Guía de free tours, de los empleos mejor valorados del momento
La búsqueda de empleo se puede convertir, en estos días, en toda una odisea debido a la alta tasa de paro. Incluso para aquellas personas que optaron por una formación continua y obtuvieron un título, nada está asegurado. Este es uno de los motivos que explican, de hecho, que cada vez haya más emigrantes y que la denominada fuga de cerebros sea una constante que parece ya casi imparable.
Ante esta tesitura son muchas las personas que piensan en cómo poder mantenerse sin tener que dejar su hogar y una alternativa a ello pasa por hacerse autónomo, con todas las ventajas y desventajas que ello supone. Trabajar en GuruWalk como guía turístico es precisamente una de esas opciones.
¿Pero, qué tiene la profesión de guía de free tours que cada vez gana más adeptos? Para empezar habría que aclarar un concepto base. Aunque hablemos de free tours (lo que traducido al español sería, literalmente, tours gratis) tenemos que entender que el concepto anglosajón está haciendo referencia a su otra acepción, a la de 'libre'. Es decir, que cada turista, una vez que ha recibido el tour que ha elegido puede tomarse la libertad de dejar a su guía la cantidad de dinero que estime oportuna valorando su trabajo, esfuerzo, interés, preparación de esa persona, atención prestada...
Así que sí que se espera una remuneración por ese servicio. Es más, se espera y se produce y sólo así se explica que no sólo los guías más veteranos sigan ofreciendo este trabajo a través de los años sino que también otras personas se animen a realizar este empleo.
Aclarado lo anterior es turno de explicar qué ventajas tiene el trabajar como guía de free tours y, por supuesto, cómo hacerlo.
Cómo convertirse en guía de free tours
En realidad el proceso no es difícil en sí porque basta con registrarse en páginas como la antes mencionada para empezar a recibir solicitudes de trabajo. Eso sí, antes de esto, uno debe darse de alta como autónomo y, por supuesto, prepararse bien los tours que quiera ofrecer.
Es importante aclarar que cuanto más se forme uno, más se documente y se prepare, mejor que mejor. Como ya hemos dicho, los free tours se basan en propinas por lo que si el tour no es bueno pasarán tan sólo dos cosas: la gente no dejará buenas valoraciones y tampoco dejarán buenas propinas.
Eso sí, cuando se cuenta con un tour bien estructurado, donde la información ha sido contrastada y, además, se cuenta todo de una manera amena se pueden esperar buenas propinas y que el trabajo no deje de aumentar.
Ventajas de trabajar como guía turístico
Aunque la lista puede ser bastante amplia y, en parte, un tanto personal, he aquí algunas de las ventajas más destacadas:
Libertad. Igual que el viajero que se presenta a un tour tiene la libertad de elegir cuánto dinero va a dejar a su guía, el guía tiene mucha libertad para unas cuantas cosas. Por ejemplo, puede decidir qué tours ofrece y también qué días quiere trabajar (lo que incluye las vacaciones) De esta manera si se tiene otro empleo o compromisos varios (como puede ser la misma conciliación familiar) este empleo se adapta a la perfección.
Sin jefes. Es lo que tiene ser autónomo que aunque uno debe hacerse cargo de sus gestiones no le debe explicaciones a nadie, ni sobre el punto anterior ni sobre nada en general y como se trata de tours basados en propinas se puede estar seguros de que estos guías siempre dan lo mejor de sí mismos porque de ello van a depender sus ganancias.
Diversidad. Aquellos que no hayan nacido para los trabajos de oficina con horarios restringidos y tareas similares días tras día están de enhorabuena porque trabajando como guía se puede decir que, en cada ocasión, se realiza un trabajo diferente. Sí, por supuesto que los tours en sí contarán con la misma información pero el cómo se cuenta, el hecho de que las paradas que se hagan sean más o menos prolongadas o incluso el que un tema pueda dar más o menos de sí suele depender, en gran medida, del grupo con el que se cuente y este factor siempre será diferente.
Constante crecimiento y desarrollo. Porque al tratar con gente de diferentes partes del mundo se acaban aprendiendo muchas y diversas cosas. Es, de hecho, una manera de abrir la mente a otros países y culturas y como el mundo no deja de cambiar los guías también tienen que seguir formándose como una constante porque su labor no suele acabar cuando termina el tour. Un buen guía siempre se queda unos minutos más, orienta a quienes lo necesitan o da consejos útiles. Esto, además de marcar la diferencia, hará que la gente le vea con otros ojos y que, por supuesto, con esa proximidad que se establece, estén más predispuestos a dejar mejores propinas.
