Fermín López Costero: Prefiero fiarlo todo a la imaginación... intento que la realidad no estropee mis planes“

Fermín López Costero

Manuel Cuenya

NADA MÁS DESPERTAR, un escalofrío recorrió de arriba abajo mi cuerpo: durante la noche, y sin que yo fuera consciente, alguien había forzado la tapa de mi ataúd.

(Fermín López Costero, 'El durmiente', incluido en 'Teatro de sombras')

Conozco a Fermín López Costero desde hace años. Y he podido seguir su trayectoria literaria, con lo cual su obra me resulta familiar. Una obra forjada con dedicación e ingenio, con la pasión de un orfebre de las palabras. Se nota que este autor berciano, para más señas cacabelense (colega de tantas batallas, sobre todo en otro tiempo, cuando uno acababa de redescubrir un Bierzo insólito), disfruta escribiendo. Y por supuesto leyendo. Pues resulta casi imposible escribir de un modo literario si uno no lee, habida cuenta de que la lectura es algo esencial a la hora de componer con las palabras. La lectura como algo activo, creativo. Y Fermín reconoce que la escritura y la lectura le animan a vivir. “También el arte y dos o tres cositas más”, así de claro se expresa este escritor y profesor, que tuviera la ocasión de impartir clases de literatura y arte en el programa interuniversitario de la Experiencia en el Campus de Ponferrada.

“La escritura y la lectura tienen muchas aplicaciones y ofrecen muchas soluciones”, según él, que es un maestro de la narrativa breve, aunque también ha escrito y publicado algunos poemarios, aparte de su obra, digamos ensayística, dedicada al arte, a la historia del arte.

En su obra narrativa podemos apreciar la brevedad, la intensidad, la fantasía, la ironía y el humor. Asimismo, la brevedad y la intensidad están presentes en su poesía, habitada por la crítica social y la humanidad. Y respecto a su obra ensayística, dedicada fundamentalmente al Bierzo, cabría destacar su carácter minucioso y divulgativo.

Su literatura, como él mismo señala, está concebida a partir de la imaginación. “Prefiero fiarlo todo a la imaginación... intento que la realidad no estropee mis planes. Huyo de ella. Sólo la utilizo, en ocasiones, como fondo, como atrezzo”, precisa, porque le parece más interesante contar lo que no se ve, lo que no se ha vivido o lo que no existe, que contar lo que vemos a diario, lo que hemos vivido o lo que existe. “Hay que ser un poco iluso para pensar que a alguien le pueda importar nuestra vida”, matiza Fermín, quien, sin embargo, cree que algún día podría llegar a contar realidades. “No lo descarto”.

Dejó escrito el colosal Umbral -en ese libro monumental titulado 'Mortal y rosa'-, que “la imaginación es el vuelo de un sentido a través de todos los otros. La imaginación es la sinestesia, el olfato que quiere ser tacto, el tacto que quiere ser mirada”.

Cuenta Fermín que Cacabelos y El Bierzo apenas han influido, literariamente, en su obra narrativa y poética. No se considera un escritor paisajista ni costumbrista ni localista, “como Gil y Carrasco o Francisco de Llano y Ovalle (Flores del Bierzo, lozanas y mustias)”. En todo caso, no es eso lo que pretende.

En su obra sí podemos encontrar referencias o alusiones al Bierzo, sobre todo relacionadas con episodios históricos de esta comarca leonesa. “Pero en estos casos no pretendo la exaltación berciana, sino el aprovechamiento literario de situaciones o episodios que pueden dar mucho de sí y que pueden ser apreciados por igual por un lector berciano, valenciano, alemán o tailandés”, especifica. “El gran narrador chileno Hernán Rivera Letelier sitúa la acción de sus novelas en el desierto de Atacama y sus oficinas salitreras, pero da a sus historias una proyección universal. Eso persigo yo, modestamente y sin pretender ponerme a la altura de Letelier. El bercianismo ya lo sacio cuando escribo artículos o ensayos sobre arte e historia del Bierzo”.

EL VIEJO MAESTRO, el que nos había enseñado cuánto de esplendor hay en la vida, falleció una mañana de otoño, mientras en el patio del colegio, entre la soledad de la niebla y la tristeza de las acacias, jugábamos los niños difuntos.

(Fermín López Costero, 'La tristeza de las acacias', poema incluido en 'Teatro de sombras')

El narrador chileno Hernán Rivera Letelier sitúa la acción de sus novelas en el desierto de Atacama y sus oficinas salitreras, pero da a sus historias una proyección universal. Eso persigo yo, modestamente y sin pretender ponerme a la altura de Letelier

Por el momento, se siente cómodo y fuerte en el terreno de la ficción, en el género del microrrelato, cuyos orígenes se remontan a textos, orales o escritos, que aparecen en fábulas, adivinanzas, parábolas bíblicas, epitafios, aforismos, inscripciones anónimas populares, epigramas... Y que puso en valor el modernismo hispanoamericano y los vanguardistas, con Tito Monterroso o Arreola a la cabeza, además de Borges ('El Hacedor'), Bioy Casares y Cortázar, con sus 'Historias de cronopios y de famas'.

Por su parte, Fermín cuenta con dos libros de microrrelatos: 'La soledad del farero y otras historias fulgurantes', editado por el Club Leteo en 2003. Y su 'Teatro de sombras' (editorial Nazarí, 2016), que, al decir de su propio creador, es un libro hermano del anterior, con el que comparte muchas claves formales y temáticas.

El mundo de las sombras como manantial literario

'Teatro de sombras', cuyo prólogo corresponde al escritor y académico leonés José María Merino, hace referencia, como su propio título indica, a la sombra en su relación con la magia, con lo onírico y el mundo del subconsciente, con lo espiritual, pero también –en opinión de su autor- con la fantasía, la insinuación (“más que revelación”) y desequilibrio de la realidad.

“La sombra es imaginación. Nosotros mismos, como seres humanos, también somos sombras”, apostilla Fermín, que nos ofrece 83 piezas en las que predominan, como apunta Merino, los fantasmas y la espontaneidad cotidiana con que aparece la muerte: ese trasmundo poblado por urnas funerarias, ataúdes, enterradores, difuntos olvidados, muertos aburridos... aunque “hay también una presencia recurrente del mundo de la infancia, con escuelas, muñecas y episodios ilusionistas...”, nos revela Merino.

Algunos de sus relatos y microrrelatos están dedicados a sus amigos escritores como 'Tarde de circo' (A Pablo Andrés Escapa) o 'El acueducto' (Para Rafael Escobar Sánchez), entre otros.

Tanto 'La soledad del farero...“ como 'Teatro de sombras' son volúmenes de microrrelatos en los que va intercalando cuentos más o menos breves. ”En términos taurinos, 'Teatro de sombras' vendría a ser la confirmación de la alternativa en lo que a mí se refiere como autor de microrrelatos. 'La soledad del farero y otras historias fulgurantes' es un libro al que debo mucho, pues gracias a él y a su buena acogida por los estudiosos del microrrelato pude formar parte de varias de las antologías más representativas que se han publicado en los últimos tiempos sobre este género, tanto en España como en Hispanoamérica. Con la publicación de 'Teatro de sombras' quería demostrar que aquello no había sido una mera inspiración, la flor de un día“.

Los autores que habitamos en las diferentes comarcas solemos ser gente desconocida o exótica, sobre todo para las instituciones.

Las antologías, a las que se refiere, están coordinadas por prestigiosos especialistas del panorama internacional como los españoles Irene Andres-Suárez y Fernando Valls, o el mexicano Javier Perucho.

Se lamenta de que en la mente de nuestro paisanaje persista la idea terrible de que si resides en El Bierzo, como es su caso, no puedes ser un buen escritor, “porque, si fueras un buen escritor, no vivirías aquí; lo harías en Madrid, en Barcelona, en París o en Nueva York... Los autores que habitamos en las diferentes comarcas solemos ser gente desconocida o exótica, sobre todo para las instituciones”.

Un día también fui joven,

como esas muchachas que hoy recelan

de mi aspecto

y evitan cruzarse conmigo

echando a volar como libélulas.

Un día, yo también lucí alas espléndidas,

capaces de elevar mi espíritu

por encima del filo homicida

de las cordilleras.

Pero hoy, aquellas alas están desnutridas

y su plumaje se encuentra sucio y ajado.

Inservibles están

para emprender ningún vuelo.

Recogidas sobre mi espalda,

pronto se desplegarán por última vez

cuando hayan de servirme de mortaja.

(Fermín López Costero, 'Alas', poema perteneciente a 'La fatalidad', introducido por la siguiente cita de Gamoneda: ...un día tuviste alas...)

No obstante, cree que la provincia de León se ha convertido, a nivel nacional, en una potencia literaria. “Tras la generación de los Panero, Carnicer, Pereira, Gamoneda y demás surgió la generación de los Mateo Díez, Aparicio, Merino, Torbado, etc.; y luego Llamazares y los de su época. Y, cuando parecía que León ya no podía dar más de sí, surgió toda una pléyade de nuevos y talentosos autores que ya está siendo acompañada, no reemplazada, por una joven y más que prometedora generación. Sin embargo, la provincia de León como espacio literario físico no existe, pues la gran mayoría de estos autores reside fuera de nuestra provincia; y entre los que vivimos aquí, apenas hay itinerarios y puntos de encuentro establecidos. Sólo la capital de la provincia cuenta con espacios y con grupos literarios, a veces mal avenidos... A nivel internacional, por desgracia, la literatura española pinta poco, y no por falta de calidad”, se expresa el narrador, poeta y ensayista López Costero, cuya obra poética no desmerece en absoluto de su obra narrativa, sobre todo 'La fatalidad', un poemario que nos ofrece una visión estremecedora del mundo en que vivimos, donde en ocasiones la desgracia se impone como una apisonadora.

Son los suyos poemas impregnados de reflexión, construidos con imágenes poderosas que nos despiertan del letargo, nos sacuden las entrañas y nos hacen tomar conciencia de una realidad hilvanada, a saber, con claridad enfermiza, luz tísica, un cendal urdido con excrementos, hojas abrasadas de los tilos, una flauta fabricada con la tibia de un ahorcado o los bolsillos repletos de sueños.

“La fatalidad me visita todas las noches./ Transfigurada en un individuo idéntico a mí”, poetiza este especialista en el género breve, deudor, entre otros, de Max Aub, Arreola o el venezolano José Antonio Ramos Sucre. Y admirador de Ángel Olgoso, Ana María Shua, Patricia Esteban Erlés o Luis Britto García.

“En 'La fatalidad', segundo poemario de Fermín López Costero, su autor muerde la roca del lenguaje para extraer de ella dolor pulverizado, para ser desde el lenguaje testigo de tantos fracasos y pérdidas, personales y universales. Del yo y del otro en siniestra conjunción”, escribe la poeta bembibrense Pilar Blanco.

Tras la generación de los Panero, Carnicer, Pereira, Gamoneda y demás surgió la generación de los Mateo Díez, Aparicio, Merino, Torbado, etc.; y luego Llamazares y los de su época. Y, cuando parecía que León ya no podía dar más de sí, surgió toda una pléyade de nuevos y talentosos autores que ya está siendo acompañada, no reemplazada, por una joven y más que prometedora generación

En la actualidad, Fermín tiene a medias dos proyectos, un poemario y una novela breve. “De un tiempo a esta parte, escribo muy poco; pero eso tampoco está mal, porque pienso que hay que escribir menos y leer más. También estoy gestionando la publicación de un par de libros de temática berciana: uno sobre un geómetra cacabelense del siglo XIX, que pretendió haber descubierto la cuadratura del círculo, y otro sobre la revolución irmandiña en El Bierzo. Va a ser muy complicado publicarlos en El Bierzo”, sintetiza el creador de 'Memorial de las piedras' (con el que obtuviera el reconocido Premio Joaquín Benito de Lucas), y el 'Catálogo bibliográfico de Antonio Pereira', un libro imprescindible para conocer la obra literaria de uno de los mejores 'cuenteros' de la historia de la literatura española, al que le unía una buena amistad.

Entrevista breve a Fermín López Costero

“Ya está todo dicho y escrito, y encima mucho mejor dicho y escrito de lo que puedas hacerlo tú”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

A esta pregunta se suele responder que 'El Quijote' o algún libro de autor o autora desconocidos, por ejemplo de Macedonia, de Vietnam o de la Sildavia de Tintín. Pero a mí en este momento me apetecería releer 'Platero y yo', de J. R. Jiménez.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

En la literatura hay muchos personajes imprescindibles. En la vida todos somos prescindibles; aunque, eso sí, unos más que otros.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Me mojo: Paulo Coelho, Jorge Bucay y todos los libros de autoayuda y de gastronomía. Y, salvo excepciones, toda la novela histórica que se escribe hoy en día.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Soy un ser vivo con muchas imperfecciones.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La bondad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

En la política actual sobran listos y faltan inteligentes. Estamos viviendo una época trascendental y la gente no se percata, prefiere esconder la cabeza bajo el ala. La sociedad me da pena.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Cada vez más, la gracia de lo cotidiano y de lo intrascendente.

¿Por qué escribes?

Para vivir otras vidas, no sólo la que me corresponde. En realidad, escribo para eso, para vivir.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Las redes sociales son lo menos adecuado para ejercitar ningún estilo literario.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Cada vez más, los clásicos. Sólo cuando llegas a cierta edad te das cuenta de que ya está todo dicho y escrito, y encima mucho mejor dicho y escrito de lo que puedas hacerlo tú. Lo único que hacemos es dar vueltas y vueltas a los temas para conseguir, en el mejor de los casos, una presentación distinta.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Ya no me interesan los blogs, por saturación. Además, cualquiera puede crear uno y pretender sentar cátedra a base de ocurrencias y chorradas, sin rigor ninguno.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

No somos nada... (Pero algunos se creen mucho).

Etiquetas
stats