Una mirada guiada para entender un patrimonio de la humanidad único: Las Médulas

César Sánchez/Ical.

D. Álvarez/Ical

Desde su puesta en marcha hace diez años, más de 230.000 personas han contratado los servicios de visita guiada por el entorno del Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas que ofrece el Centro de Recepción de Visitantes, gestionado por el Consejo Comarcal del Bierzo. Seis personas se encargan de recorrer cada día junto a los visitantes una senda de poco más de tres kilómetros que hace parada en algunas de las galerías más significativas de la antigua explotación minera de la época romana, donde los guías ofrecen información básica para interpretar este “paisaje cultural”. El año pasado fueron más de 25.000 personas las que concertaron una visita oficial en el paraje y las previsiones apuntan que la cifra se superará en 2016, ya que, en lo que va de año, se han realizado casi 20.000 visitas guiadas.

Antes de iniciar el recorrido, el Centro de Recepción de Las Médulas ofrece a los visitantes la posibilidad de ver un vídeo de cinco minutos que les da las primeras pistas sobre la historia de la explotación aurífera, “la mina de oro más grande del Imperio Romano”, cómo les recuerda la encargada del centro, Engracia Puerto. “Esto es un paisaje cultural y les vamos a ayudar a interpretarlo”, son las primeras palabras de la guía, una vez los visitantes, llegados en esta jornada desde Euskadi, en un viaje organizado por la Mancomunidad de la Merindad de Durango, abandonan las instalaciones para adentrarse en los terrenos de la antigua mina romana.

La ruta, que se completa en un tiempo de aproximadamente dos horas, discurre a través de un bosque de castaños centenarios, en una zona conocida como la Senda de las Valiñas. Durante el recorrido, la guía del Centro de Recepción de Visitantes ofrece explicaciones sobre la geografía y la historia del lugar, con especial atención al proceso conocido como 'ruina montium' que se utilizaba en la explotación y a la importancia del enclave para entender las Guerras Cántabras. El paseo termina en dos de las galerías más espectaculares del entorno, conocidas como La Cuevona y La Encantada. Se trata de dos cavidades de enormes dimensiones que suponen un vestigio del abandono de la mina.

Valoraciones de la experiencia

“Es una visita muy completa, las vistas son impresionantes y las explicaciones de las guías son muy buenas”, explica Juan Sampedro, uno de los visitantes, que elogia la “base científica e histórica” de unas explicaciones que “aún así son apropiadas para cualquier público”. “El recorrido es muy bonito y permite darse cuenta que el hombre ha intervenido, pero en este caso para bien”, resume.

En la misma línea, Juan Francisco Molina destaca el “doble valor” del entorno. “Es un paisaje muy bonito, pero también hay un inmenso trabajo detrás para crear esto”, explica. Entre los integrantes del viaje, esa es la opinión más generalizada. “Lo más interesante es la historia que tiene detrás, el trabajo que hacían los romanos, cómo explotaban la montaña a través de galerías rellenas de agua, cómo la mano de obra del ser humano dio forma a un paisaje que se presta a todo tipo de leyendas”, subraya Vicente Irazola. “Si uno viene sin conocer la historia, no es lo mismo”, coincide en señalar Mari Ángeles Viteri, que destaca que “hemos aprendido algunas cosas que no sabíamos”.

Por su parte Teresa Eguskiza confiesa que la visita es “mucho más interesante de lo que yo pensaba”. “Me parece que esto hay que enseñarlo, yo voy a hacer propaganda, a todo el mundo que venga por aquí le voy a aconsejar que no se lo pierda”, explica, fascinada por un paisaje que califica de “surrealista”. Entre el grupo de visitantes, algunos tienen la ocasión de repetir, como Ricardo Uriarte. “Yo había estado en plan particular en la otra parte, donde hay un balcón”, explica, en referencia al cercano mirador de Orellán. “Ya entonces nos dimos cuenta de que era muy bonito y nos quedamos con ganas de volver para recibir una explicación, porque sin explicaciones te imaginas algo, pero ni mucho menos esta manera de hacer los túneles y despeñar los montes”, relata. Por su parte, Ángel Esteban coincide en señalar que “es una visita muy bonita” aunque echa en falta un recorrido por otras rutas cercanas. “Me hubiera gustado conocer otras zonas del entorno y los canales”, explica.

Precios reducidos para los grupos

De las casi 20.000 visitas guiadas organizadas hasta el mes de agosto de este año, el mes de vacaciones por excelencia ha sido el más concurrido, con casi 4.000 personas que han recorrido el entorno junto a un guía. En el extremo opuesto, el mes de enero registró sólo 765 visitas guiadas por el paraje. La encargada del Centro de Recepción de Visitantes apunta a los meses de invierno como la época de menor reclamo. “Entre noviembre y abril, prácticamente llegan sólo excursiones del Imserso, con gente muy participativa, pero durante el otoño siguen llegando muchos visitantes porque es la época del año en la que el paisaje está más bonito”, explica.

Las agencias de viaje que incluyen la visita guiada en su recorrido se benefician del precio de dos euros por persona para los grupos de más de quince integrantes. Para las personas que acuden de manera individual, las visitas se organizan en horario de mañana y de tarde siempre que haya un mínimo de seis personas y el precio se establece en tres euros.

Incremento constante

El número de visitantes que opta por contratar la visita guiada oficial por Las Médulas ha aumentado de manera continua durante esta década y se ha incrementado a mayor velocidad que el número total de visitantes, el cual tampoco ha dejado de crecer. Según los datos del Centro de Recepción de Visitantes, un total de 770.441 personas han pasado por las instalaciones en la última década. De ellos, 232.501 -el 30 por ciento- han contratado la visita guiada.

En el año 2006, el primero en que se ofrecieron estas visitas guiadas, poco más de 13.000 personas -el 23,5 por ciento del total de visitantes- recorrieron el entorno escuchando las explicaciones de los guías. El año pasado, la cifra se incrementó por encima de las 25.000 visitas guiadas -28,5 por ciento sobre el total de visitantes-, lo que supone que, en una década, casi se ha duplicado el número de gente que demanda el servicio. Además, las previsiones para este año apuntan que se superará ese número, ya que, hasta el mes de agosto, han sido casi 20.000 las personas que han participado en alguna de las visitas guiadas.

Procedencia geográfica y edades

Madrid y Galicia se sitúan a la cabeza de las comunidades autónomas de las que proceden la mayoría de los visitantes al paraje. Del total de personas que han pasado por Las Médulas este año, 13.557 -casi el 21 por ciento del total- llegaron de la capital de España, mientras que 9.083 -14 por ciento- lo hicieron de la comunidad vecina de Galicia. Entre los madrileños, el 31,5 por ciento -4.273 personas- contrató la visita guiada mientras que en el caso de los gallegos el porcentaje se redujo hasta el 22,8 por ciento -2.073 personas.

Por lo que respecta a Castilla y León, la mayoría de los visitantes provienen de la propia provincia de León, desde donde llegaron 5.216 personas del total de 6.834 visitantes que aportó la comunidad. Estos datos suponen que Castilla y León fue el origen de poco más del diez por ciento de los visitantes al paraje y sólo uno de cada cuatro llegó de otra provincia. Además, según los datos del Centro de Recepción de Visitantes, los locales son los más reacios a la hora de contratar las visitas guiadas. De entre los más de 5.000 visitantes llegados este año desde la propia provincia, sólo 907 -un 17 por ciento- se animaron a realizar la visita con un guía.

En lo que tiene que ver con las edades, el grupo mayoritario de visitantes lo representan las personas de entre 41 y 65 años, al que corresponden uno de cada tres visitantes. En el extremo opuesto, atraer a los más jóvenes es la asignatura pendiente, ya que sólo uno de cada cinco visitantes tenía menos de 25 años.

Etiquetas
stats