Un vistazo infográfico a los secretos del monasterio berciano de Carracedo

Infografía de Dativo Rodríguez sobre el Monasterio de Carracedo en el siglo XVIII

Infografía de Dativo Rodríguez

El monasterio de Carracedo, situado en Carracedo del Monasterio (municipio de Carracedelo, en la comarca de El Bierzo), es una antigua abadía, que fue desamortizada en el siglo XIX y que es uno de los lugares más hermosos para conocer la importancia del Reino Medieval de León.

Con este hito turístico, ILEÓN.com comienza una serie de artículos con infografías de Dativo Rodríguez en la que se muestran ls secretos de varios edificios históricos de la provincia leonesa, animando a todos a visitarlos en esta Fase 1 de desescalada; para así contribuir a la recuperación económica. Cercano al Camino de Santiago en el tramo Ponferrada-Villafranca del Bierzo, la arquitectura de este lugar, sobre todo la Cámara de la Reina, ofrece al visitante la sensación de estar en una película histórica.

Este monasterio ha sido, según la Wikipedia, “objeto de diversas reformas arquitectónicas a lo largo de su historia y en tiempos modernos víctima del abandono, el resultado actual es un monumento que aúna diversos estilos, destacando los elementos románicos, cistercienses y protogóticos, correspondientes a los siglos XII y XIII. El conjunto comprende las dependencias monásticas propiamente dichas y el Palacio Real. Actualmente es sede del Museo Museo del Císter y del Monacato berciano, que depende del Instituto Leonés de Cultura”.

Su estado –semi arruinado aunque preparado para las visitas–, le ofrece además ese sabor de las estampas románticas conocidas por todos.

Un monasterio que fue Palacio Real

Este cenobio fue fundado hacia el año 990 por el rey leonés Vermudo II “con el objetivo principal de brindar refugio a monjes huidos de las incursiones y conquistas del caudillo musulmán Almanzor en tierras leonesas, donando unos terrenos a los monjes benedictinos para que edificaran allí un monasterio bajo la advocación de San Salvador.

Sin embargo, sólo siete años después, en 997 fue prácticamente destruido por Almanzor camino de la famosa devastación ede Santiago de Compostela, famosa porque robó sus campanas. Eso impidió que Vermudo II fuera enterrado a su muerte en el año 999, según había dejado indicado en su testamento.

“El primitivo cenobio se sumió en una penumbra de más de un siglo de duración, a caballo entre el abandono y una precaria actividad monástica. Este período, del que apenas se tienen noticias, se prolongó hasta bien entrado el siglo XII”, explica la enciclopedia colaborativa.

Fue casi siglo y medio más tarde, en 1138 cuando la infanta-reina Sancha Raimúndez, hermana de Alfonso VII el Emperador, dispuso la restauración del monasterio cuya presencia a lo largo del año terminó convirtiéndolo en Palacio Real y de él se conserva la famosa sala que tanto admira a los visitantes.

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