Un osezno llama a la puerta de Prioro

Esta es la imagen de la mutua sorpresa, del osezno y de quien se lo encontró en la puerta de su casa. / Fotografía de Óscar Montero

C.J.D.

Óscar Montero se disponía a salir de su casa en la localidad montañesa de Prioro en la mañana del pasado sábado cuando oyó unos ruidos en el exterior, frente a la puerta principal. El silencio que reinaba por la enorme acumulación de nieve de los días previos hizo que esos leves movimientos se escucharan bien claros. “Lo primero que hice fue mirar por la ventana, por si era alguien, y lo vi ahí parado. Me puse nervioso”. No era para menos: el vecino que merodeaba su vivienda era un osezno que retozaba sobre las escaleras, las cuales apenas se veían por la nieve caída.

Apenas tuvo tiempo de coger su teléfono móvil, abrir lentamente la puerta para no asustarlo y hacer un disparo. El pequeño ejemplar de oso pardo se quedó un instante paralizado, tan sorprendido como el vecino, y para cuando Óscar quiso volver a 'disparar' el smartphone o “hacer un vídeo” ya era demasiado tarde. El osezno había emprendido la huída.

Esta es la vivienda de Óscar, donde apareció el pequeño ejemplar de oso pardo en la mañana del sábado. / Fotografía de Óscar Montero

Sin embargo, fue tiempo suficiente no sólo para poder contar la historia, como hoy se ha hartado de hacer, sino para disponer de una de las fotos más llamativas del temporal de nieve y frío que se ha cernido sobre el norte de la provincia, también en esta Montaña Oriental. Ayer lunes fue a ver a una amiga, Aída Rodrigo, que regenta el Hotel Río Cea de Puente Almuhey, y le habló de una experiencia “de las que no olvidas en tu vida”.

Y se les ocurrió dar a conocer la imagen a través de su Facebook. “Porque yo la había puesto en Instagram pero apenas tengo 60 amigos y no tuvo muchos 'me gusta'”, relata Óscar. Pensaron que a través de las redes sociales del Hotel sí tendría repercusión. Y vaya si la tuvo. “Estoy alucinado, ha tenido una audiencia impensable, me han llamado de La 1, de la televisión de Asturias, periódicos... una movida”, reconoce.

En el pueblo “no se habla de otra cosa”. “Yo llevo solo dos años aquí, pero me han contado que hace muchos años, con motivo de otras nevadas gordas, ya vieron a un oso grande por el pueblo, supongo que como éste: buscando comida”, relata este vecino reciente de Prioro. Y añade que en esta ocasión “la verdad es que me dio por pensar que quizá la madre del oso estuviera cerca, es lo lógico, pero no tuve miedo, aunque tampoco vi a ningún otro”.

Su fotografía es ejemplo de cómo el temporal modifica los hábitos de los animales y les pasa mucha factura. “Hemos visto cerca jabalíes, venados... tienen un gran problema con la comida y se nota”, comenta. Pero esa mirada del osezno es única, no se le irá jamás.

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