ha anunciado que movilizará otros 3.500 millones de euros hasta 2024, en concesión de microcréditos para impactar en más de 413.000 beneficiarios.

En materia de empleo, CaixaBank ha contribuido a generar cerca de 57.000 puestos de trabajo “a través del efecto multiplicador de la relación con los proveedores”, señalan desde la entidad. Al mismo tiempo, la iniciativa CaixaBank Dualiza en favor de la Formación Profesional facilita la empleabilidad de los estudiantes, hasta beneficiar a casi 6.500 alumnos y alumnas únicamente en el año 2021, según datos facilitados a este medio.

Respecto a una temática tan preocupante en España y que ha desatado varias polémicas como es la inclusión financiera, CaixaBank se encuentra en una posición privilegiada con la mayor red de oficinas de nuestro país —más de 4.000, repartidas en 2.200 municipios y 11.700 cajeros—, lo que hace llegar el flujo hasta el 99% de la población residente en municipios de más de 5.000 habitantes y al 92% del número total de habitantes. Consultando la información pública de la organización, se puede comprobar que se trata del único banco presente en 472 localidades donde no existen alternativas, mientras que en 622 poblaciones los ciudadanos tienen acceso a los servicios gracias a sus oficinas móviles.

Pieza indispensable en la transición ecológica

Durante el primer semestre de 2022, la división de Banca Corporativa, Institucional e Internacional de CaixaBank ha concedido más de 9.500 millones de euros a financiaciones sostenibles, un 28% más que el mismo período del año anterior. En este sentido, según la League Table Green Use of Proceeds Top Tier Lender de Bloomberg, la entidad sufragó 1.800 millones de dólares en diez operaciones situándose en segunda posición del ranking mundial, solo por detrás del japonés Sumitomo Mitsui Banking Corporation.

Sin embargo, cabe preguntarse qué depara el futuro ante una coyuntura de crisis energética y preocupación creciente por el cambio climático. ¿Se adoptarán estrategias para hacer frente a los desafíos del planeta? Tomando de nuevo como ejemplo a CaixaBank y su nuevo Plan Estratégico —el primero que se presenta tras la integración de Bankia—, entre los objetivos principales de los bancos sí se encuentra la sostenibilidad. De este modo, la firma incluye un programa específico para abordar la materia medioambiental: “Queremos impulsar la transición verde de las empresas y la sociedad, liderar el impacto positivo y promover una cultura responsable”, especifican sus pautas generales.

Una de las piezas clave para promover el cambio hacia un futuro sostenible pasa por financiar la transición para que compañías de todos los tamaños y ciudadanos puedan acometerla. En esta dirección, CaixaBank ha confirmado que movilizará 64.000 millones de euros para este cometido. Además, de puertas adentro, las cifras de la entidad revelan que en los últimos siete años se ha conseguido reducir en un 64% sus emisiones de dióxido de carbono, no obstante, “el compromiso es avanzar en la descarbonización total de la cartera para alcanzar cero emisiones en 2050”, aseguran. Aunque estos objetivos se concretarán y harán públicos a partir de octubre.

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