Mariano Esteban: “Las vacunas de viruela que tenemos son eficaces contra la del mono”

El virólogo Mariano Esteban, en su laboratorio del CNB-CSIC. / Vinca Page CSIC Comunicación

Ana Hernando / Agencia SINC

Durante los últimos dos años hemos estado inmersos en la pandemia de la covid-19, causada por SARS-CoV-2, un virus zoonótico que ha trastocado nuestras vidas. En plena retirada de las mascarillas y otras medidas de protección, otros virus hacen su aparición, como está sucediendo ahora con el de la viruela del mono o monkeypox.

Este virus, que por lo general solo se encuentra en África occidental y central, está causando un brote en más de una docena de países de Europa — entre ellos España—, EE UU, Oriente Medio y Australia.

“Los virus están con nosotros, nos van llegando y lo importante es saber actuar”, dice a la Agencia SINC Mariano Esteban, virólogo del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Esteban es uno de los mayores especialistas mundiales en el estudio de la biología de los virus y su familia es de Villar de los Barrios, en el Bierzo.

Sus investigaciones se han centrado en el conocimiento de la biología molecular de estos agentes patógenos, con el objetivo de desarrollar procedimientos que permitan el control de enfermedades infecciosas. Destacan sus descubrimientos sobre la biología del virus vacunal, que fue utilizado como vacuna para erradicar la viruela.

Esteban ha desarrollado, junto a Juan García Arriaza (también del CNB) y la farmacéutica española Biofabri, una vacuna frente a la covid-19. Su plataforma, que utiliza precisamente una variante atenuada del virus de la viruela, completó con éxito los ensayos preclínicos en tres modelos animales: ratón, hámster y macaco. Los resultados se publicaron en la revista Frontiers in Immunology y ahora está a falta de probarse en humanos.

Después del coronavirus, nos llega otro virus zoonótico, el monkeypox. ¿De qué mecanismos disponemos para protegernos?

En primer lugar, hay que usar técnicas de identificación del agente causal rápidas. Ten en cuenta que este virus de macaco es muy semejante al de la viruela humana y muy similar también a otros virus que afectan tanto a ratones como a vacas, camellos, búfalos...

Es una familia de virus muy extendida en la naturaleza y hay que saber diagnosticar y diferenciar unos de otros. El Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) utiliza tecnologías que ya han sido desarrolladas a través del Comité Aesor de la OMS para la investigación del virus de la viruela y que ahora están empleando en los casos que se han detectado.

¿Qué recomendaciones establece este comité de la OMS?

Soy uno de sus miembros más antiguos. Nos hemos estado reuniendo durante los últimos 23 años como una forma de estar alerta por si aparecieran casos de viruela.

Básicamente, lo que se estable es que si apareciera un solo caso de viruela humana, o también de mono, la acción inmediata es hacer un ring o un cerco para evitar que se extienda. Es decir, que tan pronto como se detecte a una persona infectada, hay buscar a los contactos estrechos, ir ampliando un poco el rango y aislar a estos individuos rápidamente.

El monkeypox se transmite por contacto directo por las partículas virales que se producen durante las primeras 12 o 24 horas —que es el ciclo de replicación viral—. La persona que está infectada puede contagiar a través de gotas de las secreciones salivares, nasales o de la mucosa nasofaríngea. También por contacto con las lesiones cutáneas de una persona ya infectada, ya que en esas vesículas hay una cantidad de virus grande. Esta enfermedad tiene una R0 [número de reproducción] de cinco, es decir que, aproximadamente, una persona infectada puede infectar a otras cinco.

Así que lo que hay que hacer es establecer ese cerco y mantener la vigilancia y seguimiento.

¿Con esta enfermedad esto sería más sencillo al ser aún pocos los casos?

Sí, afortunadamente, el número de casos es pequeño y este control y seguimiento se puede hacer con facilidad. Al mismo tiempo, se están secuenciando los genomas de los virus para saber la variación que hay entre ellos: si los virus proceden de África central, donde son más letales porque tienen un 10 % de mortalidad, o de la parte occidental, que tiene un 1 %.

Lo que sabemos de los casos de Reino Unido es que allí están asociados con el virus más atenuado de África occidental. Parece que los de Portugal también tienen la misma genética y, probablemente, los de España sean igualmente de virus de esa zona de África. El ISCIII está ahora haciendo la secuenciación completa y pronto lo sabremos.

¿Qué vacunas se pueden usar contra este virus?

Entre las vacunas, está la Accam 2000, que es una de segunda generación. Se trata de una vacuna activa, eso quiere decir, que se inocula por rotura de la epidermis, que es el método tradicional, y produce una infección por virus atenuado y una lesión característica. Por eso las personas que fuimos vacunadas contra la viruela tenemos una marca en el brazo o en el muslo.

En cambio, la de tercera generación que es Imvanex, basada en el virus modificado de Ankara (MVA) se administra vía intramuscular y no produce lesión. Al ser un virus que no replica, no produce progenie y no deja marca. Esta vacuna está autorizada por la FDA y la EMA para la viruela tanto humana como la del mono. EE UU lleva años acumulando dosis de esta vacuna.

¿Qué eficacia tienen estas vacunas de la viruela humana frente a la del mono?

Se han publicado estudios de estas vacunas. Como la viruela humana ya no existe, los ensayos se hicieron con macacos y se vio que ambas eran eficaces.

¿Y qué antivirales se han desarrollado contra la viruela?

Hay dos frente a la viruela humana, que también sirven para tratar el monkeypox. Ambos están autorizados por la FDA, y son el tecovirimat, que inhibe que el virus se propague de una célula a otra, y el brincidofovir. Este último actúa inhibiendo la acción de la replicación del ADN. Los de la viruela son virus de ADN, de 197.000 pares de bases o nucleótidos.

En cambio, el SARS-CoV-2, que es el virus ARN más grande que infecta a los humanos, tiene 30.000 nucleótidos. A diferencia de estos virus ARN, que introducen mutaciones y producen distintas variantes, los virus de ADN, como el de la viruela del mono, son muy estables, con una tasa de mutación muy baja de uno o dos nucleótidos al año.

Para el SARS-CoV-2 no se logró desarrollar ningún antiviral que fuera realmente eficaz, aún tenemos una asignatura pendiente.

Para ustedes que están en este comité de vigilancia de la OMS, lo que ha sucedido ahora no es nada extraño, ¿verdad?

Los virus están con nosotros, nos van llegando y lo importante es saber actuar. Llevamos haciendo seguimiento de esta familia de virus desde hace mucho tiempo. Ten en cuenta que en la República Democrática del Congo, en África central, desde el año 2020 hasta ahora se han detectado 10.000 casos, con 342 muertes. Y en enero y febrero de este año ha habido más de 700 casos y 37 muertes en esa zona.

Es decir, este seguimiento se continúa haciendo. Lo que ocurre es que los casos estaban mayoritariamente confinados en África. Ahora ha habido escapes por importación de animales.

Usted es un experto en estos virus.

Llevo 50 años trabajando con esta familia de virus de la viruela, creo que soy el español que más tiempo lleva. En España, tenemos a algunos de los mejores grupos del mundo trabajando con ellos para estudiar su biología y utilizarlos como sistema de desarrollo. Aparte de mi laboratorio de virus y vacunas del CNB, está también el de Antonio Alcamí y el de Margarita del Val, los dos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Y Rafa Blasco, en el INIA. Es importante resaltar que aquí tenemos grupos de referencia mundial en esta área y mi laboratorio es el más antiguo de todos.

En la vacuna que desarrolló contra el coronavirus, usaron precisamente una variante atenuada de la vacuna de la viruela como plataforma, ¿no?

Sí, nuestra vacuna contra el SARS-CoV-2 se basa en una variante muy atenuada de la que se utilizó en el programa de erradicación de la viruela y que se llama Virus vaccinia modificado de Ankara (MVA), al que incorporamos genes codificantes de proteínas del coronavirus para inducir respuestas inmunitarias amplias y duraderas contra la covid-19.

La vacuna completó con éxito los ensayos preclínicos en tres modelos animales: ratón, hámster y macaco. Los resultados se publicaron en la revista Frontiers in Immunology y están a falta de probarse en humanos.

¿Podría ser ahora un buen momento para ver qué efectos podría tener su vacuna tanto frente a la covid como al virus de la viruela del mono?

Lo que queremos es poder hacer los ensayos clínicos para ver cuál es el efecto de nuestra vacuna. Podría resultar muy interesante verlo tanto respecto al SARS-CoV-2, como frente al virus de la viruela de mono, porque utilizamos la misma plataforma. El vector MVA es la misma plataforma de la vacuna que ya ha sido aprobada para su uso frente al virus de la viruela.

Lo cierto, es que sería interesante hacer los ensayos clínicos, si tenemos esa capacidad, porque el vector ha sido producido por una empresa española [Biofabri], con lo cual creo que podríamos realizar ese tipo de experimentación, pero son consideraciones aparte en las que no voy a entrar ahora.

Tras erradicarse la viruela humana se habló de la posibilidad de destruir el virus, pero se decidió mantener para investigación, ¿es así?

Ahora mismo hay dos centros autorizados para mantener stocks de virus de viruela humana: uno en Atlanta, en EE UU, en el Centro de Enfermedades Infecciosas (CDC) y el otro en Novosibirsk [Siberia, Rusia].

Lo que hace el comité asesor de la OMS es decir a estos dos centros qué investigación se puede hacer con el virus de la viruela, de tal forma que avancemos hacia mejores procedimientos para proteger a la humanidad. Por ejemplo, en caso de que reapareciera la viruela humana por bioterrorismo. Las reuniones de este comité tienen ese objetivo: saber que tenemos los mecanismos de actuación necesarios.

¿Y tenemos esos mecanismos?

En estos años, hemos avanzado en el conocimiento y las investigaciones son necesarias para mejorar los procedimientos de control. Tenemos vacunas y antivirales, al menos dos, y sería cuestión de desarrollar más antivirales que puedan cubrir mayor espectro de acción.

Por eso no se destruyen los stocks de virus de la viruela humana. La Asamblea General de la OMS no ha considerado, de momento, esa opción y ahora es todavía más complejo, debido a la situación de Rusia con la guerra de Ucrania.

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