Cruz Roja León alerta de la cronificación en las personas en riesgo de pobreza

Peio García / ICAL La presidenta del Comité Provincial de Cruz Roja Española en León, María Victoria Seco Fernández(I), presenta la Memoria Provincial de Cruz Roja Española en León 2018

Miriam Badiola / Ical

“La tendencia de riesgo de exclusión social ni se incrementa ni disminuye, en 2018 atendimos a 39.368 personas, y entre ellas había muy poca gente nueva, lo que quiere decir que la situación está cronificada, porque es muy difícil salir de la pobreza”. Así lo aseguró este jueves el ex presidente provincial de Cruz Roja León, José Ignacio de Luis Paéz, durante la presentación de la memoria anual de la ONG.

Según los datos recogidos en la memoria de Cruz Roja León correspondiente al año pasado se atendió a 39.368 usuarios en cualquiera de los programas que desarrolla la organización, gracias a la colaboración de los 2.944 voluntarios con los que cuenta la organización, así como de 109 trabajadores técnicos y el apoyo económico de 17.872 socios.

En relación a las intervenciones con personas mayores o con discapacidad, el año pasado se efectuaron 145.762 y atendieron a 4.899 personas, lo que le convierte en “el programa con mayor intensidad, ya que se ofrece trabajo semanal, grupal, dinámico y adaptado a las necesidades de cada uno, más allá de la propia teleasistencia”, según explicó la coordinadora provincial de Cruz Roja en León, Marta Cuesta.

Un total de 1.851 personas se beneficiaron de las 16.027 intervenciones llevadas a cabo en personas con situación de extrema vulnerabilidad “para tratar que su situación de pobreza se aplaque”. En cuanto a infancia en dificultad social, se atendieron a 406 personas, mientras que el programa específico para mujeres en situación de dificultad social, especialmente víctimas de violencia de género, se efectuaron 3.025 intervenciones con 245 mujeres, a las que se les priorizó la atención “no solo basado en su situación de violencia de género, sino también en otros aspectos como el laboral”.

Marta Cuesta hizo hincapié en el programa para personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, que efectuó 6.107 intervenciones con 110 personas beneficiarias, “consiguiendo que se integren en la ciudad, algo que era un reto en una ciudad tan pequeña”. En cuanto a personas integrantes, 189 fueron las personas beneficiarias de 1.311 intervenciones.

También destaca el programa de empleo para colectivos vulnerables, en el que participaron 493 personas y que clausuró con un ratio de integración laboral del 42 por ciento. En cuanto a la formación, se ofrecieron 5.158 horas repartidas en 277 acciones a las que accedieron 3.368 personas.

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