José Antonio Llamas: “El negocio editorial, y el poder político, se confunden a veces con la calidad”

José Antonio Llamas, flanqueado por Julio Llamazares (i) y Luis Mateo Díez.

Manuel Cuenya

Conozco a José Antonio Llamas, Toño, desde hace años. Además de una persona magnífica, es un poeta enorme. Hemos coincidido en algunas ocasiones, no tantas como a uno le gustaría, pero así es la vida.

Lo recuerdo con afecto, tanto en Cármenes, donde tenía un hórreo estupendo (allí escribió el poemario 'Manuscrito del Alba'), como en Noceda del Bierzo, el útero de Gistredo (ese espacio real y legendario que debiera estar declarado Reserva de la Biosfera), en el Encuentro literario que el Colectivo cultural la Iguiada, a través de quien esto suscribe, viene haciendo desde hace once años en el mes de agosto en esta localidad del Bierzo Alto.

Toño es poesía en estado puro. Y narrativa. Es asimismo uno de los cofundadores, junto al académico Mateo Díez y los escritores Ángel Fierro y Agustín Delgado, de 'Claraboya', “una revista de aprendizaje” que se fraguó en 1965 cuando sus fundadores, con una formación clásica en filosofía, tenían unos veinticuatro años de edad. Esta formación les sirvió para afrontar “una realidad mezquina con unas armas desproporcionadamente grandes, pero algo más eficaces que las habituales entonces”, aclara el creador del extraordinario poema 'No amanece', que además ha sido musicado por el cantautor y compositor astorgano Carlos Huerta: https://www.ileon.com/cultura/057799/carlos-huerta-la-poesia-si-no-tiene-ritmo-es-una-secuencia-de-palabras-y-frases-encadenadas-sin-alma

https://www.youtube.com/watch?v=sJWeo_4m6X0

“Podíamos leer a Ovidio y a Virgilio en latín y corregir algunas de las traducciones impresas. El griego de Homero no nos era ajeno. La gran historia universal tampoco. Los movimientos literarios que se producían en Francia los podíamos leer en francés. La gran literatura rusa la habíamos estudiado en clase. Era un comienzo prometedor, pero Cernuda y Neruda, y toda la enorme cantidad de poesía que llegaba nueva la podíamos asimilar. Sobre todo Agustín, con el que yo mantuve una proximidad durante años, primero en León y luego en Barcelona donde vivíamos en la misma pensión de la calle Baños Nuevos, y una ciudad entonces en ebullición cultural donde entramos en contacto con gentes como Batlló, y en la que volvíamos a conectar con Fierro, con Ballesteros, con Vázquez Montalván... La parte más internacional de 'Claraboya' se hizo en Barcelona”, explica Toño Llamas, que fue alumno de Filosofía, “en el Seminario Mayor, frente a la catedral”, de Don Antonio González de Lama.

Cuenta que allí habían formado un grupo que llamaban 'Gritos de guitarra', conformado por Higinio del Valle, Ángel Fierro y algunos otros, al que acudían asimismo Luis Mateo y su hermano Antón Díez desde el exterior.

“Agustín Delgado se había ido a Comillas porque era universidad, pero manteníamos el contacto”, especifica Toño, feliz de que a su maestro González de Lama (uno de los fundadores de la revista 'Espadaña') hubiera podido mostrarle sus poemas en el recreo para que le diera su opinión. Recuerda que González de Lama le recomendaba, aparte de libros clásicos, 'Hijos de la ira' de Dámaso Alonso, “para que viera por dónde podía ir la poesía también”.

Confiesa que leía todo y que, él y sus amigos exclaustrados: Agustín, Mateo, Antón y otros más (“Fierro estaba en Barcelona ya”), se veían a diario en León y solían dar su paseo matinal por la ciudad con Don Antonio González de Lama.

“Éramos como sus hijos. Él nos guio y nos ayudó. Cosa que Crémer se negó a hacer. Y cuando hubo que buscar un director con título nos señaló al joven sacerdote Bernardino M. Hernando, que vivía en la Plaza del Grano y tenía título y carnet de periodista, indispensable para publicar. Nosotros no seguíamos a Don Antonio ni como un Gurú, ni como un mentor, sino como a un sabio con experiencia, que era lo que nosotros no teníamos aún. Su opinión, que a veces respetábamos y otras no, iba siempre en el camino correcto, aunque la revista 'Espadaña', su obra mayor, hubiera muerto ya, era para nosotros cosa a no seguir, ya que el único de aquel grupo que nos merecía respeto era el autor de 'Pueblo Cautivo' y nos los sigue mereciendo hoy”, expone el biógrafo del Padre Isla, para quien esta biografía era un débito con él, pues Llamas nació en la casa de enfrente de la que naciera el Padre Isla en Vidanes.

Nosotros no seguíamos a Don Antonio González de Lama ni como un Gurú, ni como un mentor, sino como a un sabio con experiencia, que era lo que nosotros no teníamos aún. Su opinión, que a veces respetábamos y otras no, iba siempre en el camino correcto, aunque la revista 'Espadaña', su obra mayor, hubiera muerto ya, era para nosotros cosa a no seguir, ya que el único de aquel grupo que nos merecía respeto era el autor de 'Pueblo Cautivo' y nos los sigue mereciendo hoy

“Fue Alfonso García quien me facilitó la magnífica edición en tapa blanda y tapa dura. Hace poco que pude comprar un ejemplar en Cistierna. Y la ocasión fue la celebración en 2003 del tercer centenario de su nacimiento”, apostilla Llamas, orgulloso de nacer en una familia ejemplar, “pobre pero ejemplar”. Satisfecho de gozar de lo mejor de la vida campesina, “sin dejar por ello de aprovechar la oportunidad de ver con mis propios ojos cómo era al quehacer diario de la dictadura, representada allí por una familia con muchísimo poder, que, portándose maravillosamente conmigo y con mi familia, no dejaba de traslucir el verdadero ensamblaje de aquel poder del que no se podía discrepar”, lo cual le llevó a irse y a buscar la forma de cambiar aquella sociedad, lo que le hizo caer, en su opinión, en las garras de una izquierda que pronto se reveló como otra cara del poder, que también tuvo que abandonar.

“León ahora no tiene de aquel que yo viví nada que no lo diferencie de cualquier otra región”, señala Llamas, si bien reconoce que el panorama literario leonés se le antoja magnífico, con grandes poetas, como son sus amigos, y algunos prosistas que escriben poesía de la mejor.

“Lo que más despierta mi interés sigue siendo la constatación de que, en León, como en el resto del mundo, el pasado inmediato deja enseguida de contar. Cada cual necesita inventar el mundo. No se acude a los 'Antonios de Lama'. ¿Por qué? Eso sucedió en mis tiempos cuando saltaron a la palestra los Novísimos y 'fue así como se jodió el Perú'. El negocio editorial, y el poder político, se confunden a veces con la calidad. Menos mal que el tiempo vuelve a removerlo todo, a poner a cada uno en su lugar. Aunque algunos de los más grandes tengan que morir en la desilusión total, como Agustín Delgado, al cual se le debe mucho más de lo que León le da”, afirma Toño Llamas, que reconoce que, cuando necesita un chute de belleza y creatividad, relee a Luis Mateo Díez, o a Agustín Delgado, y todo vuelve a empezar.

El rigor en la obra literaria

“La mayoría de mis poemas pasaron por el filtro de Agustín Delgado. Era el crítico más feroz. Pero era sincero y amigo y me libró de dar a la imprenta cosas de las que ahora abjuraría. Cuando él faltó, recurrí a Fierro (como en 'Harmónica de cristal'). Y en la actualidad a Manilla y a Trancón”, añade Toño, de cuya obra destaca la rigurosidad, aunque en su prosa nunca haya pretendido la perfección, y le quede por publicar una larga novela sobre el paso del tiempo, dos pequeñas novelas sobre una muchacha leonesa que sale en 'El Quijote', y otra sobre el Medievo en la zona del Cea-Esla.

“Mi obstinación en no participar en concursos tal vez me ha alejado del mundo editorial. Y no lo lamento. Me conformo con el reconocimiento de amigos como Mateo, Merino, etc.”, apunta este colosal poeta que en la actualidad ejerce como columnista de 'La Nueva Crónica', escribiendo por primera vez con completa libertad, según él, en un periódico generalista, “y eso gracias a su director David Rubio https://www.ileon.com/cultura/034064/david-rubio-leon-es-una-tierra-de-grandes-contadores-de-historias, que, como alguien 'de la profesión' y con un maestro en la familia como ha tenido la suerte de disfrutar, jamás interfiere y deja hacer. Le gustará más o menos, pero no deja que la opinión del editor resulte determinante en el escritor. En el Diario no sucedía lo mismo. Y en la vieja Crónica me llamaron la atención más de una vez”, advierte Llamas, convencido de que está en esa fase en la que uno solo mira los nombres de los que han fallecido y su edad, pues los proyectos son, a su juicio, para la juventud.

“Lo de un poeta anciano es escribir lo mejor que sepa y dejarlo ahí. De Antonio Machado sabemos hasta su último apunte momentos antes de morir: 'Estos cielos azules y este sol de la infancia' que escribió paseando por la playa de Colliure, a la que he podido ir infinidad de veces a sentir algo parecido a lo que Machado debió sentir, lejos de la patria, perseguido y olvidado, y tal vez cansado de vivir, pero enfrentándose al último viaje: 'Casi desnudo, como los hijos de la mar'. Hoy con el Facebook puedo mostrar a mis amigos lo más recóndito de mi corazón. Sin ningún rencor. Y alegrándome de que en León la joven poesía continúe abriendo caminos hacia otra muy hermosa realidad, que es en la que se mueve la gran literatura”, se muestra esperanzado, en medio de una montaña con pinar, empleando su silencio en leer y leer todo lo habido y por haber, en espera de una vacuna que, al fin, le ha llegado. A él la pandemia le ha pillado en “una Cataluña convulsa”, sin contactos ya con nadie de su generación y apoyándose, en su opinión, en los viejos roqueros para poder ir interpretando la situación.

Lo de un poeta anciano es escribir lo mejor que sepa y dejarlo ahí. De Antonio Machado sabemos hasta su último apunte momentos antes de morir: 'Estos cielos azules y este sol de la infancia' que escribió paseando por la playa de Colliure, a la que he podido ir infinidad de veces a sentir algo parecido a lo que Machado debió sentir, lejos de la patria, perseguido y olvidado, y tal vez cansado de vivir

“De aquellos 2.500 profesores que fueron expulsados de allí cuando Pujol por no plegarse a sus planes de inmersión lingüística, y a la vista de la permisividad de los diferentes gobiernos del Estado (Felipe, Aznar, Zapatero, Rajoy) comprendimos que no había nada que hacer. Santiago Trancón lo resume bien en su reciente libro 'La España sentenciada, pero no vencida'... La peste siempre es igual. La humanidad lo sabe muy bien. Y la pintura y la literatura también. Es la muerte desatada. Y eso es imparable y terrible a la vez”, concluye Llamas.

Entrevista breve a José Antonio Llamas

“Hemos perdido los que tanto deseamos, una transformación real”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

El Quijote de Cervantes.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Antonio Machado

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Kent Follett.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Voluntarioso y agradecido a la vida por haberme dado la oportunidad de tener por amigos a tantos a los que admiro.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La bondad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Que hemos perdido los que tanto deseamos, una transformación real.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Leer y escuchar música, aparte de estar siempre al lado del amor.

¿Por qué escribes?

Porque es lo que aprendí a hacer.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Para eso no. Para otras cosas, sí.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Todas: Desde Virgilio hasta Paul Celan, atravesando por Cervantes y Machado.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

La vida ha sido muy condescendiente conmigo. Se lo debo todo.

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