Blas Fernández Tomé: “León, donde puedes encontrar pasiones en las pequeñas cosas, impulsos de vida y vitalidad”

Blas Fernández Tomé

Manuel Cuenya

Autor de 'En busca de 'otra' Marlene Dietrich. Un recorrido por 'otra' (Círculo Rojo, 2021África'), Blas Fernández Tomé es un apasionado de los viajes y de la literatura de viajes. Cuenta que en su casa tiene cientos de volúmenes, de guías de muchas partes del mundo. Y que lee todo lo relacionado con viajes con ganas.

“He leído todo de Javier Reverte... He leído todo de Kapuszinski, al que descubrí, no en 'Ébano', su superlibro famoso, sino en 'Viajes con Herodoto'. He leído a Paul Theroux, a Kaplan, a Manu Leguineche, a Evelyn Waugh, a.... a... Todo lo que leo me viene bien. ¿Literatura actual de viajes de españoles? En mi cabeza están Xavier Aldecoa, Paco Nadal, Xavier Moret, o Alberto Rojas, con su 'África', que me gustó mucho”, apunta Blas, que comenzó a escribir un 'blog' allá por el año 2007 porque necesitaba poner a la cabecera del 'blog' un nombre que tuviera que ver con los viajes, pues quería 'postear' sobre ello.

“¿Qué pongo? En aquel momento pensé que era un insatisfecho de los viajes, insatisfecho por no poder viajar todo lo que a mí me gustaba, pues tenía obligaciones laborales, que me daban ganas de mandar al limbo, pero no. No podía. Siempre seré un 'viajero insatisfecho' me decía para mí, y así puse a mi 'blog': V(B)iajero Insatisfecho. Hasta hoy, que ya lo he incorporado a mi vida como un 'alias'... Ahora mismo, el libro que está en mi mesilla de noche es 'A pie y en bicicleta por el continente negro', de Kazimierz Nowak. Un viejo libro de primeros del siglo XX. Ahora, es el que más huella está dejando (y, además, lo recomiendo); en otros momentos, han sido otros, desde Kafka a Umberto Eco, desde Milan Kundera a Vargas Llosa. Transito también por Javier Marías y por Arturo Pérez-Reverte... Y tengo en mis estanterías, también, los siete u ocho primeros premios de Novela Corta 'Tierras de León'”, señala este narrador leonés, que vive en Madrid, el cual sigue yendo a visitar “sus silbares montiscos”, además de pasear por el campo y coger setas cuando la época es buena.

“Por mi zona hay 'silbares' (serbales, o serbal del cazador), no muchos, pero da la sensación que es un árbol en peligro de extinción. En mis idas, los visito, los tengo a todos fotografiados y a alguno he regado y cuidado con mimo. Para mí eso es León, donde puedes encontrar pasiones en las pequeñas cosas, impulsos de vida y vitalidad. Y León ha sido el germen, sin duda, de mi pasión viajera, mochilera. Creo que mi adaptabilidad al mundo mochilero en los viajes es producto de mi infancia, hasta cierto punto dura, como para todos los de mi generación, época y entorno. El viaje de los mochileros también es duro y casi vocacional. No todo mundo estaría dispuesto a coger una mochila y a lanzarse solitario a recorrer Tanzania, o Malawi o Madagascar. Yo lo hago casi todos los años”, comenta Blas, que recuerda aquellas viñetas de 'Tiburcio y Cogollo', que leyera varias veces en su tierna infancia, “que ahora, gracias a mi amigo Andrés Martínez Trapiello (primo del 'otro Andrés Trapiello'), sobrino del autor de la historieta, tengo en mi librería encuadernados y conservados con cariño, pues les había perdido el rastro. Aquella pareja incitaba al vagabundeo por el mundo, a descubrir volcanes, a subir montañas o a adentrarte en peligrosos túneles”, precisa Blas, quien recibió el Primer Premio de Relato corto Monasterio de Escalada, que, en sus propias palabras, fue el embrión de su libro: “un encuentro ficticio con Marlene Dietrich en el Monasterio de mi pueblo, de mi infancia”.

He leído todo de Javier Reverte... He leído todo de Kapuszinski, al que descubrí, no en 'Ébano', su superlibro famoso, sino en 'Viajes con Herodoto'. He leído a Paul Theroux, a Kaplan, a Manu Leguineche, a Evelyn Waugh

Se muestra encantado, por lo demás, con esta iniciativa de la Asociación Priorato de Escalada, de su pueblo, de convocar un premio de relato corto, de organizar un concurso de pintura rápida o de editar una revista, con los pocos medios con los que cuenta.

“Me parece un esfuerzo por mantener vivo todo lo relativo a un área que, de no ser por la vitalidad de esas iniciativas, conocería poca gente”, detalla Blas, que reivindica asimismo la obra y la figura de Julio Llamazares como “relator de prestigio”.

La pasión por África como inspiración para escribir

Su pasión por el continente africano le ha llevado a escribir y publicar este recorrido por 'otra' África, en busca de 'otra' Marlene Dietrich, en busca de esos caminos que recorre el labriego, el conductor de autobús, el niño que va a la escuela, la familia que camina hacia el exilio o el hombre que va al mercado en su destartalado cacharro. “Esos caminos, pueblos, aldeas, chozas de barro y hojalata eran los que me apetecía dar a conocer. Vivirlos con el lector. Y, sí, es un viaje real pero novelado... Quería que el –a veces- aburrido caminar por África tuviera un aliciente, una historia que pudiera interesar a cualquier lector, no solamente a los apasionados del viaje. ¿Lo habré conseguido?”, se plantea su creador, en cuyo cabecero de su cama, en letras muy visibles y sobre unas fotos suyas, aparece lo siguiente: “Mi África: Ese continente soleado, esa realidad teñida de pobreza, de acantilados marrones, de animales con rayas y manchas, matanzas, de una inmensidad verde de árboles altos y de copa plana, de personas negras y brillantes, de carreteras rojizas y polvorientas...”.

Ahora, con la variante Ómicron, se ha convencido, aún más de lo que estaba, de que África no pinta nada para el llamado mundo occidental. “Que descubren una variante (de síntomas leves) en el sur de África ¡plas! cerramos África y ya está. No incumbe África. ¿A quién le importa África? Creo que habría otras maneras de hacer las cosas. Con un cerrojazo no se acota el virus. Habría que haber tomado medidas antes, haber vacunado también a los pobres africanos. Todo un continente esta sin vacunar”, sostiene Blas, quien, una semana antes de que saltara el Ómicron, había comprado un billete para Johanesburgo (Sudáfrica).

El viaje de los mochileros también es duro y casi vocacional. No todo mundo estaría dispuesto a coger una mochila y a lanzarse solitario a recorrer Tanzania, o Malawi o Madagascar. Yo lo hago casi todos los años

“No sé qué va a pasar con mi billete. Supongo que después de todo la presión informativa que existe ahora, me quedaré en tierra, y perderé mi billete”, se lamenta Blas, que seguirá escribiendo sobre alguno de sus viajes por su adorada África.

Entrevista breve a Blas Fernández Tomé

“¿Quién podría escribir sin vivir?”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'El Principito', de Saint-Exupéry y 'La metamorfosis', de Kafka.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Cualquier escritor y ¡mira! me gustan los escritores de un solo libro. Por ejemplo, Juan Rulfo, y su 'Pedro Páramo'. O aquel 'La conjura de los necios' de John K. Toole. Es un mérito pasar a la historia con un solo escrito ¿no?

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Estos 'escritores' o aficionados de 'Salsa rosa'. Pero siendo más extenso, te diré que me resulta insoportable pensar en una obra que no se escribió. Por ejemplo, la segunda parte de 'Vivir para contarla', de García Márquez. Estaba anunciada, pero....

Un rasgo que defina tu personalidad.

Uf. ¿Podría ser la honestidad? Lo pregunto así porque odio a la gente deshonesta.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La honestidad, mezclada de afabilidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Polarizada y banal. Y la sociedad, en cierto modo, acorde con la política. Una sociedad formada por personas egoístas, otras, no; personas trepadoras, algunas, menos, y que sobreactúa con los problemas, que empodera a colectivos porque está bien visto no porque la sociedad esté convencida, que sería lo deseado.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Sentirme libre y, a ratos, la independencia, o la anarquía personal.

¿Por qué escribes?

Me viene bien. Además, tengo cosas que contar ¡qué leches! La escritura es una manera de enfocar ese reguero de experiencias. Una manera de hacer partícipe al que quiera perderse por las líneas o capítulos.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No. Concretamente estas dos que nombras, no. ¡Mira! yo desde dentro (sigo y participo en ambas) y refiriéndome a Facebook, hablo siempre de este 'feisbuk-de-mierda' ¡Imagínate el prestigio que para mí tiene! En cambio, de los 'blogs' opino totalmente distinto. Para mí no son una red social, es más, creo que el 'blog' ha salido perjudicado con la implantación en el público de las redes sociales. Incluso tuve el proyecto de hacer mi tesis (luego, se frustró) sobre los 'blogs', aunque realicé un trabajo de investigación previo que titulé 'Los blogs de viajeros, entre el rigor periodístico y el grito egocéntrico'.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

La vida. ¿Quién podría escribir sin vivir? Creo que las vivencias son la base de mis historias. Soy, creo, una persona que se alimenta con lo que tiene alrededor, con lo que ve o con lo que sufre. Con el blog fue con lo que empecé a sentirme a gusto, y con él sigo pacientemente. En el blog mediante historias y relatos breves, aunque ahora con este libro creo me he atrevido con algo más largo.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Sigo blogs, pero de tendencias variopintas. Blogs europeos, viajeros, personales...

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

No levantar la mano por si las moscas...

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