Un viaje al corazón de los libros raros y curiosos

César Sánchez / Ical. El propietario de la librería Cajón Desastre de Ponferrada, Adolfo Suárez, en el almacén de su librería dónde guarda miles de libros.

V. Silván / Ical

Cruzar la puerta de la librería Cajón Desastre supone adentrarse en el perfecto paraíso para cualquier amante de los libros. Cientos de ejemplares llenando sus estanterías y tomos apilados, uno sobre otro, invaden pasillos y escaleras entre máquinas de escribir y viejas prensas de imprenta. Esta es la cara conocida de una modesta librería que oculta en una de las calles de Ponferrada, probablemente, uno de los mayores almacenes de libros raros y curiosos de España con una biblioteca de más de 200.000 ejemplares y desde donde “nutre” a lectores de todos los rincones del mundo.

Los hermanos José y Adolfo Suárez pusieron en marcha esta librería “anticuaria”, como indica en su fachada con cierto aire londinense -al estilo de la librería 'The Travel Company' de la película 'Nothing Hill' pero en tonos rojizos-, hace más de 22 años. “Al empezar intentamos que fuera una librería de libro barato, pero eso no funcionaba y al final hemos hecho una selección de libros bastante curiosa y trabajamos muy bien a través de Internet”, cuenta Adolfo Suárez, que explica que a través de la red ponen a disposición de sus clientes un catálogo de 40.000 ejemplares.

“Tenemos fichados en la red unos 40.000 libros, de una biblioteca que tiene en total más de 200.000 ejemplares, porque algunos no son tan interesantes o curiosos como para estar en Internet”, explica Suárez. Y es que la llegada de Internet fue una auténtica revolución para ellos hace unos diez años, cambiando incluso la forma en la que los lectores buscan sus libros porque “antes la librería estaba para que la gente viniera a mirar y encontrar los títulos que les interesaban y ahora ya ni miran, viene con la lista de los libros que quieren porque consultan antes en la red”.

Ahora no hay día en el que Cajón Desastre no prepare uno o dos pedidos para fuera de España. Desde Japón o Corea del Norte a Chile, Estados Unidos, Inglaterra y hasta al Vaticano, no hay prácticamente un país en el mundo al que no hayan enviado algún libro. “Ayer mismo enviamos veinte libros de varios temas a Inglaterra y también hemos preparado varios libros de matemáticas y ciencias para una universidad africana”, indica el librero, que calcula que en esta última década habrá enviado unos 5.000 pedidos fuera.

De Ian Gibson al Vaticano

Así, entre sus clientes se encuentran diversidad de intelectuales, historiadores y literatos, que han encontrado en Cajón Desastre una forma sencilla de completar su biblioteca o encontrar algún ejemplar “raro” que necesitaban para documentarse para alguno de sus trabajos. Una lista diversa entre cuyos nombre se encuentran, por ejemplo, el irlandés Ian Gibson -conocido por sus estudios sobre la historia de España y sus trabajos biográficos sobre Federico García Orca o Dalí-, Arturo Pérez Reverte, Pedro J. Ramírez o el cardenal Carlos Amigo.

“También hemos vendido un par de libros al Vaticano y tenemos clientes de lo más insospechados”, asegura Suárez, que destaca que la librería aparece en segundo lugar en una búsqueda en Google y que figura en los portales de libros más importantes como Amazon, Abhibus o Uniliber. “Cada cliente pide un determinado tipo de libro, recuerdo el caso de un historiador inglés que estaba haciendo un trabajo sobre la Guerra Civil y nos pidió seis libros sobre ese tema, tiene en sus manos en casa la primera fuente y es más fácil que desplazarse a una biblioteca”, cuenta Suárez.

Libros curiosos, raros y descatalogados forman la inmensa biblioteca de Cajón Desastre para permitir que cualquier persona pueda tener en sus manos el libro que estaba buscando, desde una antigua 'Historia de España' de 1869 al “agotado” libro de la Ponferradina que editó hace unos años el Diario de León. “Hace poco una persona buscaba el libro de la Ponferradina que estaba agotado, me llama un señor de Bilbao y me dice que está dispuesto a pagar hasta tanto si lo consigues y siempre puedes encontrar a alguien que no lo usa y está dispuesto a deshacerse de él”, apostilla.

Un lugar para los libros

Al otro lado del mostrador de la librería “reina” Sagrario Macía, la mujer de Adolfo Suárez, que junto a su hermano José suelen centrarse más en las ferias y en mantener en orden y bajo control su inmenso almacén, en el que se mire donde se mire, todo son libros. Más de 200 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y varias salas sin un metro de pared sin estanterías y sin prácticamente un metro de suelo sin que haya una caja o una pila de libros.

Allí todo está ordenado por temática, con las estanterías numeradas e identificadas para poder localizar fácilmente cada libro catalogado en la red. En un paseo por su pasillos y recovecos se pueden encontrar ediciones en miniatura de los Cuentos de Calleja, al lado de un antología de la revista satírica la Codorniz o viejos libros escolares, muy buscados ahora por muchos nostálgicos, mientras unas estanterías más allá un edición “preciosista” del Lazarillo de Tormes reposa sobre otra de 'Platero y yo', un facsímil con las ilustraciones de Sáenz de Tejada. “Vale tanto por el ilustrador como por el libro en sí”, puntualiza Suárez.

En frente, otra estantería guarda una guía turística de Madrid de 1869, protegida en un estuche de tela y con cada una de sus finas páginas rematadas en dorado. “Hacer una edición así hoy sería imposible”, advierte el librero, que confiesa que a él le gustan sobre todo los libros que se venden bien y que cualquier libro puede ser interesante “sólo depende de para quién sea”. Así, reconoce que en esto de la lectura también hay modas, un tiempo fueron los de la Guerra Civil, después se buscaban muchos de cocina.

Un escaparate romántico

Y Cajón Desastre tampoco podía dejar de lado la celebración del 'Año Romántico' junto al resto de la comarca del Bierzo para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Enrique Gil y Carrasco. Por ello, ha dedicado uno de sus escaparates a la obra del escritor romántico con algunas ediciones de 'El Señor de Bembibre' ya descatalogadas, así como sus obras completas y otros estudios realizados por autores como Alonso Álvarez de Toledo, que cuenta en 'Un tranvía naranja y polvoriento' la historia del regreso de sus restos desde un lejano Berlín (Alemania).

“Son ejemplares sencillos de 'El Señor de Bembibre' pero todos están ya descatalogados y solo se pueden encontrar en una librería como esta, teniendo en cuenta que son libros que tiene 15 o 20 años”, cuenta Adolfo Suárez, que recuerda que tuvieron “cosas muy interesantes” de este internacional título “pero se han ido vendiendo”. En sus estantes llegó a haber una primera edición de ese libro que “curiosamente”, resalta el librero, “pensaba que lo iba a vender en el Bierzo y al final se fue a Astucias”. “Son libros que no aparecen todos los días y una vez que desaparecen del mercado ya no vuelves a conseguirlos fácilmente”, añade.

Con su escaparate romántico, su laberinto de pasillos y estanterías llenos de libros y un catálogo interminable en su internacional página web, la librería Cajón Desastre seguirá siendo un refugio, a orillas del río Sil, para esos tesoros de papel. Un lugar en el que se enseña y se respira que, como ya advirtió el tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, “no es posible vivir sin libros”.

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