Óliver Álvarez Riera: “En todo ese afán de lectoescritura hubo un profesor, César Cabezas, que me dio aliento”

Óliver Álvarez Riera

Manuel Cuenya

Dice Vicente Luis Mora a propósito de 'Constante Qwerty' que la 'textovisualidad' de estas páginas nos convierten en lectoespectadores, lo que revela no sólo una voz personal, sino y sobre todo una 'mirada' única, cuya visón propia se plasma en el texto abierto ante nuestros ojos.

Por su parte, el autor de esta obra aclara que se trata de una pequeña antología poética en edición no venal que publicaran en 2017 la Fundación Antonio Pereira y la del Conde de Lemos, donde se espigan textos de unos tres libros distintos: 'Download.zip', 'Sismógrafo' y 'Ágora de ti, geoda'. “Esa selección me sirvió sobre todo para revolver y resolver alguno de los otros poemarios”, precisa Óliver, que agradece no sólo la labor de Vicente Luis Mora como prologuista del libro sino también la faceta del maquetador así como la de los promotores. Y por supuesto muestra su gratitud a Daniel Volgy, “camarada, cortometrajista de animación e ilustrador de la portada del librillo en ciernes”.

En cuanto a su faceta como docente, recuerda que enseñar, preparar e impartir unas clases siempre conlleva recorrer lo aprendido para comunicarlo, darle vueltas (cuando no ir abriendo campo), y eso afianza aspectos y estrategias que podrían ir rebotando en la actitud creativa.

“Resulta tan tópico como evidente: al enseñar se aprehende mucho; pero la creatividad, como el aprendizaje, no tiene necesariamente que ver con la acumulación, sino con un decantado óptimo. Se me ocurre que podrían ser de algún modo destilados asimilables: el maestro 'enseña' un camino y el artista lo 'señala', que etimológicamente sería lo mismo”, detalla Óliver, que en estos momentos coordina un club de lectura juvenil en la Biblioteca Municipal de Ponferrada, Leercianos, a través de la asociación literaria ALCE: “un pequeño granito de arena para tentar y afianzar los intereses librescos entre la juventud de la zona”, apunta.

“Es probable que también se monte algo en algún local de la ciudad vinculado con la literatura, aunque de momento lo que hay son ganas y algunas ideas dando vueltas. Y hay por ahí también latente un lento pero ambicioso proyecto de activismo cultural en el que andamos metidos varios locos y locas que irá cuajando para el 2022”, agrega Óliver, cuya pasión por la literatura comenzó siendo un chaval de trece o catorce años, cuando alguien de su familia le regaló una antología y en algún momento le llamaron la atención las canciones de Sabina que escuchaba su madre.

Resulta tan tópico como evidente: al enseñar se aprehende mucho; pero la creatividad, como el aprendizaje, no tiene necesariamente que ver con la acumulación, sino con un decantado óptimo. Se me ocurre que podrían ser de algún modo destilados asimilables: el maestro 'enseña' un camino y el artista lo 'señala', que etimológicamente sería lo mismo

“Después está aquella frase que un viejo libro de citas célebres que tenían mis padres por casa atribuía a Platón, pero vete tú a saber, como con los memes: 'Al contacto con el amor, todos nos hacemos poetas'. Luego, unas lecturas me fueron llevando a otras, y como imitar nos viene de serie, iban cuajando las hormonas a sílabas contadas. Pura ludopatía”, así cuenta que se inició en las palabras y en el lenguaje literario.

“En todo ese afán de lectoescritura hubo un profesor de literatura, César Cabezas, que estimuló mi curiosidad en buena hora y me dio aliento”, matiza Óliver, para quien el Bierzo es 'taina', que es como él y sus compañeros le llamaban al espacio protegido cuando jugaban “a pillar” en el recreo.

“No sé quién dijo aquello de que cada cual es de donde hace el bachillerato, y supongo que por ahí van los tiros: esa raigambre del entorno por puro contacto con la vida en embrión -aun siendo uno poco proclive al orgullo de las esencias y las identidades (de)marcadas- deja poso. Su 'teluremia', el tuétano de lo que la palabra Bierzo connota en mí, tiene mucho que ver con mis experiencias en el pueblo de Valdecañada y con mis ocios de juventud por Ponferrada, y con ese puñado de íntimas personas y paisajes que me vinculan a este espacio y a este tiempo donde vine al mundo por casualidad. Y donde sigo; porque no se está mal si hay cierto empeño y mucha suerte, pero andan las cosas difíciles”, explica Óliver, cuyos manantiales literarios más recientes, en su opinión, son Chantal Maillard y Olvido García Valdés.

Veneros literarios

“Mi venero de entrada fue Benedetti; mamé Ángel González y Bonald y Valente valieron de mucho. Borges me puso las pilas: la ciencia y la filosofía y su artificio”, apostilla él, que reconoce que va muy a su aire y, por tanto, anda rebosante de lagunas.

“Creo que tenemos en la provincia leonesa bastante músculo literario con autores, oriundos o residentes, como Noemí Sabugal, Carlos Fidalgo o Tomás Sánchez Santiago.

https://www.ileon.com/cultura/084661/noemi-sabugal-el-periodismo-es-una-buena-escuela-de-escritura-porque-obliga-a-la-concision-comprobacion-de-datos-y-cierta-limpieza-estilistica

https://www.ileon.com/cultura/036086/carlos-fidalgo-soy-de-los-que-escriben-sobre-un-viaje

https://www.ileon.com/cultura/090638/tomas-sanchez-santiago-siempre-me-ha-parecido-torpe-y-hasta-peligroso-el-ensimismamiento-y-la-exaltacion-excluyente

Eso sin contar pesos pesados todavía hábiles como Mestre o Gamoneda, o el Trío Filandón (Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José María Merino, este último reciente Premio Nacional). Así como ha sido un magnífico descubrimiento la escritura poética del cacabelense Pablo López Carballo, igual que lo fueron los cuentos del fabulista crónico Pablo Andrés Escapa. Sara R. Gallardo o Ester Folgueral también me tiran“, rememora Óliver, que colabora con Radio Bierzo reseñando mensualmente un libro.

https://www.ileon.com/cultura/051537/pablo-lopez-carballo-no-me-identifico-con-las-etiquetas-de-narrador-o-poeta-no-se-lo-que-significan-realmente

https://www.ileon.com/cultura/044228/pablo-andres-escapa-hay-oestes-cercanos-en-todo-el-mundo

https://www.ileon.com/cultura/034670/sara-r-gallardo-mi-meta-no-es-escribir-mas-o-publicar-mas-a-menudo

“Complementario a ese espacio es el blog www.oyeyleelos.blogspot.com, donde gloso algunos contenidos más sobre las obras o autores y autoras recomendadas”, destaca este autor que confiesa tener un libro que nunca ha terminado pero cuya dedicatoria le caló mucho antes de que se 'arrimara' a la docencia: 'A mis alumnos, maestros, grandes provocadores'. En todo caso, durante estos últimos años se ha dedicado más a la lectura que a la escritura. Algo esencial, leer para luego poder escribir con cierto fundamento.

Se ha dedicado, a su juicio, a revisar textos para zanjar unos poemarios que arrastraba desde hace tiempo. “Dos de ellos me decidí a moverlos por alguna editorial a ver si hay suerte. Ando también ensayando una edición sonora de alguno de esos textos con un estupendo músico de la zona y colega”. Y ahora está con la narrativa. Es probable que ya tenga, en su opinión, el título una colección de cuentos: 'La camiseta del árbitro'.

Mi venero de entrada fue Benedetti; mamé Ángel González y Bonald y Valente valieron de mucho. Borges me puso las pilas: la ciencia y la filosofía y su artificio

Respecto a la pandemia, que aún seguimos arrastrando, considera que es un buen desafío colectivo que se nos ha venido encima, que le hace pensar en la fragilidad, desde lo biológico a lo social, y en la necesidad de tomar conciencia de ciertas responsabilidades, como las que hemos tenido que ir asumiendo incluso a regañadientes para salvaguardarnos comunitariamente.

“La propia palabra 'pandemia' en sus raíces nos muestra que todos somos pueblo, y vulnerable; al fin y al cabo, es la red de hongos la que sostiene el bosque. Mental, económica y culturalmente la pandemia habrá sido un desastre para muchos, y para algunos acaso una oportunidad de aliento, reflexión y despegue; en balance, y personalmente, cierta ansiedad desconocida, algunas personas arrebatadas y un extrañamiento renovado ante el ser humano, para lo bueno y para lo malo”.

Entrevista breve a Óliver Álvarez Riera

“Resignados ante la alucinación tecnológica del mundo mientras la metadona del espectáculo nos bienaventura”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Cualquiera de las dos colecciones de cuentos de Ted Chiang.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Imprescindible en la literatura sería sin duda el cuentacuentos: pongamos por caso Sherezade. En la vida, el Dr. Jekyll (y Mr. Hyde).

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Prefiero no responder a esta cuestión.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Perfeccionista perezoso: procrastinador premium.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Sentido del humor.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Sobre la política, y en lo práctico: a falta de sustancia, sobran detalles. Socialmente, como pollos sin cabeza entre el estoicismo y la anarquía, resignados ante la alucinación tecnológica del mundo mientras la metadona del espectáculo nos bienaventura.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Dar vueltas a las cosas, tiempo libre. Sobremesas redondas con amigos.

¿Por qué escribes?

Para leer mejor, y sacarles punta a algunos lápices; y porque me descentra de la abulia y el piloto automático.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Me parece que los usos larvan costumbres en cualquiera, conscientes e inconscientes, o pueden hacerlo. Añadiría el 'Guásap'.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Si entendemos aquí por fuentes los 'estímulos' de donde mana la escritura, a menudo salta la liebre sin que tenga uno mucha mano: divulgación científica, un comercial que oyes a deshora, los 'takeos' en los muros de las redes, imágenes que te ponen en movimiento, viejos subrayados. Si uno bebe, tarde o temprano tiene ganas de mear.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Uno de los que más ojeo, además de esta Fragua literaria, es 'Diario de lecturas', de Vicente Luis Mora.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Dos, que soy Géminis:

“La poesía es un sesgo de la percepción que atraviesa todas las artes” (Chantal Maillard).

“Si le dejamos el lenguaje al más obtuso, acabaremos ladrando” (El Roto).

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