Novedades musicales: ‘Libre asociación’ de The New Raemon
Ramón Rodríguez ha evolucionado. Y eso se nota en su nuevo trabajo 'Libre asociación. Si eres de aquellos que ha seguido su trayectoria musical lo notarás ya en una primera escucha. Una nueva vuelta de tuerca de The New Raemon, quien se vuelve a distanciar del sonido de Madée, su grupo en inglés con amigos de la adolescencia, o aquellos tintes de cantautor de 'A propósito de Garfunkel' o 'La dimensión desconocida'.
Se trata de un disco de poco más de media hora, pero espeso y lleno de intensidad, en el que el cambio de registro musical es evidente, con una mayor apuesta por las guitarras eléctricas o por arreglos a los que no nos tenía acostumbrado. Frente a ello, es fiel al planteamiento de sus letras: la primera persona del singular sigue abundando en cada uno de los cortes de su disco, con lo que se presumen continuas referencias autobiográficas.
Desde el comienzo, con la canción 'Lo bello y lo bestia', ya deja patente lo que será la línea de este disco. Hastío, descontento, malestar, el estar desbordado vitalmente... todo ello impregna ese primer acercamiento a 'Libre asociación' con un tema ácido y oscuro, pero que llega. Y así será hasta su (para mí) magnífica 'Llenos de gracia', magnética y desoladora.
Musicalmente se ha producido un cambio, pero no es el único: la puesta en escena del disco, tremendamente visual, se acopla perfectamente a este nuevo planteamiento del artista. Lo que un momento fueran ilustraciones de tintes naïf como las de Martín Romero, dejan paso a las de David Elvira y Tina Schmidt, con dibujos de personas que se esconden tras máscaras y que deambulan por la penumbra del bosque.
El proceso de elaboración del disco da pistas sobre su resultado. Rodríguez se refugió en su casa del Maresme y fue componiendo todos los temas con la compañía de su Telecaster y su improvisación que le dejaba la melodía. Día y noche. Diez días. Cada día un tema, sin salir de ahí hasta que cada una de las canciones no estuviera acabada. Llegados a esta cifra redonda dejó la producción para sus amigos Santi García y Ricky Falkner, quienes realizaron una labor impecable.
