“El consejero está obligado por sentencia a dejar de bailar cariñosamente con la educación concertada”

La letrada leonesa Marisa Hermida, que ha iniciado la 'ofensiva' contra el pago de las presuntas donaciones en clos colegios concertados de León.

C.J. Domínguez

Es el centro de todas las miradas, criticada y aplaudida a partes iguales por quienes defienden o denostan un sistema implantado en toda España hasta ahora con absoluta normalidad por el que los padres de alumnos en colegios privados con concierto -financiación- pública asumen el pago de donativos o aportaciones 'voluntarias'. Desde que se aireó que será la primera abogada en España, que se sepa, en luchar contra este modo de financiación encubierta que el Tribunal Supremo ha considerado ilegal y discriminatorio, el móvil de Marisa Hermida está que echa humo. Así que sólo tras varios intentos conseguimos hablar con ella para que aporte sus razones.

- ¿Cómo surge una idea tan inaudita de denunciar a un colegio concertado por el donativo que cobran a las familias, y que a usted misma le han cobrado?

Me dan igual las críticas, estoy haciendo lo que tengo que hacer

- Pues al contrario que lo que se destaca en casi todos los sitios, en realidad no interpongo esa denuncia como madre sino más bien como abogada, porque en general estamos viviendo una situación en la que yo creo que los abogados tenemos que ser responsables y hacer algo. Me dan igual las críticas, estoy haciendo lo que tengo que hacer...

- Pero han sido muchos años de hacer frente por su parte a este pago religiosamente, si me permite la expresión...

- Sí, en realidad desde 2004 pagando por mi hija. Por entonces yo creo que el colegio de los Maristas era privado pero luego comenzaron a pedir la aportación voluntaria, desde 1º de Primaria, 41 euros si no recuerdo mal. Y así todos los años hasta que en el curso pasado, después de 2º de Bachiller, tuve noticia de la famosa sentencia del Tribunal Supremo. Y me di cuenta entonces de que era claramente ilegal.

- ¿Y en todo este tiempo no le chirrió este tipo de cobro todos los meses?

La abogada leonesa ante los Juzgados de León.

- Pues supongo que, como todos, una está muy ocupada con el día a día, con su trabajo, con tantas cosas. Preguntas y todos te dicen lo mismo: “En los colegios concertados se paga, es lo normal, es así”. Y una paga como todos, como una tonta, se deja llevar... Hasta que una se para a pensar, tiene información y decide luchar contra ello.

Entiendo el miedo de los padres, es generalizado, muchos lo ven mal pero si se les ocurre denunciar a sus hijos los pulen

- Una lucha en solitario.

- Yo lo entiendo, entiendo el miedo de los padres, es un miedo generalizado. Muchos lo ven mal, dicen que esto no está bien, que es un modo de discriminación, que no todos pueden pagarlo, pero se dice en la fila o tomando café y al final nadie materializa esas quejas. Y ojo, que si alguien se le ocurre denunciar, a su hijo o su hija los pulen. Por eso yo sólo me planteé denunciar cuando mi hija ya había terminado su ciclo escolar allí.

- Ya le han llovido duras críticas por su postura...

Yo no me voy a favorecer, lo hago para que no lo sufran los demás, para que no haya niños de primera y niños de segunda

- Pues sí. Me da igual. Creo sinceramente que alguien lo tiene que hacer, denunciar. Yo no me voy a favorecer ya de nada, no aspiro a eso. Lo hago para que en los colegios dejen de hacer esto y no lo sufran los demás, para que no haya niños de primera y niños de segunda. Yo no tengo nada contra los Maristas y he de decir que hace años, cuando mi hija era pequeña, era un colegio para entendernos 'de pijos', bueno, de gente bien, que podía asumirlo. Pero eso ha cambiado hace años, ahora hay chicos de cerca que van allí por proximidad pero no todos pueden permitírselo.

- ¿Qué tipo de denuncia ha interpuesto? Porque las vías son muchas, además de difíciles. En un caso así, si hay discriminación o desigualdad de oportunidades, si hay represalias... hay que demostrarlo.

- Bueno, he seguido la vía que puedo seguir después de estudiar el caso: la vía administrativa. He puesto la denuncia ante el propio consejero de Educación de la Junta de Castilla y León que, como explicáis muy bien en vuestro artículos, y fuisteis los primeros en iLeon.com en tener la valentía de denunciar esto, es la única que tiene competencias en materia educativa. Y el consejero ahora está obligado a contestar... No tiene salida.

- Pues en 16 años la Junta no ha abierto ni un solo expediente en toda Castilla y León

- Es alucinante, el consejero de la Junta tiene que entender de está obligado por una sentencia a dejar de bailar cariñosamente con los colegios concertados. Ya va siendo hora.

- ¿Descarta entonces una querella o alguna otra vía más expeditiva?

Con la sentencia del Supremo en la mano no hay más remedio que sancionar al colegio (...) Que se prepare el consejero porque la Ley hay que cumplirla, seas quien seas

- A ver, esto al final se judicializará, no queda otra. De momento yo no puedo acudir directamente al juzgado, yo sé muchas cosas que se han hecho a familias, muchos casos, pero no tengo la prueba. Pero con la denuncia ante la Junta, ahora el consejero debe abrir un expediente informativo, una investigación, llamar a declarar a las partes... Y finalmente, con la sentencia del Tribunal Supremo en la mano, no hay más remedio que sancionar al colegio. Entonces supongo que será el colegio el que, para evitarlo, pondrá un recurso contencioso que podría ir al Tribunal Superior de Justicia (de Castilla y León) y se agotaría en el Supremo.

- Eso si la Junta demuestra mano dura. Pero, ¿y si no lo hace y determina que no hay sanción y todos los cobros han sido correctos? Escuelas Católicas mantiene que la Ley educativa los permite y ampara

- Bajo mi punto de vista es peor para ellos si no sancionan, porque en ese caso estoy dispuesta a meter una querella criminal, que se prepare el consejero porque estaría contraviniendo una sentencia del Supremo. La Ley hay que cumplirla, seas quien seas, y yo como abogada siento que tengo una obligación con este tema tan injusto. Voy a ir hasta el final.

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