Una excursión a la belleza de tapial del palacio de Toral de los Guzmanes

Una de las magníficas torres de tapial del castillo palacio de Toral de los Guzmanes.

Jesús López de Uribe

Es imponente y de tapial. Es el castillo palacio de Toral de los Guzmanes, reconstruido en los años 80 que ahora es un edificio de usos múltiples que sigue destacando según se lo ve como antaño.

Dicen de él que es una joya de la tradición constructiva de tapial que fue levantado en su integridad posiblemente durante el siglo XV durante varias fases y no en el siglo XIII como dicen las guías turísticas, aunque hay referencias suyas a finales del siglo XIV como propiedad de por Juan Ramírez de Guzmán, que fuera alcalde de León como era habitual en su familia.

“La primera mención del castillo-palacio es de 1393 y los escudos que se conservan sobre la puerta son de Pedro Núñez de Guzmán y de su esposa Elvira de Bazán”, afirman los historiadores; cosa, lo de la casa de Bazán, que tendría su importancia un siglo después.

Una de las circunstancias curiosas de la fortaleza es que este mismo fin de semana se cumplen 533 años de la estancia de los Reyes Católicos del 15 al 17 de agosto de 1487 en la misma, según indican algunos documentos. Un refugio de verano con onomástica.

Es además, una de las fortalezas claves de la Guerra de los Comuneros, que en la provincia de León sólo tuvieron cierto éxito en esta zona porque los Guzmanes se dispusieron en el bando perdedor contra el Rey y se volvió a recrear la sempiterna lucha por el control de la provincia con los Quiñones de Luna, que eran realistas en el bando de Carlos I de España.

El historiador Javier Revilla habla en profundidad de estas luchas comuneras y del estado del palacio de los guzmanes en el Toral que lleva su apellido en este artículo histórico que recuerda los exilios de Ramiro Núñez de Guzmán y la heróica resistencia de su mujer María de Quiñones (casualmente de la familia de sus enemigos, pero a la que llamaban la Brava) que en 1521 resistió cuatro meses de asedio argumentando que el palacio era de su propiedad y no de su marido.

En el interesantísimo estudio el investigador leonés define al edificio así:

“El palacio de Toral de los Guzmanes tiene hacia el exterior un aspecto de sólido fortín,recordando a un pequeño campamento romano en medio de la llanura. La fuerza y rectitud de sus muros, con partes de piedra y ladrillo pero mayoritariamente de tapial, sorprende a quien los contempla pues parece que el tiempo prácticamente no ha pasado por ellos. La técnica del tapial calicastrado, herencia constructiva legada durante siglos, tiene en la fortaleza de Toral uno de sus máximos exponentes al igual que lo es la Alhambra granadina, dejando sin argumentos a quienes aún infravaloran o menosprecian el arte de la tapiería.

Cuatro torreones se destacan en las esquinas del cuadrado que forma el recinto. Tres delas torres se han mantenido hasta la actualidad desde su origen, una cuarta, al Sudeste, algomayor que las demás, ha sido recientemente para completar el conjunto. Todo el palacio estaba circundado por un foso que hoy se encuentra cegado hasta la altura de las aspillerasy saeteras. Debiera reexcavarse dicho foso para que el palacio recuperase totalmente su imagen exterior real, que le otorgaría definitivamente su aspecto inexpugnable“.

El castillo palacio, ya en muy mal estado en el siglo XX, obtuvo la protección genérica estatal como castillo en 1949, con lo que hoy se considera Bien de Interés Cultural. Fue completamente restaurado y rehabilitado desde los años ochenta hasta casi finales del siglo XX y acoge en la actualidad distintos servicios municipales: como la casa Consistorial, el consultorio médico, la biblioteca municipal, un café-bar-restaurante y el Museo del Botijo Español.

El Museo del Botijo Español

Otro de los atractivos del palacio de tapial reconstruido de los Guzmanes es que alberga en su interior este curioso museo de botijos. Según la propia información del Ayuntamiento dispone de “la mayor colección de botijos del mundo”. En 1997 entró a formar parte del Libro Guiness de Records por mostrar dos mil botijos, cifra que actualmente pude que supere ya casi los tres mil.

“La colección pertenece al riojano Jesús Gil Gibernau, cedida desinteresadamente al ayuntamiento de Toral de los Guzmanes. Todas las provincias de España están representadas en mayor o menor medida”, asegura su promoción turística. De esta manera se pueden “apreciar las múltiples diferencias interprovinciales, reflejadas en la forma, colorido, tamaño o decoración”.

Un atractivo más en el refugio de verano de esta semana en la que podremos darnos cuenta que existen muchos tipos de botijos desde el siglo XVIII, época de la que son los más antiguos que atesora. “La imaginación del artista alfarero, la funcionalidad, la estética y otra serie de factores han dado origen a múltiples clases de botijos como son los botijos trampa, del cura, nevera, de novia, de pozo, maricona, antropomorfos y de todo tipo; de varios colores, tamaños, formas, materiales y con decoraciones diversas”, apunta su página web donde se puede ver el horario de visita (los lunes está cerrado).

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