Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Las Cortes de Castilla y León se instalan en la bronca permanente

Juan García-Gallardo y Carlos Pollán en la entrega de los Premios Pódium del Deporte Castilla y León.

Alba Camazón

8

Atrás quedaron los años en los que 'no pasaba nada' en el parlamento de Castilla y León. El PSOE vivía 'cómodo' en la oposición y negociaba grandes pactos con el gobierno 'popular' de Juan Vicente Herrera: industriales, sociales, en educación... Herrera le ponía 'complicado' al PSOE ser oposición, porque coincidían en muchos puntos.

Desde la marcha de Herrera y la entrada de Alfonso Fernández Mañueco en el liderato político, el hemiciclo ha vivido algunos de sus momentos más tensos: en marzo de 2020 el portavoz del PP, Raúl de la Hoz, le dijo al procurador de Podemos Pablo Fernández que estaba “muy gilipollas”, un insulto que retiró en el momento ante la indignación del interpelado.

Mucho más mediático fue sin embargo el “imbécil” que el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), llamó a su antecesor en el cargo y procurador de Ciudadanos, Francisco Igea, tras ironizar con la aparición de García-Gallardo en Masterchef. Tampoco se puede dejar de lado cómo García-Gallardo insiste en llamar al PSOE una “banda criminal” al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su “jefe”; algo que retiró el presidente de las Cortes porque García-Gallardo se negó a hacerlo.

Esta semana ha vuelto la bronca a la que ya nos tienen acostumbrados los parlamentarios de Castilla y León. El martes la socialista Alicia Palomo acusaba al consejero de Industria, Mariano Veganzones (Vox), de no “practicar ni creer” en la democracia como “buen fascista” que es. Esta intervención hizo que el presidente de las Cortes, Carlos Pollán—también de Vox—, le pidiera a la procuradora que retirase esa expresión, a lo que ella se negó porque no lo consideró un “insulto”. Finalmente fue retirada del Diario de Sesiones por decisión del presidente del parlamento.

“Ideología fascista”

Una situación similar se ha vivido al día siguiente, durante el debate de reprobación de García-Gallardo. Pablo Fernández, de Podemos reprochaba al vicepresidente que profese “la ideología fascista”. En ese momento, Pollán le llamó al orden y le pidió que lo retirase, a lo que Fernández se negó.

“Para mí el fascismo es una ideología y el señor Gallardo profesa, sigue los ideales del fascismo, que es una ideología política. Me puede llamar al orden todo lo que quiera. El fascismo es una ideología y a mi juicio Gallardo profesa la ideología fascista. No voy a retirar lo que pienso”, expuso Pablo Fernández.

Los diarios de sesiones de las Cortes de Castilla y León recogen hasta 13 veces el apelativo “socialcomunista” que Vox añade al Gobierno de España durante sus intervenciones. El término “fascista”, aparte de esta semana, ha sido pronunciado en cuatro ocasiones. Fernández llamó “fascista” al consejero de Industria y aseguraba que a los “fascistas” se les para “con derechos”; Luis Tudanca (PSOE) ironizaba sobre las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sobre que si les llamaban 'fascistas' era porque estaban en el lado correcto de la historia y Vox se quejaba que les llamaran 'fascistas“ antes de estos eventos.

Más broncas desde 2019

Quizá el punto de inflexión fuera el acuerdo de legislatura entre PP y Ciudadanos cuando el PSOE se vio vencedor de las elecciones a pesar de que necesitaba el apoyo de Ciudadanos para gobernar. La dirección nacional de Albert Rivera obligó a los suyos a pactar con el Partido Popular, que lleva en el poder desde 1989 de forma ininterrumpida. Es algo que en el PSOE no olvidaron fácilmente, aunque ahora socialistas y el líder de los 'naranjas' parecen más cercanos que nunca y es habitual verles votar en consonancia.

La tensión ha ido subiendo en los últimos años, moción de censura socialista incluida. Parece que fue hace mucho tiempo, pero la moción de censura es de hace año y medio. En el primer pleno tras la moción de censura fallida en abril de 2021, el entonces presidente de las Cortes, Luis Fuentes —de Ciudadanos—, expulsó del hemiciclo a la vicepresidenta segunda de las Cortes, Ana Sánchez, después de que la exconsejera de Sanidad, Verónica Casado, se mostrara “especialmente preocupada” por la salud mental de una procuradora socialista que le pidió que no frivolizara con este asunto.

Suspensión del pleno

Sin embargo, la irrupción de Vox no ha hecho más que elevar el tono en las Cortes de Castilla y León y ha obligado incluso a suspender la sesión plenaria temporalmente, algo bastante anómalo.

El vicepresidente de las Cortes, Francisco Vázquez (PP), suspendió una vez el pleno durante 15 minutos, aunque se quedó con ganas de más: “Estoy por suspender, suspendo y que vengan por la tarde y que se jodan”, se le oyó comentar. Pablo Fernández estaba hablando en su turno cuando procuradores de Vox y PP le empezaron a increpar. García-Gallardo y Raúl de la Hoz gritaban a Fernández y le hacían gestos para que se fuera. “Que tú no eres nadie para mandar, Raúl, que no eres nadie”, le afeaba Fernández al portavoz 'popular'.

Protestas contra el presidente de las Cortes (Vox)

El presidente de las Cortes de Castilla y León ha sido duramente criticado por la oposición en varias ocasiones. Esta misma semana tachaban de “vergüenza” su falta de mediación en las intervenciones, pero no es la primera vez. Además de la polémica de si se podía llamar “fascista” a Vox en las Cortes o no, hubo una actuación de Pollán que pasó más desapercibida.

El procurador socialista Juan Luis Cepa Álvarez intentó intervenir en un debate cuando Vox aceptó unas enmiendas del PP relativas al fracking. Raúl de la Hoz protestó desde la bancada y Cepa le contestó: “Estoy justificando mi voto, usted cállese, señor De la Hoz (PP), que parece el presidente. Tengo dos minutos para expresar mi opinión”. Sin embargo, Pollán le negó ese derecho, aunque el artículo 164.2 del Reglamento permite que cualquier Grupo solicite la palabra “para manifestar su posición definitiva” si hay un cambio en la proposición, como ha sucedido en este caso.

Igea, de Ciudadanos, ha denunciado a Pollán —a quien también pidió la dimisión— por retuitear a un procurador de Vox. David Hierro ironizaba sobre el juicio en el que Igea fue absuelto por un delito leve de amenazas con una imagen de él sentado en el banquillo.

“No estaba esperando que le sacaran a bailar, estaba en el banquillo de los acusados por una denuncia de amenazas a uno de sus militantes”, dijo Hierro, que además añadió “exvicepresidente macarra”. El presidente de las Cortes también ha empezado a pedir a los periodistas que escriban sus datos personales en un papel que reparte personal de las Cortes por las cabinas de prensa, a pesar de que para entrar en el parlamento ya es necesario identificarse en recepción o en la garita. Además, el Facebook de las Cortes de Castilla y León ya solo publica fotografías del presidente y los actos en los que participa —dentro y fuera del parlamento— pero ni siquiera sube una foto de los plenos y comisiones que se celebran.

Las llamadas a “rebajar la tensión” son continuas, pero no sirven para nada. Hace tiempo que quienes siguen la actualidad parlamentaria han cogido las palomitas, aunque este espectáculo suponga un deterioro del debate público. Mientras los ciudadanos conviven con normalidad democrática, ésta sigue muy alejada del parlamento de Castilla y León.

Etiquetas
stats