Los críticos estiman que las aceras de la Plaza del Grano 'se comen' 300 metros del empedrado tradicional

Con apoyo policial, hoy sí pudieron arrancar las obras de las nuevas aceras en la parte noreste de la Plaza.

C.J. Domínguez

En la mañana de hoy, después de que la presión de una decena de ciudadanos lo impidiera ayer lunes, las máquinas de la empresa que ejecuta el proyecto de reforma de la centenaria Plaza del Grano de León han comenzado a ampliar su radio de acción y a acometer el levantamiento de la acera noreste de este espacio, la situada al lado contrario de la iglesia del Mercado.

Las aceras avanzan allí donde no existían, frente a la casa aportalada, con importantes anchos que han 'destruido' empedrado.

Una presencia aún mayor de los autodenominados Guardian@s de la Plaza del Grano, en número de quince a primera hora de la mañana, no ha podido en la mañana de hoy impedir la colocación de las vallas de obra y el hecho de que la retroexcavadora iniciara las labores de levantamiento de la acera actual, la cual no presentaba un mal estado. Y hoy ha sido posible gracias a que han vuelto a hacer acto de presencia agentes de la Policía Local de León, amparando a los trabajadores frente a las amargas quejas de los defensores de este emplazamiento del Casco Histórico leonés.

Este colectivo estima, con el proyecto de ejecución que defiende exclusivamente el PP en el Gobierno municipal en la mano, que la ejecución de todas aceras perimetrales acabarán destruyendo 300 metros cuadrados de empedrado para cumplir con los parámetros de accesibilidad que argumenta el equipo de Gobierno leonés.

300 metros que serán irrecuperables, tanto en los tramos donde la acera se amplía respecto a la que había como en los otros, de mayor impacto visual, donde hasta ahora sólo había cantos rodados. Tal es el caso, por ejemplo, de la tradicional estampa de la famosa casa aportalada, la misma que ya tuvo que ser defendida hace años de un proyecto de demolición amparado por Patrimonio de la Junta de Castilla y León.

Por otro lado, la Concejalía de Urbanismo que dirige Ana Franco mantiene que el impacto o desaparición del empedrado será de un “porcentaje ridículo”, tal y como se defendió ya en la rueda de prensa ofrecida por ella y el arquitecto responsable del proyecto, Ramón Cañas, ante las primeras protestas tras el inicio de las obras el pasado mes de febrero.

Los detractores, en cambio, niegan los datos que recoge el proyecto aprobado y en ejecución, que habla de aceras de 1,8 metros. “A excepción de la que se hará nueva a lo largo del murete frente a las Carbajalas, que medirá 1,20, y no le encontramos sentido, salvo para dar vueltas completas a la plaza en silla de ruedas o con carrito, para ir a ninguna parte, tampoco vemos sentido a la nueva que se hará ante el soportal de la casa porticada”.

Los Guardian@s, ahora con evidencias ya de acera ejecutada, hablan de tramos en embocaduras de calles de hasta 3 metros o más, y temen que “en zonas fuera de alineación llegarán hasta 5 metros”. Un “encintado súper ancho que no se justifica solo por la necesidad de transitar con ruedas”. Y “si añadimos la reforma del empedrado, hasta allanarlo al 1,5 a 2%, colocando las piedras en dibujo curvo, y sin verdín por poner debajo una cama de mortero bastardo, ¿no cambia sustancialmente la configuración y apariencia de la plaza?”, preguntan a Franco y el alcalde Antonio Silván.

Son precisamente las aceras en ejecución las que han provocado el cambio de postura de todos los grupos de oposición, que deja al PP en minoría, aunque de momento eso no se ha traducido en decisión política alguna, por lo que prosiguen las obras con quejas presenciales a diario de un nutrido grupo de personas.

En este vídeo, del lunes, se aprecia cómo las máquinas desistieron de iniciar los trabajos que hoy sí han retomado:

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