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Consejos para mejorar la convivencia entre vecinos

Si vives en un edificio con varias puertas sabes muy bien de lo que estamos hablando. La convivencia con los vecinos no es algo sencillo pero es posible evitar conflictos con algunas de estas técnicas.
Evitar los ruidos molestos
Los sonidos trascienden las paredes y constituyen uno de los problemas más recurrentes entre vecinos. Golpes, ladridos, gritos, un taladro, música fuerte y el sonido a tope del telediario son algunos de los ruidos más molestos que experimentan día a día millones de personas en sus hogares.
El “bienestar acústico” tan recomendado por los médicos y la OMS es muy difícil de lograr según qué casos. La instalación de paneles acústicos y de ventanas de doble vidrio puede ser un método para evitar que los ruidos entren y salgan, evitando conflictos vecinales.
Si aún así sigues escuchando ruidos de los vecinos, o recibes quejas de ellos, la negociación es el camino.
Si la queja es hacia ti, procura ponerte en el lugar de ellos antes de responder. Intenta bajar el tono de la conversación y toma acciones para evitar que la situación escale. Si en cambio eres tú quien reclama que bajen el volumen, procura usar un tono respetuoso pero asertivo y firme. Explica por qué el ruido te molesta e invítalos a pasar a tu casa para que vean cuánto se escucha desde el sitio donde estás.
Mantener a las mascotas a raya
Los animales no entienden de propiedad privada. Los gatos, por ejemplo, suelen saltar de un balcón a otro o pasar al patio del vecino sin importarles la medianera o la delimitación que los humanos han impuesto.
Por lo tanto las mascotas constituyen otro punto de conflicto entre vecinos. Cuando el problema es que los animales se cruzan al territorio del vecino, es posible poner una barrera física para que esto no ocurra. En el caso de los balcones existen redes que además sirven para prevenir un accidente. En el caso de las medianeras, hacer una valla bien alta o tapar huecos por donde las mascotas puedan pasar es una forma de prevenir la “fuga”.
La cordialidad en la convivencia: una forma de prevenir el conflicto
Algunas personas son muy reservadas sobre su intimidad y prefieren no darse a conocer en el vecindario. La realidad es que los vecinos más “metiches” buscarán saber todo sobre las personas que viven a su alrededor, sin importar lo que tú pienses sobre tu propia privacidad.
Por eso, no es mala idea presentarse ante los vecinos cuando se llega a un lugar nuevo. No es necesario tocar timbre, simplemente saludarlos o sacar charla en el ascensor o a medida que vayas cruzándote con ellos es suficiente. Di quién eres, comenta que te mudaste recientemente y en qué unidad vives.
Procura obtener información sobre ellos. Esto te ayudará a crear un mapa mental de las personas que te rodean. Pueden parecer contactos casuales pero son los primeros en darnos una mano en una situación de emergencia. Es clave que haya algo de conocimiento mutuo y también es útil intercambiar los números telefónicos.
Diálogo, diálogo y más diálogo
Además de conocer a tus vecinos mediante una presentación espontánea, también puedes prevenir conflictos dialogando con ellos.
Cuando estés pensando en hacer una actividad que pueda afectarles, como una reparación o una fiesta, es bueno avisar de antemano lo que está por suceder. Esto les permite hacer planes para evitar estar en casa en ese momento. Probablemente sientan que han sido tenidos en cuenta y se quejen menos.
Qué hacer cuando la convivencia es imposible
Cuando un vecino se acerca a plantear un problema ocasionado por ti, es importante escuchar con atención y agradecer la información sin reaccionar a la defensiva, aún si estás en desacuerdo con lo que dice. El diálogo es el camino para solucionar cualquier problema que dos vecinos puedan tener.
Sin embargo, a veces nos topamos con personas violentas que no conocen esta forma de dirimir los conflictos. Si un vecino se acerca a ti para hacerte daño, considera buscar la mediación de un tercero, como el administrador del edificio o directamente la policía. Lamentablemente, a veces esta es la única forma de prevenir una agresión.