Virginia Asensio: “El valle de Sabero representa el inicio de un amor poético por la naturaleza”

La novelista Virginia Asensio, autora de ‘El silencio del guardián’.

Manuel Cuenya

Nacida en Madrid, la novelista Virgina Asensio vive desde que era una cría en la provincia de León, porque su madre es del valle de Sabero. Y su padre trabajó para la empresa Huelleras de esta población, donde se halla el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León. Toda su infancia y adolescencia transcurrieron entre las localidades de Olleros y Sabero, cuenta ella. Y todos sus recuerdos de esa época están ligados a sus gentes y sus paisajes. Y a la familia, por supuesto.

“El valle de Sabero representa el inicio de un amor poético por la naturaleza. Se trata de una comarca que ha vivido durante muchos años del carbón. Allí la gente era consciente de que el sustento provenía de las entrañas de la tierra y eso forja un carácter especial y una relación de profundo respeto por el entorno”, rememora con afecto Virginia, con especial entrega a su abuelo Licinio sentado bajo el tilo de su casa en Sahelices de Sabero, mirando cada día hacia la montaña que tenía justo enfrente y hacia la cruz, situada en su pico más alto. “Esa cruz fue colocada en 1950, en conmemoración a unas misiones que tuvieron lugar en el valle durante la posguerra”, añade.

Su abuelo era, en su opinión, un hombre de gran inteligencia y sensibilidad, que además escribía poesía, dedicada a aquel paisaje impactante que contemplaba a diario desde su banco de madera. “Le unía una relación de amor infinito hacia esa montaña que formaba parte de sus raíces y de su hogar”.

Cuando falleció su abuelo recuerda que tuvo la necesidad de subir a esa montaña que él admiraba tanto. Y al llegar hasta la cruz comprobó emocionada que desde aquel punto no sólo se podía observar la casa de sus abuelos, donde habían vivido durante más de medio siglo, sino que también podía divisar el cementerio donde él yacería a partir de entonces.

“En ese momento, tuve la certeza de que desde donde se encontraba, también podría seguir contemplando aquella montaña y aquella cruz. Y sonreí aliviada porque seguiría sintiéndose como en casa”, precisa Virginia, que se siente muy afortunada por haberse criado en un valle que ha dado a la literatura representantes tan destacados como Julio Llamazares, el cual dedica una de sus novelas, en concreto 'Escenas de cine mudo', a sus vivencias, recuerdos y fantasías en ese mismo valle de Sabero.

Evoca Virginia Asensio al escritor Llamazares y la presentación de su obra 'Luna de Lobos', que adaptaría al cine el 'camarada' Julio Sánchez Valdés. “Yo tenía ocho años y en el colegio nos llevaron a la presentación su novela. Por aquel entonces yo ya me había enamorado de los libros y soñaba con convertirme en escritora, por lo que escuchar a Julio hablar de su libro y de lo que le inspiró a escribirlo supuso una experiencia increíble. Esa admiración por su obra me acompaña desde entonces. Tiene la capacidad de encontrar siempre la palabra adecuada para describir lo que quiere contar. Eso es un don que muy pocos pueden alcanzar”.

No obstante, Virginia Asensio decidió no ambientar su ópera prima, 'El silencio del guardián' (editorial fanes, 2019), en la provincia de León. Y dice que no lo hizo porque no se siente con la suficiente madurez como para escribir sobre esos paisajes que otros han narrado, y muy bien, antes que ella. “Me produce mucho respeto, pero sin duda, forman parte de mí y están presentes también en mi manera de escribir y en mi modo de entender la belleza en general. Contemplar una montaña con los ojos del alma, a veces te brinda más sabiduría que muchos libros. Eso lo llevo dentro de mí”.

Por aquel entonces yo ya me había enamorado de los libros y soñaba con convertirme en escritora, por lo que escuchar a Julio Llamazares hablar de su libro y de lo que le inspiró a escribirlo supuso una experiencia increíble. Esa admiración por su obra me acompaña desde entonces. Tiene la capacidad de encontrar siempre la palabra adecuada para describir lo que quiere contar

Sea como fuere, 'El silencio del guardián' surge como fruto de su primer viaje a la localidad cántabra de Comillas. Y en la visita al Palacio de Sobrellano se quedó prendada de un cuadro, que era el retrato de uno de los miembros de la familia López, la familia del primer marqués de Comillas. “Ese retrato despertó una curiosidad extraña en mí que me incitó a investigar sobre la familia, la época y los grandes artistas, entre ellos Gaudí, que tuvieron relación con ellos y con el lugar. No decidí investigar para escribir una novela, fue por puro placer y curiosidad, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que tenía una historia que contar y de que poseía los datos y la documentación para hacerlo”.

Y entonces se puso manos a la obra, logrando un drama que entremezcla hechos reales y ficción narrado en tres tiempos distintos, cuya ambientación se sitúa fundamentalmente en Comillas, que es como un personaje más de la trama, lo que nos incita a viajar a esta bella y costera localidad cántabra, que fuera capital de España durante un día, con el fin de conocer de cerca los distintos escenarios que en ella se describen en la novela, publicada por la editorial cántabra Fanes y en concreto David Pérez, su responsable, que le mostró desde el inicio su apoyo y confianza.

“El título está muy ligado al secreto que esconde la trama... Poco a poco, el lector va descubriendo la relación que existe entre los personajes y hechos de las diferentes épocas”, matiza ella, consciente de que existe una cantera importante de escritores en la provincia de León, lo que le hace sentirse orgullosa.

Confiesa que su gusto por la lectura lo heredó de su madre. Siempre fue una niña muy curiosa, que necesitaba entender su mundo entorno. Los libros le ofrecían respuestas y le abrían nuevas y estimulantes realidades. “Se aprende a escribir leyendo y escribiendo... Leer a otros autores te ayuda a aprender de ellos y también a encontrar tu propio camino”.

Por su parte, su padre, que es pintor y escribe poesía, le regalaba una poesía escrita por él cada año en su cumpleaños. “Las conservo todas y sé que se convertirán en un tesoro con el paso del tiempo”, señala Virginia, que recuerda la primera vez, con sólo seis años, que se enfrentó a una hoja en blanco con mucho esfuerzo para escribir un poema para el colegio con motivo de la festividad de Santa Bárbara, que es patrona de los mineros. Se la enseñó a su padre para que le diera su aprobación y él le dijo: “tenemos a una escritora en la familia”.

Aquel poema suyo era el siguiente: Cuando yo era pequeñita,/ de otro lugar vine aquí,/ por verte a ti, Santa Bárbara,/ sólo un por sonreír./ Hoy ya lo he conseguido/ y me siento muy feliz,/ pues he visto a Sata Bárbara,/ y la he visto sonreír.

Lo recuerda con mucho cariño –al tiempo que reconoce que era un poema muy básico, muy malo–, porque, cuando lo leyó en el colegio, todos le aplaudieron, resultando ser un momento muy bonito para ella.

El momento clave para decidirse a escribir, a contar historias, que provocaran emociones en los demás, según ella, fue cuando leyó 'Las cárceles del Alma', de Lajos Zilahy. Aún era una niña pero la lectura de este libro le hizo descubrir un universo literario diferente.

La lectura y escritura como terapia

“Escribir, como cualquier otra expresión artística, surge de una necesidad de comunicar, de sacar hacia afuera emociones y sentimientos que de otra manera no sabríamos cómo explicar. Para mí, leer y escribir suponen un desahogo para el alma”.

En realidad, su primer contacto con la Literatura fue a través de los poemas de Miguel Hernández, que ha leído y recitado hasta la saciedad desde que era una niña. “Aún conservo la Antología poética que teníamos en casa y que mi madre me regaló para que la conservara conmigo. A menudo recurro a Miguel Hernández cuando necesito escapar del mundo. Sus poemas suponen un salvavidas para mí”.

Asimismo, autores y/o autoras como Julio Verne, Agatha Christie, Jane Austen, Isabel Allende, Dickens... le han hecho amar la Literatura, brindándole horas de lectura inolvidables. Y sobre todo Kate Morton es una de sus referencias esenciales a la hora de escribir porque, a su juicio, domina como nadie el salto entre épocas y la descripción de los lugares como un personaje más de la trama. En su casa siempre se fomentó el amor por el arte en general, detalla. Con lo cual todos sus hermanos, incluida ella misma, han desarrollado una sensibilidad especial hacia la literatura, la música... Y disfruta del Arte en todo su espectro porque es sensible a la belleza. Se siente fascinada por la capacidad creadora del ser humano.

“El Modernismo, o Art Nouveau en Europa, es mi estilo de arte favorito. Antonio Gaudí, del que podemos presumir en la provincia de contar con dos de las tres únicas obras que el arquitecto realizó fuera de Cataluña, despierta un gran interés en mí desde hace mucho tiempo. Ramón Casas es el pintor al que más admiro y su cuadro 'Julia en el Claustro', mi obra favorita”, destaca esta autora, preocupada por esta situación, habida cuenta de que el coronavirus supone una realidad inquietante a la que no esperábamos enfrentarnos.

“En una época en la que los avances en la tecnología y en la ciencia nos hacen sentir seguros ante cualquier amenaza, nos hemos sentido vulnerables y eso genera mucho vértigo. De repente, realidades que un principio parecían tan lejanas, como que la humanidad sufriera una pandemia mortal, no ha hecho replantearnos muchos aspectos que parecían seguros. Esto ha supuesto que tengamos que enfrentarnos a una realidad diferente a la que debemos adaptarnos. Las interacciones sociales y familiares han cambiado y se han visto restringidas, la Economía se tambalea y, de momento, no vislumbramos un final cercano”, sostiene Virginia, convencida de que debemos reinventarnos en esta nueva realidad cultural, porque la cultura es una necesidad, quedándose con que son muchas personas que buscamos refugio en los libros.

En una época en la que los avances en la tecnología y en la ciencia nos hacen sentir seguros ante cualquier amenaza, nos hemos sentido vulnerables y eso genera mucho vértigo. De repente, realidades que un principio parecían tan lejanas, como que la humanidad sufriera una pandemia mortal, no ha hecho replantearnos muchos aspectos que parecían seguros. Esto ha supuesto que tengamos que enfrentarnos a una realidad diferente a la que debemos adaptarnos

“Estoy segura además de que de este encierro surgirán nuevas novelas, películas, canciones, obras de teatros, etc. Las emociones intensas suponen siempre una fuente de inspiración inagotable”, añade esta creadora, que ha aprovechado la cuarentena para escribir una nueva novela, “una historia más íntima, contemporánea y madura”, basada en su propia experiencia vital durante este último año.

“Me encuentro en un buen momento creativo y de crecimiento personal”, asegura con optimismo al tiempo que aconseja, a quienes deseen publicar una novela, que no desistan en el empeño, que sobre todo sean honestos consigo mismos. Y si consideran que su obra tiene calidad suficiente y merece la pena ser leída, que luchen por ella. Que acepten los consejos y las críticas de los que saben, porque eso siempre ayuda a mejorar.

Entrevista breve de Virginia Asensio

“La belleza es ese bálsamo para los sentidos que logra que la vida sea soportable”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Nunca he dejado un libro sin terminar y he leído muchos dos y más de dos veces. El que más he leído, 'La sombra del viento', de Carlos Ruiz Zafón (que en paz descanse).

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Un personaje de literatura: Elizabeth Bennet, de 'Orgullo y prejuicio' (Jane Austen), me imagino que lo compartiré con un montón de mujeres de mi generación. En cuanto a una persona en la vida, mis abuelos Licinio y Consolación que han supuesto un verdadero ejemplo para mí en muchísimos aspectos. Fueron unas personas increíbles.

Un autor/a insoportable (o un libro insoportable).

Creo que tengo la suerte de haber elegido siempre bien mis lecturas. No me atrevería a tachar de insoportable a ningún autor/a ni libro.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Cabezota. Todos los que me conocen me lo dicen, y estoy de acuerdo.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La sinceridad. No soporto la mentira.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Bueno, creo que la política actual es un reflejo de la sociedad actual. En general, echo de menos a políticos que tengan respeto por su función de servidores públicos, no me gusta el tono de los debates que vemos últimamente en el Congreso. Tengo la sensación de que estamos ante una forma de hacer política a base de eslóganes, de etiquetas o de hashtag de Twitter. Nos quedamos con el titular y nos olvidamos del contenido, y la verdadera política está en el contenido. En el titular, sólo están los votos.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

El hecho de haberme criado entre montañas hace que tener contacto con la naturaleza suponga una necesidad para mí. Me encanta pasear, contemplar un cielo hermoso, viajar y descubrir obras de arte que me hagan sentir cosas. En general, disfruto con todo lo que sea bello. Como digo en mi novela: la belleza es ese bálsamo para los sentidos que logra que la vida sea soportable.

¿Por qué escribes?

Escribo porque hacerlo me hace feliz, porque es una necesidad y un reto a la vez.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

La verdad es que no. No soy muy habitual de las redes sociales. Las utilizo para mantener el contacto con mis lectores y con otros autores, pero no creo que me sirvan para ejercitar mi estilo. Escribo de forma diferente, con un lenguaje muy distinto del que empleo cuando escribo de verdad.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Hay muchos autores a los que admiro, y que me han servido de inspiración en muchos aspectos, pero procuro mantener mi independencia y mi personalidad propia a la hora de escribir. Me halaga que me comparen con autores a los que admiro pero no deseo parecerme a nadie en particular.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

La verdad es que las redes sociales son mi asignatura pendiente. Trabajo ocho horas al día y procuro sacar todos los ratos que puedo para escribir. También tengo una vida privada. Eso me deja muy poco espacio para las redes sociales. Aunque reconozco que estamos en la época de la conectividad y que las redes son básicas para promocionarse y relacionarse con otros autores. De momento, lo intento...

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

“Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que lleven a él” (Paulo Coelho).

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