Los agricultores de Castilla y León pagarán 225 millones más que el año pasado por los fertilizantes nitrogenados

Un tractor en un campos de cultivo abonando el terreno. // Peio García / ICAL

Los agricultores de Castilla y León pagarán 225 millones más que el año pasado por la aplicación de los fertilizantes nitrogenados solo en la campaña de primavera, según un informe elaborado por Coag, que ha calculado el sobreprecio que tendrían que pagar los profesionales del sector primario por usar este tipo de fertilizantes.

La organización, sin embargo, advirtió de que si los agricultores hubieran utilizado la misma cantidad que el pasado año, la cifra hubiera alcanzado los 325 millones, algo que posiblemente no ocurrirá, dado que según los operadores de abonos y comerciales, el alto precio de este insumo ha echado atrás a muchos cultivadores, que reducirán sustancialmente las dosis de abonado o, directamente, no abonarán. El informe del sindicato agrario sitúa esta posible reducción de aplicación en el 30 por ciento en relación a la campaña anterior.

Dado que las las causas que han disparado los precios de los fertilizantes afectan también a los demás inputs del campo, los agricultores “tendrán que afrontar, además en estas fechas, subidas superiores a un 75 por ciento por el precio del gasóleo y del 40 por ciento de los piensos”.

Aumento de los gastos

Coag ha analizado los mercados de los cuatro pilares básicos de la producción agroalimentaria: gasóleo, piensos, fertilizantes y electricidad. Al respecto, aseguró que ha constatado que el incremento de los precios ya ha entrado en fase crítica, “en la UVI”, y que esos precios “aún no se han detenido”.

El campo de Castilla y León está centrado estos días en el abono de los cultivos de temporada: regadíos, hortalizas, remolacha, patata, maíz, etcétera. La factura que tendrán que pagar los agricultores por dispensar los fertilizantes nitrogenados distará mucho de la que arrostraron en 2021. El nitrato ha subido de 235 euros la tonelada a 700; el nitrosulfato se ha disparado hasta los 725 euros por tonelada desde los 260 que costaba el año pasado; y la urea, que es la “estrella de las materias primas en la elaboración de los fertilizantes”, salta desde los 320 euros que costaba el día 4 de marzo de 2021 hasta los 950 de hoy, según los datos recopilados por COAG en el mercado.

Castilla y León, que es la primera potencia nacional en consumo de abonos, compra cada año una media de 1,3 millones de toneladas, cantidad por la que pagan los agricultores 411 millones de euros de media, según datos combinados de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE) y de la Consejería de Agricultura.

La inversión en nitrogenados, un 40 por ciento del total es, en un año normal, de 165 millones de euros.

Incertidumbre por la disponibilidad

Además de esta “preocupación” de los profesionales del campo respecto a los fertilizantes existen muchísimas dudas sobre la disponibilidad para la próxima campaña como consecuencia del cierre de fábricas por el coste de la energía, así como por el desabastecimiento de las materias primas por la guerra que afecta a las principales potencias exportadoras de las mismas.

En este sentido, COAG urgió al Gobierno central y a la UE para que, al igual que “están buscando fuentes alternativas de gas y petróleo”, oteen también otros mercados en los que abastecer de materias primas al sector para la fabricación de fertilizantes. “La producción de alimentos es una cuestión estratégica fundamental para nuestro país, es muy dependiente de este factor”, defendió en un comunicado.

Otro insumo básico, el gasóleo B, también encumbra sus precios en lo mas alto de las tablas. En mayo de 2021, el litro estaba en 0,873 euros en España y 0,848 en Castilla y León. Un año después asciende a 1,494 y 1,505 euros, con incrementos del 71,12 por ciento en España y del 77,48 en la Comunidad.

Los piensos han añadido la guerra en Ucrania al “desajuste” del mercado oferta/demanda por el confinamiento, a la crisis de las materias primas, a los fenómenos atmosféricos, a la crisis del transporte, a la crisis logística, a la crisis de las energías. Ello ha provocado un 42 por ciento de incremento de la tonelada en el cerdo de cebo, de 310 euros a 443 entre marzo de 2021 y marzo de este año; un 42 por ciento también los de terneros en el mismo periodo, de 301 a 429 euros; un 39 por ciento los de vacuno de leche, de 282 a 392 euros; y un 34 por ciento los de ovino de leche, de 215 a 289 euros la tonelada, entre otros.

Esto es así porque las materias primas para la elaboración de estos nutrientes han escalado igualmente: un 54 por ciento el maíz, un 57 el trigo, un 66 la cebada y un 31 por ciento la soja.

Por último, la electricidad, sin embargo, “se modera”, pues el precio del megavatio pasó de 283 euros en marzo de este año a 191 euros en abril. No obstante, los agricultores y los ganaderos han soportado subidas interanuales de un 523 por ciento. El precio del megavatio en marzo de 2021 estaba a unos “envidiables” 45 euros. La tendencia de este input es “a la baja y a la normalización, tras la aprobación comunitaria de la propuesta ibérica de topar el gas para la generación de electricidad, algo que ”será la tónica dominante lejos de las sierras que dibujaban las facturas en los últimos meses“.

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