Cuento de Navidad: el parto de una joven de 19 años en el autobús León-Ponferrada

La ambulancia junto al autobús donde la joven de 19 años se puso de parto. / Foto Inés Begoña Fernández

V. Silván / Infobierzo.com / C.J.D.

La vida abre paso en cualquier lugar, incluso en un autobús de línea entre León y Ponferrada un 22 de diciembre, como en un cuento de Navidad, para recordar lo que es realmente importante. La protagonista tiene 19 años, no habla español, está embarazada y tiene que hacer trasbordo en la capital berciana para continuar su viaje hacia Lugo, donde alguien la espera. Los dolores que tiene son insoportables pero no sabe a quién no como pedir ayuda.

El autobús va en silencio, acaban de hacer parada en Astorga y tienen que pasar por un sinfín de pueblos antes de llegar a Ponferrada. Una vez dejada atrás la capital maragata, un joven se da cuenta de su situación y se acerca al conductor, le pide que encienda la luz del autobús porque hay una persona que está embaraza y que se encuentra mal, nos cuenta una de las viajeras, Inés Begoña Fernánsez. “El conductor no podía parar en ese momento, estábamos en la A-6 subiendo el puerto del Manzanal”, añade. Sí lo hizo unos kilómetros después en la gasolinera de Manzanal (municipio de Villagatón-Brañuelas), en el desvío hacia Torre del Bierzo y Brañuelas.

El conductor, “una profesionalidad impresionante”

Una médico que también viaja en el bus se acerca a tranquilizar a la joven, mientras el conductor alerta al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León y solicita una ambulancia, que tiene que trasladarse desde La Bañeza. Son las 19.18 horas. “El conductor, que es de Bembibre, empezó a encargase de todo, con una profesionalidad impresionante”, relata la viajera, que destaca el alivio que sintieron al ver llegar a los sanitarios del Sacyl para proceder a su traslado, según confirman desde el 112, al Hospital de León.

Solo una maleta, su maleta

Antes de ello, había que encontrar su maleta entre las decenas que ese día llenaban el portaequipajes del autobús. “Bajamos todos y cada uno sacó su maleta y sólo quedó una, la suya”, cuenta Inés, que señala que ha sido una experiencia muy atípica, pero muy emotiva. Y así, todos los viajeros le dijeron adiós con el deseo de que todo fuera bien y que pronto tuviera su bebé en brazos, sin importar su nombre ni quién es.

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