Rogelio Blanco abre la Feria del Libro de León defendiendo la inversión en cultura

XXXV Feria del Libro de León

I.R.

La XXXV Feria del Libro de León ya está en marcha. El leonés Rogelio Blanco, asesor de la Secretaría de Cultura y antiguo director general del Libro, ha sido el encargado de ofrecer el pregón inaugural en el salón de plenos del antiguo Ayuntamiento de San Marcelo.

El cepedano ha estado acompañado por el concejal de Cultura, Juan Pablo García Valadés; el presidente de la Asociación de Libreros de León, José Antonio Sánchez; una representante del Banco Herrero, que patrocina el evento, y el escritor Alfonso García, quien se ha encargado de presentar al pregonero, al que se ha referido como “un intelectual en el sentido generoso y genuino de la palabra”, del que ha destacado su dedicación a León, su entrega, capacidad de trabajo y generosidad.

En su discurso, Blanco ha aprovechado para defender una cultura que vive sus horas más bajas con los más altos recortes. “Lo destinado a cultura no es gasto sino inversión”, ha manifestado. Y se preguntaba qué quedaría de España si quitaran la 'ñ', Velázquez, La Celestina, el Quijote... y muchos otros grandes valores culturales que tiene. O en qué mapa encontraríamos León si le arrebataran sus tradiciones, su historia, la gastronomía o el Barrio Húmedo.

“Nadie como vosotros sufre y entiende la crisis”, ha asegurado Blanco a los libreros presentes en la sala. “Pero de todas las crisis se sale porque la gente del libro es irreductible”, ha añadido.

La defensa de los libros ha marcado todo su discurso que, en esta feria que tiene como protagonistas a los libros sagrados, ha dedicado al peligro de los fundamentalismos de religiones e ideologías y a cómo la intolerancia lleva al exterminio de libros, como ha ocurrido en numerosas etapas de nuestro mundo. “La historia de la aniquilación por mor de los libros es larga”. Así, bajo el título de 'Timeo hominem unius libri' (Temo a los hombres de un solo libro) ha hecho un repaso por los asaltos de los nazis, la quema de la Inquisición, las prohibiciones de la Unión Soviética, los invasores franceses, las tropelías de la Guerra Civil...

“A mí los libros me ayudaron a ser libre, a liberarme de las ataduras, contribuyeron a darme la posibilidad de ser persona”, señaló Blanco.

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