La última cuenta atrás de Compostilla II: un mes para el cierre con las auxiliares clamando por la Transición Justa

Detalles del campamento de los trabajadores de las empresas auxiliares de la central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil (León). / César Sánchez / ICAL

César Fernández

Llevan meses haciendo una cuenta atrás que este lunes entra en su recta final. La central térmica Compostilla II de Endesa en Cubillos del Sil no tendrá que arrancar más hojas del calendario tras este junio que marca el punto final a una historia de 70 años. Y los trabajadores de las empresas auxiliares, que en este tiempo han puesto su propio contador de paulatinos despidos de forma icónica con un cementerio de cruces a las puertas de las instalaciones eléctricas, se enfrentan a los últimos 30 días todavía con muchas incógnitas por despejar mientras sigue sin llegar la ansiada Transición Justa.

Los contadores dejan a veces momentos paradójicos. La Plataforma de Auxiliares de Endesa, el conglomerado formado para defender los intereses de la parte más débil de la cadena ante un cierre programado desde hace tiempo para el 30 de junio de 2020, cumplió el pasado 19 de mayo 500 días desde su constitución. Lo 'celebró' con un vídeo reivindicativo que repasa las visitas de los políticos o el montaje del campamento permanente que ha hecho visible sus protestas a los pies de las chimeneas mientras pasaba de 180 a poco más de 80 integrantes. Apenas una semana y media después, el contador marca 30 días para el fin de la actividad a la que muchos de ellos han dedicado décadas de trabajo.

Las circunstancias no han ayudado. La sucesión de procesos electorales convirtió el campamento permanente en pasarela política, pero el bloqueo que obligó a repetir los comicios nacionales fue prolongando la agonía sin soluciones para plantillas que demandan nuevas oportunidades laborales y, en el caso de los trabajadores de más edad, facilidades para acceder al retiro.

En medio de las elecciones de abril y noviembre, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, visitó en octubre Cubillos del Sil, donde encargó a la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden) la gestión de las recolocaciones. Y en abril de 2020 la propia Ribera, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, y responsables de UGT y Comisiones Obreras firmaron el acuerdo por una transición energética justa para centrales térmicas en cierre que insta a dar prioridad a los operarios de las auxiliares “en las labores relacionadas con las nuevas actividades y el desmantelamiento y restauración de la central”, para cuyo solar la eléctrica plantea un concurso de ideas enmarcado en el proyecto Futur-e.

Fuentes de Endesa avanzan que primarán a las compañías que incluyan a estos trabajadores en los concursos de adjudicación del desmontaje de los grupos III, IV y V. Pero los propios operarios asumen que apenas una minoría da el perfil para estas labores

El resultado no satisface a los representantes sindicales. “De Ciuden no hay nada”, lamenta el portavoz de la plataforma, Alonso Roa. De los 60 operarios que acometen el desmantelamiento de los grupos I y II, apenas 17 proceden de las empresas subcontratas. “Y en todos esos casos han sido ellos los que se han buscado la vida”, señala Roa sin esconder que apenas una decena de los 70 empleados que quedan actualmente en las plantillas de las auxiliares “darían el perfil” para estas labores. Fuentes de Endesa anuncian que primarán a las compañías que incluyan a estos trabajadores en los concursos de adjudicación del desmontaje de los grupos III, IV y V.

El caso es que, tras meses de bloqueo político y diversos procesos electorales, las circunstancias tampoco ayudaron con un Gobierno recién constituido que pregonaba su apuesta por la Transición Ecológica. La crisis sanitaria del coronavirus dejaba al país en suspenso apenas diez días de anunciarse la firma de un convenio a tres bandas entre Endesa, la Fundación Santa Bárbara (adscrita a la Junta de Castilla y León) y Ciuden (fundación estatal) para formar en desmantelamiento de térmicas y montaje de instalaciones de renovables a 360 trabajadores, con preferencia para los trabajadores de las subcontratas.

“Éramos trabajadores esenciales, pero no había carga; era muy triste estar pintando flechas”

Declarada la actividad dentro de los servicios esenciales incluso en el período más duro del confinamiento, los operarios de las auxiliares acudieron durante estos dos meses y medio a una central con fecha de caducidad a 30 de junio. “Éramos trabajadores esenciales, pero no había carga de trabajo. Y era muy triste estar pintando flechas”, reprocha Roa, mientras la compañía eléctrica defiende la decisión de rotar a las plantillas de forma que hasta un 60% permaneciera en sus casas teletrabajando o estando disponible.

Ahora la preocupación estriba en el futuro de los trabajadores que quedan en las plantillas: 28 en Nervión Industries, 22 en Maessa, 12 en Auxitrans, 12 en Ilunion, 9 en Gárnicas y 3 en Seyma. Varios de ellos han sufrido ya sucesivos ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo). Otros, como los de la empresa de limpieza industrial Nervión, se enfrentan a un proceso de despido colectivo en paralelo a sus compañeros en la central de Andorra (Teruel) que tiene fijada su primera reunión 'virtual' para este martes 2 de junio.

El hecho de que la empresa haya unido los dos procesos tiene como desventaja que una hipotética impugnación debería resolverse en la Audiencia Nacional, apunta el sindicalista de Comisiones Obreras Alfredo Peláez sin obviar que las antigüedades de ambas plantillas no son homogéneas. Precisamente la avanzada edad del personal de Cubillos del Sil, con más de la mitad de plantilla por encima de los 55 años, lleva a la parte social a pedir jubilaciones anticipadas con ciertas condiciones para operarios con difícil encaje en el mercado laboral

La disyuntiva para los empleados de Maessa es la extinción del contrato o el traslado a sus centros de trabajo en Ibiza o Cartagena. Otras empresas llevan tiempo sin ofrecer noticias cuando el cierre de la térmica ya está a la vuelta de la esquina. “La comunicación no siempre es fácil. Endesa maneja los tiempos. Y las empresas auxiliares seguirán haciendo negocio con Endesa”, lamenta Roa. La compañía eléctrica, por su parte, dice haber mantenido parte del empleo y haber realizado (y estar en disposición de hacer) gestiones para facilitar la contratación en otras industrias, amén de remitirse al acuerdo suscrito con el Gobierno de España y las centrales sindicales.

Los trabajadores siguen clamando por una Transición Justa que ya no llegó a tiempo para el cierre de la central térmica de Anllares del Sil. Y ahora Compostilla está siendo el ejemplo de lo que no se debe hacer, lamentan

La excepcionalidad de la situación, con dos meses y medio de paréntesis obligado por la crisis sanitaria, lleva incluso al representante de CCOO a sugerir la posibilidad de prorrogar el cierre hasta final de año. “Pero el 30 de junio finaliza el plazo del pago por capacidad (su disponibilidad al sistema), que es lo que la mantiene abierta”, asume el portavoz de las auxiliares.

Los trabajadores siguen clamando por una Transición Justa que ya no llegó a tiempo para el cierre de la central térmica de Anllares del Sil (Páramo del Sil), apenas unos kilómetros más al norte de Cubillos. “Y ahora Compostilla está siendo el ejemplo de lo que no se debe hacer”, lamenta el portavoz de la plataforma al reconocer que las alternativas laborales son más fáciles cubrir en otros casos similares como el de la central de Teruel, con una población muy inferior a la del Bierzo.

Con la agenda de reuniones varada también por la crisis sanitaria, la Plataforma de Auxiliares de Endesa mantuvo el 21 de mayo el último encuentro con responsables del Ministerio de Trabajo. “Y de aquí a finales de junio lo que parece que nos queda es vernos con nuestros abogados”, concluye Roa con cierto aire de resignación antes de señalar que la recién nombrada directora del Instituto para la Transición Justa, Laura Martín Murillo, “sabe desde hace año y medio (como anterior asesora del Ministerio) los nombres y los apellidos” de los últimos trabajadores de las empresas auxiliares de una central térmica que abre en este primero de junio su última cuenta atrás.

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