Luis López Álvarez: “Castilla es generadora de una lengua universal”

Luis López Álvarez. Imagen: Judith Roig Navarro.

Manuel Cuenya

Originario del Bierzo y ciudadano del mundo, Luis López Álvarez es un renacentista, un hombre polifacético comprometido con la sociedad de su tiempo, que contribuyó a la unificación de Europa, la descolonización de África y la integración de América Latina. Un escritor, esencialmente poeta, así es como él mismo se considera, deudor de la poesía de Rilke, conocido más fuera que dentro de su tierra, aunque recientemente la población de Cabañas de la Dornilla (Cabañinas), situada en el municipio berciano de Cubillos del Sil, le rindió homenaje, dedicándole la plaza principal, donde figura un monolito y donde plantaron un laurel en recuerdo al que plantara su padre allá por 1925. Asimismo, en 2010 el Instituto de Estudios Bercianos le dedicó unas Jornadas de Autor en Ponferrada. También el investigador y escritor Jovino Andina le hizo una estupenda entrevista ese mismo año, en el Filandón de Diario de León, sobre sus vivencias de infancia y adolescencia en el Bierzo, en concreto en Bembibre, donde su padre ejerció como maestro en la década de los cuarenta: http://www.diariodeleon.es/noticias/filandon/luis-lopez-alvarez-poeta-ciudadano-mundo_535548.html

Periodista, profesor en varias universidades americanas, entre ellas las de Caracas y Puerto Rico, cineasta, diplomático, especialista en Relaciones Internacionales, Luis López Álvarez es asimismo autor de varios poemarios, ensayos y alguna novela como 'Cóncavo Congo'. En su caso, como el de tantos otros, periodismo y literatura se estrechan la mano en gesto afectuoso. “Son bastantes los ejemplos que, de Larra a Hemingway, muestran que la conciliación es posible”, agrega.

Luis López Álvarez, que en la actualidad reside en Puerto Rico, ha tenido la ocasión, tanto por su labor periodística para la Radiodifusión-Televisión Francesa en París y en el Congo como por sus quehaceres como alto funcionario de la Unesco, de recorrer todo el mundo. Una vida apasionante la suya.

Reconocido por importantes figuras literarias

Amigo de grandes personalidades de la literatura como Aleixandre (“mi maestro y amigo al que visitaba cada vez que iba a España para leerle mis versos y escuchar siempre su palabra orientadora”), Saramago (“recordaré siempre los días que pasé en 1996 invitado en su casa de Lanzarote”), Benedetti, Miguel Ángel Asturias (“con quien tuve una amistad estrecha”), Vargas Llosa, Salvador de Madariaga, José Emilio Pacheco (“le frecuenté mucho en los años en que mis obligaciones con la Unesco me obligaban a pasar por México”) o Félix Grande (“hicimos pronto una amistad auténtica que perdura hasta hoy”), Luis López Álvarez comenzó su andadura literaria siendo aún adolescente en Valladolid, “una excepción en el desierto cultural de la España de Postguerra”, revela, una ciudad que contribuyó sin duda a despertar y desarrollar su temprana vocación poética. En aquel Valladolid los actos literarios eran frecuentes, en las bibliotecas públicas frecuentadas –recuerda el autor de Los comuneros–, se honraba la memoria de escritores y poetas desde Cervantes a Núñez de Arce, Zorrilla o Ferrari. “A los dieciséis años, sin ser universitario, me admitieron en el Círculo Literario Marqués de Santillana. A los dieciocho me elegían secretario del Ateneo, confiándome la custodia de la casa de Zorrilla. 'El Norte de Castilla' favorecía las colaboraciones literarias. Los poetas y escritores de las generaciones precedentes –Delibes, Manuel Alonso Alcalde, López Anglada, entre otros– me prodigaban su amistad”. En este sentido, Luis López Álvarez se siente no sólo berciano –pues, desde su primer poemario, todas las referencias al mundo rural europeo tienen su origen en las vivencias que tuviera en El Bierzo en su infancia y adolescencia–, sino castellano. “Poeta castellano-leonés, hombre universal, renovador de la épica”, según lo definiera el maestro Umbral.

Aleixandre fue mi maestro y amigo al que visitaba cada vez que iba a España para leerle mis versos y escuchar siempre su palabra orientadora.

Castilla, según el autor de 'Elegíaca' representa para él una identidad esencial, de la que se siente partícipe, y a la que desea seguir contribuyendo, “generadora de una lengua universal y de una literatura aportadora de mitos universales así como de la más alta mística occidental... Castilla ya entró en la Historia Universal con una identidad que nada ni nadie podrán arrebatarle”. De esta fructífera etapa en la capital castellana surgió su celebrado romance 'Los Comuneros', un auténtico himno, que fue musicalizado por el Nuevo Mester de Clerecía. Asimismo, el compositor Amancio Prada musicalizó un poema suelto que hizo Luis López Álvarez para exaltar el personaje de la Reina Juana, “que él mismo grabó en su día y que, de unos años a esta parte, interpreta también María Salgado”, precisa el autor de 'En Europa con Madariaga', que tuvo la ocasión de conocer al poeta Jorge Guillén, en Valladolid en 1949, “la primera vez que regresaba a España después de la Guerra Civil, viéndonos después de tarde en tarde en París”, capital en la que también conoció, en los años 60, a Benedetti y a Vargas Llosa, “en una redacción abierta en la que todos nos veíamos y compartíamos... A Benedetti volví a verle después a través de los años, tanto en Cuba como en otros países y hasta recuerdo actos literarios en los que actuamos juntos en Quito, Caracas, o París”.

Tuve que realizar una labor callada, más específicamente diplomática, cuando, como enviado especial del Director General de la Unesco, acudía a presionar a tal o cual gobierno para obtener el mejor trato o la liberación de artistas e intelectuales presos por delitos de opinión.

El viaje como inspiración literaria

La capital francesa como punto de partida hacia un continuo viaje por todo el mundo. El viaje como arranque lírico y narrativo, “siempre estimulante para un escritor...Además, si éste se abre a la consideración del otro, enriquece su visión y podrá enriquecer su obra”, matiza el autor de 'Rumor en Praga', que logró trabajar como especialista en Relaciones Internacionales de la Unesco, “una experiencia muy enriquecedora”, la cual le permitió ayudar a los países latinoamericanos en la formulación de sus políticas culturales y en facilitarles también la obtención de financiación internacional. Recuerda que, durante su actuación desde la sede de París como mediador o 'ombudsman' al servicio de los tres mil funcionarios que tenía la Organización en el Mundo, tuvo ocasión de ayudar a resolver muchos conflictos y hasta a cambiar la legislación que regía al personal obteniendo, por ejemplo, que las mujeres que decidían adoptar tuviesen las mismas vacaciones de maternidad que las madres biológicas. “Pero, independientemente de todo ello, tuve que realizar una labor callada, más específicamente diplomática, cuando, como enviado especial del Director General de la Unesco, acudía a presionar a tal o cual gobierno para obtener el mejor trato o la liberación de artistas e intelectuales presos por delitos de opinión...”. Una labor excelente, de puro compromiso y solidaridad, que convierten al autor berciano en un ser de gran talla humana y universal. No en vano, ha sido condecorado con varias distinciones, entre ellas la Medalla de Oro de la Provincia de Valladolid, el Premio del Ayuntamiento de San Juan de Puerto Rico, el nombramiento de Alcalde Honorario de la ciudad norteamericana de Bâton Rouge o los reconocimientos por parte de la Academia Norteamericana de la Lengua o el Círculo de Escritores de Venezuela. Pero con el que se siente de verdad orgulloso es con el de Doctor en Estudios latinoamericanos por La Sorbona, porque “lo conseguí deliberadamente y mediante mi propio esfuerzo. Por lo demás, todos los honores que llevo recibidos me han llegado siempre por sorpresa sin que los hubiera esperado”. Así se expresa este humanista, que también hizo su incursión en la cinematografía, realizando un documental, 'Intirumi', “que significa sol y piedra”, sobre la cultura inca. “Una experiencia magnífica”. Otra más, que le permitió empaparse previamente de todo cuanto se había escrito o filmado sobre la cultura inca. Para ello contó con un equipo muy motivado que llevó desde París y que se enriqueció sobre el terreno con la incorporación sobre todo del arquitecto Víctor Pimentel, director del Patrimonio Peruano. Recuerda que el gobierno peruano puso a su disposición la Fuerza Aérea y de este modo pudo filmar en la zona de la costa y en todo el valle del Urubamba. “Pudimos incluso filmar las ruinas de un templo abandonado en la selva, las festividades indígenas más importantes, escenas sobre el lago Titicaca; recorrer por carretera el exaltante paisaje del altiplano del Cuzco hasta Tiahuanaco...”. 'Intirumi' tuvo difusión mundial –añade–, haciéndose versiones en francés, inglés, español, ruso, japonés, alemán y aymara.

Actualmente, López Álvarez, que es un trabajador infatigable, está con varios proyectos a la vez, a punto de finalizar el poema 'Castiella' y otro poemario titulado 'Averiguaciones'. Asimismo, está escribiendo un segundo libro de testimonio sobre el Congo. “El primero, 'Lumumba ou l'Afrique frustrée', cubría el periodo de la crisis que iba desde antes de la independencia al magnicidio de Lumumba. El segundo, cuenta cuanto hicimos o intentamos hacer sus seguidores hasta el triunfo de Laurent Kabila y la acción del mismo hasta su propio magnicidio. En esta obra aporto datos y documentos inéditos hasta el día de hoy”. También tiene ya escrita su segunda novela de ambiente congoleño, 'Congo River', cuyo manuscrito ha de revisar todavía.

Para los devotos de su vida y obra, recomiendo la lectura de 'Raíz y distancia', cuya autora es su compañera Judith Roig Navarro.

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