María Giménez se mide hoy y mañana en El Albéitar a su proyecto más ambicioso, 'Esperanza'

Esperanza

L. Castellanos

El veneno del teatro la tiene atrapada desde siempre. Su vocación de actriz le sobrevino en plena adolescencia y lleva años cultivándola. Primero en León, en la Escuela de Arte Dramático y en La Danaus, y ya luego en Asturias y Madrid, donde se ha formado bajo el tutelaje de profesionales tan reputados como Mar Navarro o Fernando Piernas. Desde entonces no ha parado en su empeño por colmar sus deseos de abrirse hueco en el complejo mundo de la interpretación y se ha sometido al vaivén de una profesión a veces injusta pero siempre apasionante y seductora. Se la ha visto en cortometrajes, una escuela fundamental para cualquier actor, y también en diferentes proyectos teatrales, como en Micoteatro por Dinero, y hoy regresa a su tierra para formalizar el estreno oficial de 'Esperanza', un monólogo que ella mismo ha escrito (otro de los vértices de su relación con el hecho creativo) y que interpretará bajo la dirección de Inés Piñole. Será en El Albéitar cuando la actriz leonesa se aúpe al escenario para consagrarse a un montaje que encuentra en Esperanza, portera de un gran edificio que vive el sueño de ser alguna vez protagonista del universo de las revistas del corazón, un papel que le permite extrujar al máximo todas sus posibilidades y hacer uso de una variedad amplia de recursos en la concepción de un personaje entrañable, fantasioso y divertido enmarcado en un contexto tragicómico. Un giro inesperado de su vida la obligará a reinventarse y a liberarse del peso de la frivolidad.

María Giménez, que trabajó como residente en Espacio Vías durante todo el proceso de elaboración de 'Esperanza' (allí fue donde tuvo lugar su primera representación), ha cuidado con mimo y detalle todo el espectáculo. Se trata de un personaje singular, lleno de matices, al que ella abraza con especial sensibilidad tras un tiempo de investigación y encontrando en el mimo y la pantomima lenguajes adecuados para su caracterización. Palabra y expresión física suponen los elementos que dan vida a Esperanza, rol lleno de exigencias para su intérprete y abierto a la reflexión, dadas sus características y su realidad, para el espectador. Confluyen dos mundos en 'Esperanza' (título suficientemente expresivo para desvelar la intencionalidad final del montaje): el real y el imaginario. En ambos habita Esperanza y en ambos se ha de manejar María Giménez, lo que la la obliga a un trabajo actoral fundamental.

'Esperanza' es el resultado del empeño de María Giménez. En ello se ha empleado durante muchos meses. Ahora la artista leonesa se deja mecer por la incertidumbre que se cierne sobre cualquier espectáculo teatral. El monólogo nace con vocación de continuidad y por ello ella se ha aplicado sobresalientemente en su singularización. Ha contado por supuesto con la colaboración de la actriz y directora valenciana Olga Peris y también con la participación de creadores leoneses, como Cristina Izquierdo, responsable de la iluminación, Julia D. Velázquez, responsable de la fotografía y del diseño gráfico, o del músico y productor Javier Baíllo.

Ahora ya está todo en marcha. Es el momento de que la cosa empiece a rodar y de que la actriz se deje arrastrar por fin por el imprevisto de la representación.

Lugar: El Albéitar. A las 21 horas

Días: 21 y 22 de marzo de 2014

Entradas: 8 euros (la mitad los miembros de la comunidad universitaria)

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