La Junta legaliza los parques Peña del Gato y Valdesamario y las líneas de evacuación anuladas judicialmente

César Sánchez / ICAL. Aerogeneradores en la 'Peña del Gato'

El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica en su edición de este martes la legalización de dos de los tres macroparques eólicos del llamado nudo de Villameca en la zona del puerto del Manzanal y las líneas de evacuación de energía, que paró el Tribunal Supremo en 2017 por su afección al urogallo cantábrico.

Se trata de los parques Peña del Gato y Valdesamario, cuyo ámbito geográfico abarca los términos municipales de Villagatón, Valdesamario y Riello, además de Igüeña y Torre del Bierzo. Se da así el último visto bueno administrativo para desbloquear estos parques del nudo de Villameca anulados por los tribunales. El presupuesto previsto para los dos proyectos supera los 80 millones de euros.

El macroparque de Peña del Gato, cuya licencia fue anulada por el Tribunal Supremo en 2015, prevé instalar 25 aerogeneradores de 2.000 kW en los municipios de Torre del Bierzo, Igüeña y Villagatón, para conseguir una potencia total de 50 MW. La solicitud corre a cargo de la empresa Energías Especiales del Alto Ulla y el presupuesto es de 54,5 millones.

Por su parte, el parque de Valdesamario (también anulada su licencia por el Supremo en 2017) prevé funcionar con 12 aerogeneradores del mismo tipo, para conseguir una potencia total de 24 MW. En este caso, la empresa peticionaria es la misma que en el caso anterior y los términos municipales afectados son Valdesamario, Riello y Villagatón. El presupuesto total de este proyecto es de 25,8 millones.

De la misma manera, se da aprobación a los 32 kilómetros de líneas de evacuación energética hacia la subestación eléctrica 'Villameca' que pasarán por los municipios de Folgoso de la Ribera, Torre del Bierzo, Villagatón y Quintana del Castillo y que están presupuestadas en algo menos de medio millón de euros.

En cuanto al tercero de los parques del nudo, el de La Espina, ubicado en los municipios de Igüeña y Villagatón y anulado por la justicia por primera vez en 2014 y de manera definitiva en el año 2017, momento en que quedó paralizado sin funcionamiento, fue reautorizado por la administración autonómica el pasado mes de marzo. Ahora en manos de Naturgy aunque su constructor inicial fue el grupo Lamelas Viloria, se quedará con las 9 torres eólicas actuales ubicadas concretamente en la zona este de la Sierra de Gistredo.

La autorización del gobierno autonómico cree que “la actividad es compatible con los objetivos de conservación establecidos en los citados planes (de oso pardo y urogallo) y no va a producir afecciones sobre las poblaciones de estas especies”. Se basa en que los mapas de áreas críticas del urogallo, aprobados en 2009 cuando se dio licencia al parque eólico, no afectan directamente a la ubicación de los molinos y mencionan de pasada la aparición de un ejemplear de urogallo cantábrico a los pies de un molino eólico cercano, correspondiente al parque eólico 'Anexo de Valdelín'.

Como medida adicional la nueva autorización contempla la instalación “de dispositivos anticolisión por detección que usen tecnologías que, mediante cámaras estereoscópicas 3D en tiempo real, monitoricen todo el parque con detección autónoma para cada aerogenerador de: cercanía, altura, movimiento y velocidad de aves de cierta envergadura, y puedan paralizar de forma automática el aerogenerador de riesgo con suficiente antelación para evitar una colisión”.

Por ello tendrán que instalar “las cámaras necesarias que cubran el rango de vuelo del urogallo cantábrico, en la alineación del parque eólico. De esta forma se facilitaría la detección del posible movimiento esporádico de ejemplares de urogallo, así como de otras posibles especies de gallináceas con características de vuelo similar. Se dará traslado al Servicio Territorial de Medio Ambiente de los resultados y de las imágenes obtenidas”.

Los ecologistas no descartan volver a la vía judicial

El urogallo es una especie en peligro crítico de extinción desde julio de 2017 y un emblema de los ecosistemas cantábricos junto al oso pardo. Su declaración de especie gravísimamente amenazada llegó tras el fracaso del plan Life+ para su conservación que invirtió 5,5 millones de euros entre 2010 y 2016 pero que no logró revertir la caída de la especie.

En 2017 un informe de varios científicos, publicado en la revista 'Bird Conservation International', alertaba de que la población de urogallos más rara de Europa, la ubicada en las comarcas leonesas donde se proyectaron los parques eólicos, estaba desprotegida. Pese a las evidencias científicas de su presencia en la zona la Junta de Castilla y León no la tenía incluida en sus mapas ni del Plan Life+ ni de la Red Natura 2000. Y así sigue pese a que en ese mismo año apareció un ejemplar hembra de urogallo muerto a los pies de una de las torres eólicas de la zona, aunque según los informes “no concluía con certeza que dicha muerte fuera como resultado de colisionar contra un aerogenerador”.

SEO/Birdlife, que encabezó junto a otras entidades los recursos que anularon la mayor parte de Nudo de Villameca, advierte tras las reautorizaciones ambientales que los nuevos proyectos presentados por los promotores siguen sin evaluar correctamente el impacto sobre el urogalllo “a juzgar por los estudios de impacto ambiental que han presentado los promotores” y no descartan volver a la vía judicial.

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